El estreno de ‘Logan’, la nueva película de mutantes después de la desastrosa ‘X-Men: Apocalipsis’, ha puesto frenéticos a los fans del Universo Marvel en general, y a los de los mutantes en particular. No solo podríamos estar ante la mejor película basada en los maltratados X-Men hasta la fecha, sino que da unas cuantas pistas acerca de en qué dirección podría moverse un cine de superhéroes no estrictamente atado a los mastodónticos e inamovibles esquemas derivados del éxito de franquicias como ‘Avengers’.
Por entenderlo, analizamos algunos de los aspectos más relevantes de este estreno que ya hemos tenido ocasión de catar. Estos son los motivos por los que el fan medio de las películas de superhéroes tiene que estar muy atento a ‘Logan‘.
<h21 – No supone el final de nada (más bien al contrario).
Para ser una película de tan marcado tono crepuscular y que se pretende punto final de tantas cosas, ‘Logan’ se lo monta muy bien para funcionar como arranque de muchas otras. Desde luego, es el final para Hugh Jackman en la piel del personaje, como él mismo se ha encargado de aseverar (aunque matizando que si Lobezno entrara en Los Vengadores o hubiera oportunidad de protagonizar un team-up con Deadpool, se pensaría el retomar al mutante de las garras de adamantium).
Y la película cuenta las andanzas de un Logan viejo y agotado: se basa en ‘Lobezno: El viejo Logan’, un comic de Mark Millar y Steve Mcniven perteneciente a una oleada de comics que se pusieron de moda en Marvel una temporada donde se contaban los supuestos últimos días de la vida de héroes de la casa, considerándose historias fuera de canon, es decir, que los guionistas podían hacer lo que quisieran sin tener en cuenta la continuidad.
‘Logan’ respeta solo moderadamente la historia que cuenta aquel ‘El viejo Logan’, y usa el concepto de partida para contar su propia historia: Logan vive con un Charles Xavier cuyos poderes mentales hay que mantener a raya con medicamentos y con un también muy perjudicado Caliban haciendo de niñera del telépata más poderoso del mundo.
Esta curiosa familia disfuncional se convulsiona más aún cuando se cruza en sus caminos Laura Kinney, más conocida como X-23, una niña mutante con poderes asombrosamente parecidos a los de Lobezno (y de comparable salvajismo). Los héroes no solo tendrán que ponerse en marcha después de años separados de la acción, sino que lo harán en formato de road-movie de autodescubrimiento, lo que refuerza el carácter crepuscular y oclusivo de la historia.
Y sin embargo… ‘Logan’ funciona tan bien que no solo no es el carpetazo para el personaje que quizás, en algún momento, se planteó cuando Hugh Jackman comentó a los jefazos de la Fox que esa iba a ser su despedida del personaje. Es que abre puertas insospechadas hasta ahora en el algo fláccido mundo de las adaptaciones Marvel de Fox (propietarios de los derechos de los mutantes, pero también de Los Cuatro Fantásticos, que ellos mismos han hecho implosionar), aprovechando el sorprendente resquicio abierto por el éxito de ‘Deadpool’. Esto es: más violencia, menos preocupación por imitar la estética (a veces inadaptable) de los comics y más libertad expresiva, dando los encargos a directores y guionistas con una visión propia.
Si ‘Logan’ tiene éxito, y todo apunta a que así podría ser, podría abrir una nueva vía en las adaptaciones superheroicas, una que no necesariamente sustituya a las que ya se hacen (tranquilidad: de momento las grandes sagas de blockbusters-mastodonte tipo ‘Avengers’ o, si eres de esos, ‘Batman v Superman’, no van a desaparecer), sino que suma una vía parealela de adaptar tebeos.
2 – Hace guiños a los fans
Es cierto que Logan es una película menos dependiente de otras entregas de ‘X-Men’ que las dirigidas por Bryan Singer. Ni siquiera hace casi referencias a las dos anteriores (y más bien lamentables) películas de Lobezno en solitario. No era la intención inicial: en los comentarios del DVD de ‘X-Men: Apocalipis‘, Synger afirmaba que un villano clásico de X-Men, Mr. Siniestro, aparecería por primera vez en ‘Logan’ después de haber sido apuntada su existencia en la escena post-creditos de ‘Apocalipsis’. Parece que vincularlo al nacimiento de X-23 era la intención inicial, ya que eso abre también las puertas a relacionarlo en un futuro con otro mutante, Cable, que ya se ha confirmado que se dejará ver en la segunda parte de ‘Deadpool’. Sin embargo, Mangold prefirió dejar a Mr. Siniestro fuera de su película, para poder mantener el tono realista.
Pese a ello, ‘Logan’ no funciona en un universo aislado del resto del cosmos de cine mutante: no solo tenemos la presencia de Patrick Stewart como Profesor Xavier (un papel que ha interpretado en siete ocasiones) y de Caliban, que ya aparecía en Apocalipsis (aunque interpretado por otro actor, Tómas Lemarquis), sino que hay un curioso jugueteo con la ficción que, salvo en la demencia metanarrativa de ‘Deadpool’, apenas se había visto en las películas de mutantes. Aquí, Logan y compañía son personas reales, sí, pero también héroes de tebeos inspirados en sus aventuras y que el propio Logan repudia porque la mayoría de lo que aparece impreso está inventado.
Es una idea estupenda para los fans: como Wyatt Earp (y el western no es un referente casual en esta película), Logan es lo bastante viejo como para presenciar su propia leyenda y contemplar las (falsas) historias que ha generado. Para el lector habitual de de comics, la existencia de esas “leyendas”, es decir, los tebeos de superhéroes de toda la vida, supone un guiño memorable y muy bien traído.
3. Se toma en serio a sí misma (pero no demasiado)
‘Logan’ es una película seria. Dramática en ocasiones. Pero esa cuestión no pesa como una losa sobre el tono de la película: ‘Logan’ es muy consciente de que estamos contemplando una aventura que hunde sus raíces en puritita cultura pop y sale victoriosa del complejo equilibrio entre el drama cercano que atenaza a los personajes (por poner solo unos ejemplos: el miedo a la muerte y la enfermedad, la importancia de la familia, el pasado como una losa sobre nuestras acciones) y la consciencia de que, bueno… estamos viendo una película sobre proyectos gubernamentales secretos que convierten a la gente en superpersonas tendentes a solucionar sus problemas con ultraviolencia. El equilibrio, todos lo sabemos, es complicado, pero lo consigue de la forma más clásica: presentando personajes complejos, de múltiples dimensiones y que le importan al espectador.
En ‘Logan’ el protagonista se nos presenta como un perdedor, pero esa imagen no está exenta de algo de ironía y autoparodia (Lobezno malvive como conductor de limusinas) y junto a Xavier forma una peculiarísima pareja cómica que, sin embargo no necesita sobreexplicar sus dramitas (el gran pecado de las películas de Batman de Christopher Nolan, epítome de los superhéroes oscuros en la gran pantalla) para que entendamos que la culpa y los sucesos del pasado los han marcado. ‘Logan’ se distancia así no solo de la ocasional torpeza expositiva de Nolan, sino también del nihilismo rampante de Zack Snyder, que en ‘Batman v Superman‘ -pero, sobre todo, en ‘El hombre de acero’- presentaba a héroes tan atormentados por su propia condición que no eran héroes con problemas, sino sociópatas desencadenados. ‘Logan’ ofrece las gotas justas de humanidad para que eso no suceda.
Porque a la vez… sabe encontrar la ligereza. Ya el primer encontronazo del héroe con unos matones que le quieren robar el tapacubos a su limusina tiene algo de desmitificador. Una desmitificación que se confirma cuando Logan se reencuentra involuntariamente con su estética clásica de patillas ochenteras, y que se revela especialmente cómica en una película como esta.
4. Es una película (más o menos) de autor
Posiblemente aquí esté la clave para la supervivencia del género en el futuro: las películas de superhéroes tienen que estar supeditadas a la creatividad de un individuo (o varios), sean director, guionista o lo que se tercie. Por eso ‘Iron Man 3’ es una de las mejores películas de Marvel: es primero una película de Shane Black, y luego una película de Iron Man. Por eso fue un error desplazar de la producción de Ant-Man a Edgar Wright; por eso ‘Punisher: War Zone‘ (dirigida por la indomable Lexi Alexander) es una de las mejores películas de personajes Marvel jamás rodadas; por eso la aportación personal de Christopher Nolan a la mitología de Batman ha configurado definitivamente la visión moderna del personaje; y por eso esta ‘Logan’ es superior a cualquier otra película previa de ‘X-Men’ (Singer no es un autor, aunque a él le parezca que sí, y en la otra película decente de la franquicia, ‘X-Men: Primera Generación’, se dejaba notar la mano de otro nombre propio, Matthew Vaughn).
James Mangold es un autor con cierta experiencia en el cine de gran presupuesto (aunque su anterior aportación a la saga, ‘Lobezno Inmortal’, se quedaba a medio gas en muchos aspectos), pero también en producciones intimistas. Su experiencia en el western (la soberbia ‘El tren de las 3:10’) o en el retrato de personajes (la emotiva biografía de Johnny Cash ‘En la cuerda floja’) trasciende en este ‘Logan’, que es tanto una película Marvel como una película de Mangold. Su mano también se deja notar en secuencias cuidadosamente planificadas e impecablemente ejecutadas, como la que involucra a un Xavier de poderes desencadenados, un hotel en Las Vegas y un ataque por sorpresa a X-23.
Por supuesto, la presencia de un nombre propio no garantiza nada: no hay más que ver los desmanes de Zack Snyder con el catálogo de héroes DC cuando se le ha dado manga ancha. Su transformación de ‘Watchmen’ en un panteón de semidioses frío y sin alma debió de ser pista suficiente para deducir que Snyder era un buen clonador, pero un mal intérprete. Que es lo que hace falta para traducir un medio a otro.
5. Este sí que es Lobezno
Por extraño que parezca, Lobezno nunca había sido reflejado con la imagen que transmitía en los comics. Esto es, la de un animal salvaje y acorralado: las películas de Singer, así como las del héroe en solitario, se quedaban en una inofensiva tendencia al mal humor y cierta pose chulesca. Pero Lobezno es, también, una de las bestias más imprevisibles del Universo Marvel, una capaz de medirse, en términos de ferocidad con el mismísimo Hulk: por eso tienen éxito sus aventuras lejos del paraguas de los X-Men.
Para reflejar ese salvajismo, Fox tenía que asumir un compromiso: el de permitir a la MPAA, la junta de calificación por edades estadounidense, que le colgara una R a la película, es decir un estricto “Para mayores de 18 años” que hasta hace muy poco significaba la muerte comercial para una película de estas características y no abiertamente adulta. Por suerte, ‘Deadpool‘ cambió las reglas del juego: la insistencia de sus responsables (Ryan Reynolds en cabeza) en que sus chistes gruesos y su violencia desbocada llegaran sin adulterar a las pantallas proporcionó jugosos beneficios (y, suponemos, caras de sorpresa) a la productora, que se ha tomado con menos reservas la R para ‘Logan’.
El resultado es justo el esperable en una película de ‘Logan’: su ferocidad es la propia del personaje y dejamos de ver a enemigos que aguantan un asalto tras otro contra esta bestia parda. Aquí los desgraciados que se le ponen por delante ven sus gargantas atravesadas, las caras hechas trizas y las extremidades volar por los aires, en peleas violentas y que devuelven algo de brutalidad superheroica a un género que, no lo olvidemos, va esencialmente de gente con superfuerza que resuelve sus problemas a golpes.
6. Juguetea con otros géneros
Se ha hablado mucho de que Logan es en realidad un western, y no es extraño teniendo en cuenta la experiencia del director y las películas que cita como influencia: ‘Raices profundas’ o ‘Los cowboys’ son algunas de ellas (junto a, jocosamente, comedias indies como ‘Pequeña Miss Sunshine’-
Lo importante de eso no es que ‘Logan’ sea más o menos canónica como película de superhéroes (un canon que no estaba nada claro antes de la dupla ‘Dark Knight’ – ‘Avengers’ y que ahora supone más una losa conceptual que otra cosa). Lo importante es que abre vías para que el género sea más variado: ‘Guardianes de la Galaxia Vol. 2’, el nuevo reboot de ‘Spider-Man’, ‘Wonder Woman’, ‘Justice League’ y sus respectivas películas de héroes por separado, ‘Pantera Negra’… cada uno de esos personajes o equipos tienen las suficientes características definitorias como para dar pie a géneros distintos.
Y no hablamos ya de comedia, drama o thriller. Películas de atracos (lo que era en buena medida ‘Ant-Man’, por cierto), comedias indies, epopeyas bélicas, ciencia-ficción dura, terror áspero… si ‘Logan’ demuestra algo es que se puede hacer una película de superhéroes que no se rija estrictamente por los códigos superheroicos, y eso solo puede significar un futuro más variado para el género.
En Blog de Cine | ‘Logan’, la mejor película del universo X-Men (crítica sin spoilers)
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Seis cosas que ‘Logan’ hace mucho mejor que (la mayoría de) las otras películas de superhéroes
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John Tones
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