Vuelve la Holga 120 N, la cámara de formato medio hecha de plástico y que dejó de fabricarse dos años atrás. La compañía estadounidense de suministros fotográficos Freestyle dice haber encontrado una factoría que ha obtenido los antiguos moldes de esta cámara clásica, por lo que podrá empezar a fabricarla de nuevo.
Aún no sabemos si esta vuelta a lo analógico se trata de una moda pasajera –esta cámara la vimos a la venta en tiempos en el MOMA de Nueva York– o de dar respuesta a una demanda real, pero lo cierto es que, en estos últimos meses, hemos podido ver cómo Kodak revivía su famosa diapositiva en color Ektachrome o cómo Film Ferrania recuperaba el negativo en blanco y negro P30.
Ahora es el turno de la Holga 120N, una versión actualizada de la 120S original, que empezó a fabricarse en China en 1982. Compatible con rollos de formato 120, dispone de máscaras para 12 tomas 6 x 6 cm o 16 tomas 6 x 4,5 cm. Su óptica –también de plástico– es de focal fija –60 mm– y cuenta solo con dos aberturas de diafragma: f/8 para escenas “nubladas” y f/11 –realmente f/13– para escenas “soleadas”. En cuanto a su obturador, este solo puede utilizarse con un tiempo de 1/100 s o bien en modo “bulb”. Por supuesto, solo incorpora un sistema de enfoque manual por zonas.
En realidad las Holga se derivan –en concepto y prestaciones– de las míticas “Diana” (1), y su uso, que ha estado muy de moda, se entronca con la idea de obtener imágenes de calidad dudosa, con fuerte viñeteo y –más de una vez– con veladuras por filtración de luz, que obligan en ocasiones a “tunear” nuestra unidad con parches de cinta americana negra. Dada las pocas posibilidades de ajustes, lo ideal es utilizar película negativa en color, por su alta latitud de exposición. Y si además se utiliza caducada… quizá se pueda entrar en el Hall of Fame como “holguero” de honor.
La “nueva” Holga 120N ya puede reservarse a un precio de 40 $ –impuestos no incluidos–, pero no empezará a distribuirse hasta el próximo 9 de julio de 2017.
Más información en la página de Freestyle.
(1) Aunque no tenían nada que ver con ella, las cámaras Diana subieron notablemente de precio tras la muerte de la famosa princesa.