Investigadores de Google DeepMind, liderados por Piotr Mirowski, un comediante de improvisación en su tiempo libre, exploraron la eficacia de la IA en la creación de rutinas cómicas. El estudio, presentado en la conferencia ACM FAccT en Río de Janeiro, involucró a 20 comediantes profesionales que ya utilizaban IA en su proceso creativo. Los resultados, aunque intrigantes, revelan limitaciones significativas en la capacidad de la IA para generar material cómico original y divertido.
La Inteligencia Artificial (IA) ha demostrado ser útil en muchos campos, desde la detección de patrones en datos hasta la creación de imágenes y la síntesis de información. Sin embargo, su capacidad para escribir comedia sigue siendo limitada.
Un reciente estudio de Google DeepMind, presentado en la conferencia ACM FAccT en Río de Janeiro, analizó cómo los comediantes profesionales utilizan la IA para generar material cómico. Los hallazgos indican que, aunque la IA puede estructurar monólogos y crear borradores iniciales, aún no logra producir contenido cómico verdaderamente original y gracioso.
Estudio de Google DeepMind
El estudio, dirigido por Piotr Mirowski de Google DeepMind, empleó encuestas y grupos focales para evaluar la utilidad de la IA en la escritura de comedia. Los comediantes participantes, que permanecieron anónimos para evitar repercusiones en su reputación, utilizaron modelos de lenguaje de IA como ChatGPT de OpenAI y Gemini (entonces Bard) de Google. Se les pidió que generaran material que consideraran presentable en un contexto cómico, ya sea creando nuevos chistes o reestructurando material existente.
Los resultados fueron variados. Muchos comediantes disfrutaron del proceso, encontrando útil la IA para superar el bloqueo creativo y proporcionar estructuras básicas para sus sketches. Un participante describió los borradores generados por IA como «un borrador de vómito que sé que tendré que iterar y mejorar». Sin embargo, la mayoría coincidió en que la calidad de los chistes era insatisfactoria, describiéndolos como «genéricos», «aburridos» y comparables a «material de comedia de crucero de los años 50, pero un poco menos racista».
El estudio, titulado «A Robot Walks into a Bar: Can Language Models Serve as Creativity Support Tools for Comedy?«, se llevó a cabo en el Festival Fringe de Edimburgo en agosto de 2023 y en línea. Incluyó una sesión de escritura de comedia con modelos de lenguaje grandes (LLM), un cuestionario sobre la interacción humano-computadora para evaluar el Índice de Soporte a la Creatividad de la IA y un grupo focal sobre las motivaciones y procesos de los comediantes al usar IA, así como sus preocupaciones éticas sobre sesgo, censura y derechos de autor.
La investigación también resaltó las limitaciones de los modelos de IA debido a los filtros de seguridad que evitan la generación de contenido violento o racista, lo cual también impide la creación de humor ofensivo o de humor negro, común en la comedia. «Si haces algo que tiene un atractivo amplio para todos, termina no siendo el favorito de nadie», comentó Mirowski. Además, los modelos tendían a reforzar el status quo, generando más fácilmente monólogos desde la perspectiva de un hombre blanco que desde la perspectiva de una mujer asiática, lo que fue señalado como un sesgo preocupante por los participantes.
El estudio no sorprendió a expertos como Tuhin Chakrabarty, investigador de la Universidad de Columbia especializado en IA y creatividad. Chakrabarty explicó que la comedia, y la buena escritura en general, dependen de la sorpresa y la incongruencia, aspectos difíciles de replicar para los modelos de IA que están diseñados para predecir una palabra tras otra. «La escritura creativa requiere desviarse de la norma, mientras que los modelos de lenguaje solo pueden imitarla«, afirmó.
Colleen Lavin, desarrolladora y comediante, participó en el estudio y usó un modelo de aprendizaje automático para detectar risas y «interrumpir» su actuación si no obtenía suficientes risas en el Fringe de Edimburgo el año pasado. Aunque utiliza la IA para crear material promocional o revisar su escritura, evita usarla para generar chistes. «Escribir es casi sagrado para mí. ¿Por qué tomaría algo que realmente disfruto y lo subcontrataría a una máquina?», reflexionó.
A pesar de las limitaciones, se espera que las herramientas de IA se sigan utilizando en la escritura de guiones, anuncios y otros textos, aunque su impacto en la comedia original será limitado. «La verdadera escritura creativa y cómica se basa en experiencias y sensaciones, no en algoritmos», concluyó Chakrabarty. Los experimentos con IA y comedia continúan, pero por ahora, el humor humano mantiene su dominio.
Relacionado