Con su nueva X-H1, Fujifilm exprime sus mirrorless de la Serie X para ofrecer una cámara sin espejo híbrida con prestaciones profesionales tanto para fotografía como vídeo, con una estética que resulta de un cruce de la actual X-T2 y la GFX de formato medio. Realizamos una primera toma de contacto desde Portugal, donde fue presentada oficialmente el pasado jueves.
Diseño y manejo
Este nuevo modelo viene a enmarcarse en la misma estrategia que sigue Panasonic con sus modelos híbridos, cámaras fotográficas con prestaciones videográficas avanzadas que intentan atraer a un público hasta ahora relegado a usar videocámaras mucho más onerosas.
La Fujifilm X-H1 sigue así el camino iniciado con la X-T2, la cámara más “videográfica” del catálogo de Fujifilm hasta la fecha, pero añade ahora nuevas funciones y prestaciones que suben de nuevo el listón. Asimismo, el tamaño crece para ofrecer una mejor ergonomía, a la vez que adopta características ya introducidas con la GFX 50S.
Con respecto a la X-T2, los cambios externos más visibles son su nueva empuñadura, que permite mejorar su equilibrio con ópticas más contundentes. El aumento del grip viene acompañado de la inserción de una pantalla LCD superior con los valores de toma y otros ajustes básicos, heredada claramente del modelo de formato medio digital GFX.
En cuanto al visor electrónico, con una resolución de 3,69 millones de píxeles, representa en la actualidad el tope de gama dentro de su segmento.
Si bien la X-T2 ya denotaba una construcción robusta, la nueva X-H1 es aún más sólida, y aumenta la sensación general de robustez, con un mejor agarre y unos diales bien posicionados. Se aprecia también un incremento de la precisión en los sistemas de análisis en fábrica de cada pieza.
Se hace hincapié en el perfecto paralelismo entre plano focal y todas las piezas del sistema que integran el estabilizador de 5 ejes en el cuerpo, que puede llegar a alcanzar hasta 5,5 pasos de compensación.
Por otro lado, la cámara abandona totalmente su perfil de cámara profesional compacta para compararse ahora con tamaños estándar de los equipos “réflex” de perfil profesional.
El uso de la empuñadura adicional es muy recomendable para un uso intensivo del equipo, siendo aún más cómodo su agarre en tomas verticales y casi imprescindible para el uso de teleobjetivos de largo recorrido.
Por lo que respecta al sistema de autoenfoque, nos ha parecido muy certero, aunque no es para menos dado que internamente cuenta con 60 tipos de análisis diferentes para garantizar un AF automático rápido y preciso.
Muestras
A continuación, mostramos unas cuantas tomas realizadas a resolución nativa con la Fujifilm X-H1 en combinación con el zoom estándar Fujinon XF 16-55 mm f/2,8 R LM WR, el zoom “tele” Fujinon XF 50-140 mm f/2,8 R LM OIS WR y la focal fija Fujinon XF 80 mm f/2,8 R LM OIS WR Macro.
Gracias a la incorporación temprana de los algoritmos necesarios para su correcto procesado por parte de las últimas versiones de los reveladores comerciales más extendidos –Lightroom Classic CC en nuestro caso–, podemos mostrar la calidad que muestran en sus diferentes configuraciones de archivo –JPEG directo de cámara, emulaciones de película o conversiones RAW–.
La calidad de procesado de los archivos RAW nos parece aún mejor que la anterior versión, probablemente debido a las mejoras derivadas de los algoritmos y pactos entre las marcas de software y Fujifilm, que seguramente afectarán a toda la familia de cámaras que montan este captor X-Trans CMOS de última generación.
Podemos observar un excelente color y latitud en las tomas reveladas desde archivo RAW, más respetuoso con la gama y contraste de la escena original respecto al JPEG directo de cámara, sobre todo en su versión estándar –Provia–.
Como novedad, se presenta un nuevo modelo de emulación de película, basada en la estética de su familia de Cine profesional Eterna, que opera tanto en imagen fija como en capturas de vídeos. Se trata de un ajuste de gama y contraste intermedio entre el F-Log y la imagen procedente de un revelado neutro del archivo RAW.
Esta emulación de película Eterna es mucho más respetuosa con el detalle en sombras que todas las emulaciones de película anteriores –especialmente en su versión Provia, que fue duramente criticada por los usuarios justo por ese motivo–.
La emulación de película en blanco y negro Acros sigue siendo uno de nuestros preferidos entre nuestros modos de emulación de película.
El detalle obtenido en las tomas realizadas con la óptica zoom Fujinon XF 16-55 mm f/2,8 R LM WR otorgan un buen equilibrio de conjunto entre calidad de cuerpo y versatilidad de óptica para este ecosistema profesional.
La óptica macro Fujinon XF 80 mm f/2,8 R LM OIS WR Macro también nos pareció mejora adaptada en esta cámara, al estar mejor repartido el peso entre cuerpo y objetivo. Asimismo, la calidad de imagen está garantizada con esta combinación.
Para analizar resultados con ópticas de mayor recorrido, usamos el Fujinon XF 50-140 mm f/2,8 R LM OIS WR, cuyos detalles en piel y texturas de los modelos aguantaron sensibilidades superiores a ISO 1.600 sin ningún problema.
Los resultados a altas sensibilidades nos parecen igual de buenos a todos los anteriores modelos con mismo captor. Además, al trabajar en RAW, podremos usar casi toda la franja de valores ISO nativos sin apenas pérdida de calidad.
Unas mejoras inducidas seguramente en su procesado a través de los reveladores comerciales y por ende, también aplicables a los modelos anteriores.
En el aspecto videográfico, no obstante, es donde encontramos una clara distinción entre el modelo anterior, ofreciendo ahora muchas de las características que se echaban en falta en el modelo anterior, como un F-Log interno a 8 bits desde la propia cámara –sin necesidad de grabador externo–, o el anteriormente mencionado modo Eterna, como ajuste intermedio de contraste, suave pero no tan “plano” como el F-Log.
La calidad del vídeo es muy elevada, sobre todo en su versión de mayor resolución DCI 4K con una tasa de bit de hasta 200 Mbps. Igualmente, los modos de reproducción en cámara lenta se ven potenciados a través de capturas de alta velocidad de hasta 120 fps en FHD.
La inclusión de la función de código de tiempo –Time Code– típica en modelos de corte profesional, se estrena en este modelo de la serie X dando pistas de su capacidad híbrida de foto/vídeo y cómo éste podrá mejorar exponencialmente la sincronización de cualquier rodaje multicámara gracias a esta característica.
Conclusiones
La Fujifilm X-H1 eleva el listón en cuanto a calidad de construcción y fortalece la solvencia de un sistema, el de la Serie X, en vías de establecerse dentro del flujo de trabajo profesional. Sin embargo, ¿podrá este equipo introducirse realmente en el tradicional segmento de fotoperiodistas con réflex de “formato completo” (24×36 mm)?
Con esta apuesta en mente, la compañía ofrece en su nueva mirrorless unas dimensiones que emulan las una DSLR profesional, pero cabe plantearse si esta aproximación era necesaria en detrimento de perder el bien sabido argumento del tamaño de las “sin espejo” o si bien hubiera sido posible ofrecer este formato profesional en un cuerpo de menor tamaño y peso.
Finalmente, se plantea la duda de cómo se replanteará Fujifilm el actual posicionamiento de su X-T2 con la llegada de esta X-H1, y de cómo evolucionará en paralelo, especialmente en sus aptitudes videográficas ahora que esta última ha dado un salto hacia adelante. Seguramente la próxima revisión de la serie X-T nos aporte algunas pistas sobre ello.