El icónico símbolo de la Diosa de Cadillac ha vuelto, no como un viaje nostálgico, sino como una manifestación tanto del pasado ilustre como del ambicioso futuro de Cadillac.
Reintroducido en el ultra lujoso CELESTIQ, este adorno histórico de Cadillac rinde homenaje a décadas de diseño automovilístico y artesanía. No es solo un ornamento decorativo en el capó; es un símbolo de la evolución de Cadillac de una marca clásica estadounidense a un pionero del lujo tecnológico y personalizado.
Resucitando un Símbolo Atemporal
Richard Wiquist, el Escultor Creativo de Cadillac con un rico historial en arte figurativo, lideró el esfuerzo para reinventar la Diosa. El motivo original debutó en 1930, ganando popularidad como una mascota automovilística elegante durante una era que se extendió durante más de 25 años. Mientras que los primeros diseños se inclinaban fuertemente hacia las inspiraciones clásicas, las iteraciones posteriores mostraron la estética abstracta de la Era del Jet en los años 50.
La visión de Wiquist se inspiró en la Diosa de 1933, que adornaba los legendarios modelos V-16 de su época. De acuerdo con Wiquist, «Estudiar el pasado para entender la identidad en evolución de Cadillac fue una experiencia fascinante. La figura de 1933 me cautivó debido al sentido de movimiento transmitido a través del drapeado que parecía fluir de la propia figura«.
El proceso de diseño no fue algo apresurado. Durante meses, Wiquist modeló cuidadosamente figuras de arcilla, fusionando tradición con innovación. El resultado final fue un símbolo que captura la esencia del movimiento, gracias a una meticulosa artesanía.
Wiquist también comentó que «No se puede pasar por alto la respuesta emocional que los detalles en una escultura pueden evocar. La nueva Diosa debía tener contexto y establecer una conexión personal entre Cadillac y su clientela a través de vehículos como el CELESTIQ«.
¿Dónde Reside la Diosa?
Curiosamente, no había una directiva específica sobre cómo se integraría la Diosa en el CELESTIQ, dejando espacio para que otros artistas de Cadillac participaran en el proceso creativo.
La Diosa finalmente encontró su hogar en un prototipo preproducción. Placas en el guardabarros delantero exterior y un controlador multifunción en la consola central muestran con orgullo el símbolo reimaginado. La figura tridimensional moldeada en vidrio y montada contra aluminio fresado agrega un toque de calidad etérea.
Encontrando un Equilibrio Entre el Pasado y el Futuro
La decisión de Cadillac de revivir la Diosa podría considerarse una apuesta arriesgada. Equilibrar la tradición y la modernidad es como caminar sobre una cuerda floja, especialmente en la industria automotriz donde la innovación a menudo supera a la nostalgia. Sin embargo, Cadillac parece haber encontrado oro al hilar meticulosamente la aguja. La reencarnación de la Diosa no es ni un homenaje evidente ni una salida radical; sirve como un continuo fluido entre las raíces históricas de la marca y su trayectoria futura.
CELESTIQ no es para todos; es para aquellos que ven un automóvil como una extensión de su identidad. La producción será limitada, y el coche está disponible solo a través de consulta. «Nuestro futuro se trata de perfeccionar el arte de la individualidad«, dijo Wiquist. Es apropiado entonces que un símbolo como la Diosa, que representa tanto la herencia como la interpretación artística individual, encuentre su lugar en el CELESTIQ.
Se espera que CELESTIQ salga a las calles a finales de la primavera de 2024. Para aquellos interesados, más detalles están disponibles en cadillac.com/celestiq/goddess.
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