Los coches autónomos continúan ganando kilómetros, pueden evitar e incluso anticipar accidentes, y por sobre todas las cosas, aún tienen mucho que aprender. El hecho de que sus sistemas no se adapten perfectamente a lo que presenta el camino es lo que más preocupa a las autoridades, y lo mejor que podemos hacer al respecto es seguir poniendo a prueba su inteligencia. El artista James Bridle decidió imaginar una situación que coloque en apuros a los coches autónomos, y su resultado es… ¿un círculo en el asfalto?
Uno de los desafíos más grandes para cualquier coche autónomo es interpretar a la perfección las señales y los parámetros de tránsito que hay en la calle. Esto implica asimilar reglas que muchos conductores humanos desconocen por completo, y adaptarse a esa falta de conocimiento. Los coches autónomos están obligados a reconocer múltiples factores, y los estúpidos que conducen mal aparecen al tope de la lista. Aún así, no se necesita demasiado para confundir a un coche autónomo. Todavía hay dudas en lo que se refiere a niebla o lluvia, y poco tiempo atrás, el Autopilot de Tesla no supo reconocer una reducción de calzada. Lo que tenemos aquí hoy es en realidad la «visión artística» de un coche autónomo en un aprieto, pero no podemos negar que algo así podría pasar en el futuro:
Lo que hizo el artista James Bridle fue dibujar con sal dos círculos en el asfalto. Uno de los círculos es sólido, mientras que el otro no. Si mi lectura de las leyes generales de tránsito es correcta, el coche autónomo está efectivamente atrapado. Una línea blanca espaciada permite el cambio de carril y el sobrepaso de vehículos cuando sea seguro hacerlo, pero la línea blanca sólida equivale a «quédate en tu carril». La prensa ha descrito al trabajo de Bridle como una especie de «círculo mágico», sin embargo, yo quiero destacar el potencial de una trampa así. Alguien podría hacer una broma (o preparar el terreno para un asalto) y detener coches al azar. La otra cara de la moneda nos presenta a las autoridades impidiendo el escape de fugitivos, o limitando el ingreso de vehículos autónomos a ciertas zonas.
Obviamente, el coche que vemos en el vídeo no es autónomo, pero Bridle considera a su trampa un trabajo en progreso, ya que se encuentra integrando esa tecnología en él. En cuanto al aspecto artístico… sí, estacionó dentro de un círculo. No diré nada más.
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