Una de las cosas que pueden cambiar – y para mucho mejor haciéndolos más efectivos – el modo en el que las marcas y las empresas se relacionan con los consumidores es el de ser capaces de adelantarse a lo que los consumidores quieren. Esto es, prevenir lo que van a comprar y lo que van a querer y ofrecérselo antes incluso de que lo busquen.
La idea suena a ciencia ficción, pero en realidad no lo es tanto. El uso del big data y de otras herramientas tecnológicas ya ayuda a las compañías a estar bastante cerca de ello. Al fin y al cabo, predecir lo que puede ser que vayas a querer es lo que hace Amazon con sus artículos recomendados y cuando lanza cosas en su home que cree que te interesan o lo que hace Google cuando te sugiere una búsqueda. Partiendo de la información que tienen sobre todo lo que compra y hace la gente, llegan a conclusiones sobre lo que creen que tú también vas a querer.
Pero en el futuro las cosas podrían ser más complejas. Las tiendas online ya juegan con la idea de empezar a preparar el pedido que se hará antes de que este se realice y están trabajando sobre ello, ya que les permitiría ser mucho más rápidos y reducir más los tiempos algo que, se mire como se mire, es lo que más interesa y preocupa a los jugadores del ecommerce.
A eso se suma que los demás jugadores también quieren posicionarse por delante en el consumo – sea este de lo que sea – y adelantarse así a las necesidades de los consumidores. En el mundo de la información, esto puede implicar tener los datos preparados mucho antes de que el consumidor se lance a por ellos.
Y en eso es en lo que trabaja Google. La compañía quiere adelantarse a las búsquedas de los consumidores y reducir así los tiempos que se destinan a la carga de contenidos, haciendo que la experiencia de navegación sea mucho más rápida. Google acaba de registrar una patente de un sistema que estudia los hábitos pasados de navegación del consumidor y precarga links de cosas en las que da por sentado que se va a hacer clic.
Qué hace a este sistema único
Lo que hace que el sistema sea diferente a lo que se ha estado haciendo hasta ahora en el terreno de lo predictivo está en cómo Google llegará a la conclusión de lo que interesa y lo que no. En lugar de partir de la inteligencia colectiva, se centrará de forma muy específica en lo que el consumidor ha hecho antes.
Es una predicción, por así decirlo, personalizada. Partiendo del comportamiento de navegación que ha mostrado en el pasado el internauta y analizando desde el historial de navegación, los hábitos online o dónde se encuentra el cursor, Google determinará qué es lo que quiere ver y lo precargará, incluso antes de que el consumidor mueva el cursor para mostrar su interés en verlo.
La idea quiere reducir aún más el tiempo de carga en los sites, haciendo que hasta esos segundos que ahora hay que esperar desaparezcan de la cuenta atrás antes de ver el contenido haciendo que este esté ya listo y preparado para ser visto.
Pero, además, esto demostrará aún más cuánto pueden las compañías tech conocer a sus consumidores, logrando ser mucho más eficientes a la hora de predecir sus comportamientos y sus intereses. La propuesta de Google es todavía una patente, pero una que – claramente – muestra por dónde discurrirá el futuro.