Crear una buena composición es sin duda una cuestión fundamental para cualquier fotógrafo. Es más, seguramente es la parte más importante de la formación de un novato (más incluso que la asimilación de la técnica). Sin embargo, aunque al hacer una foto tomemos una serie de decisiones conscientes sobre la disposición de los objetos, raramente nos paramos a pensar tanto en cómo influir en la mirada del espectador de nuestras fotografías.
Es decir, damos mucha importancia al equilibrio o armonía de los elementos incluidos en la escena y no solemos detenernos a reflexionar sobre cómo podemos “atrapar” al espectador y guiar su ojo de una forma natural a través de la imagen. La idea, claro está, es conseguir que la fotografía sea leída de una determinada manera y sus distintos elementos interpretados con un cierto orden, o al menos que el espectador rápidamente dirija su mirada hacia el elemento principal de la foto.
Esto es una táctica muy común en la pintura clásica y, sin embargo, no resulta tan común en fotografía. Lógicamente, en ello influyen muchos motivos, como que el acto fotográfico en muchas ocasiones es algo muy rápido, que sucede en un instante sin dar tiempo a pensar en cómo dirigir la mirada del espectador dentro de la imagen de forma más o menos controlada.
No digamos ya si hablamos de fotografía deportiva o incluso street photo, donde la rapidez es lo crucial y suele ser muy complicado componer conscientemente las fotos pensando en este tema. Sin embargo, en fotografía de paisaje, bodegones o incluso retrato sí que deberíamos tenerlo en cuenta y usar alguna de las técnicas que os contamos a continuación.
Incluye un punto de fuga
La forma más rápida y directa seguramente es aprovechar la perspectiva y hacer que la mirada se dirija rápidamente hacia donde queremos creando un punto de fuga en ella. Tal y como os contamos en este artículo sobre el tema, este recurso se basa en incluir en la imagen un “punto imaginario” al cual parezcan converger dos o más líneas, y se consigue sobre todo utilizando objetivos gran angular.
Gracias a ello no sólo dirigiremos la mirada de forma muy efectiva, y natural, sino que también lograremos crear una fuerte sensación de profundidad y tridimensionalidad, algo que aportará un valor añadido para dar más realismo a la foto.
Incluye una zona más brillante
Otra técnica bastante sencilla que puede ayudar a dirigir el ojo del espectador es incluir alguna zona en la imagen que sobresalga del resto por su brillantez. El ojo humano se ve atraído de forma natural por los elementos más brillantes, de modo que si hacemos esto lograremos su atención de forma prácticamente automática.
Sin embargo, es importante recordar que la clave de esta técnica es no pasarse, y conseguir que la transición entre esta zona que resalta más y el resto se lo más gradual posible. Si no es así, o si incluimos pequeñas zonas brillantes en medio de tonos más oscuros, el efecto logrado no será tan efectivo (ni natural).
Echa mano de las reglas de composición
Empezando por la manida regla de los tercios, que es otra técnica que puede ser muy útil a la hora de dirigir al ojo a través de la imagen. Y es que, como sabréis, la conjunción de las líneas imaginarias en que se basa esta regla crea unos puntos fuertes en donde colocar elementos que queramos tengan mayor visibilidad.
También tenemos la proporción áurea, que como sabréis se basa en un cálculo matemático y en arte se materializa a través de una forma de espiral, similar a la que hay en las conchas de los caracoles. Este recurso también ha sido muy usado en pintura clásica, y desde luego puede aplicarse en fotografía, aunque hacerlo requiere cuidar mucho la composición, por lo que sólo sería aplicable en “tomas muy pensadas”.
Utiliza marcos en la imagen
Otro recurso para focalizar y guiar la mirada del espectador es utilizar marcos en las fotografías, algo que tratamos ampliamente en este artículo. De nuevo se trata de una técnica bastante sencilla de usar y que tiene un efecto casi automático si se utiliza bien.
Sobre todo es una potente forma de dirigir al espectador hacia el elemento principal de la fotografía, pero también tiene otras funciones adicionales: Ayuda a crear profundidad, a organizar los elementos y a dar contexto a una imagen. Por ello, sin duda es un recurso muy válido para nuestros propósitos.
Introduce ejes de luz
Podemos llamar así a una técnica que consiste en incluir en la fotografía rayos de luz con el fin de dirigir a los espectadores en la dirección correcta. Este recurso se da sólo en condiciones muy específicas, porque está claro que los rayos de luz no siempre van a estar disponibles, pero si los encontramos pueden ser una herramienta muy útil para señalar una dirección o guiar la mirada hacia un objeto específico dentro de una fotografía.
Como os podéis imaginar, el momento más propicio para este tipo de recurso son los atardeceres y amaneceres, cuando los rayos del sol llegan en diagonal creando una atmósfera muy sugerente para fotografiar, pero también se pueden conseguir en otras situaciones (como en el tupido bosque de la foto) e incluso con luz artificial.
Usa el desenfoque
Aprovechar las ventajas del desenfoque, a través del control de la profundidad de campo, es otro método para guiar al ojo del espectador. El resultado quizá no sea tan natural como en el caso de otras técnicas que os estamos contando (al fin y al cabo nuestro ojo enfoca todo nuestro campo de visión de forma natural y automática), pero desde luego es muy efectivo y también ayuda a crear profundidad.
Y es que mostrar una imagen en la que sólo haya una zona nítida, normalmente en el centro del plano (con una parte borrosa en primer término y en el fondo) es una manera definitiva de atraer a un espectador hacia un elemento o zona muy concreta de una imagen.
Mezcla todo lo anterior
Por supuesto, siempre podemos echar mano de dos o más de las técnicas que os hemos explicado para conseguir incluso un efecto mayor. Por ejemplo, la regla de los tercios es muy fácil de implementar y por tanto se puede combinar con cualquiera de los otros recursos de forma rápida.
Porque bien es cierto que no siempre va a haber tiempo para ponerse a pensar en cómo utilizar estas técnicas, pero es útil tenerlas en mente y practicarlas siempre que se pueda, para que sea más fácil ponerlas en práctica de forma intuitiva. Gracias a todo ello nos resultará mucho más fácil dirigir la mirada a través de la imagen, algo que desde luego no es una ciencia exacta pero sí que se puede propiciar con una composición adecuada siguiendo los consejos que os hemos dado.
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Foto de portada | ramy Kabalan
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La noticia
Siete maneras de componer imágenes y aprender a dirigir la mirada del espectador en una fotografía
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Xataka Foto
por
Óscar Condés
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