Aunque cada vez proliferan más los sistemas de iluminación LED portátil, la gama Rotolight ha llegado a nuestro país con intención de ocupar un puesto dominante en el mercado. Se diferencia de los competidores ofreciendo calidad y funciones que no se encuentran en el resto. Para comprobar cómo funciona en la práctica hemos realizado la presente prueba de campo.
El catálogo completo de Rotolight consta de tres modelos diferenciados entre sí por el tamaño y la potencia; hoy nos ocuparemos del NEO, que ocupa el puesto intermedio. Se trata de una lámpara bicolor de 530 lúmenes de potencia máxima con temperatura de color regulable.
Ergonomía y manejo
Cuidadosamente presentada en un práctico y cuidado estuche que permite su transporte y protección durante una sesión de trabajo, agrada al extraerla su pequeño tamaño –145 mm de diámetro– que permite acapararla con la palma de la mano. Algo más de medio kilo de peso –con pilas– facilita su manejo y permite que la muñeca no se resienta, aunque se use sobre la cámara.
Para esta función incluye zapata universal que, a su vez, lleva rosca para poder situarla sobre otros pies de iluminación. También se puede desmontar con facilidad. En los extremos superiores incorpora otras dos roscas para adaptar viseras u otros accesorios disponibles en el catálogo de Rotolight.
La parte trasera la domina una pantalla con información y dos grandes botones controladores de todas las funciones de la lámpara. Además, encontramos el botón de encendido, el conector a red eléctrica y el compartimento para las seis pilas de tipo AA.
En la parte frontal, el panel de LED y una pantalla que se puede extraer con un simple giro para alojar los filtros correctores o modificadores. De serie se incluyen cuatro: dos difusores con distinta densidad, un cosmético y un magenta –corrector del verde provocado por los fluorescentes de pabellones–.
Muestras
A continuación, realizamos una prueba con diferentes temperaturas de color haciendo uso del siguiente esquema de iluminación:
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Por otro lado, el equipo no está protegido contra la intemperie; un detalle que se echa de menos para aumentar las situaciones de uso en exterior de una lámpara pensada para trabajos profesionales o aficionados avanzados.
Sí nos alegramos, por el contrario, de la posibilidad de trabajar conectados a la red eléctrica. Un conector de entrada de 15 V –se incluye de serie el transformador necesario– permite esta conexión. Si lo necesitamos en localización externa, seis baterías de tipo AA proporcionan autonomía para más de tres horas a máxima potencia.
Potencia que, aunque regulable, se nos antoja justa para la mayoría de situaciones –al menos cuando se utiliza como única fuente de luz–, por lo que siempre hemos tenido que posicionarla al máximo. Aun así, nos vimos obligados a subir ISO o abrir diafragma para captar la luz necesaria en las tomas.
Cierto que se trata de una lámpara pequeña pensada para trabajar a distancias cortas; no hay que perder la perspectiva del equipo ante el que estamos y, en este sentido, supone una magnífica ayuda. También como luz de relleno, pero siempre sin alejarnos demasiado del sujeto a iluminar.
El regulador de temperatura de color permite elegir el grado deseado desde 3150 K hasta 6300 K con incrementos de 10 en 10. Se garantiza una precisión de color de CRI >95.
Con un ángulo de 50º, proporciona una luz bastante suave, sin sombras demasiado duras. Contribuye a ello su forma circular: una de las características más apreciadas y diferenciadoras de esta lámpara.
Sus principales virtudes las encontramos en las funciones específicas para la grabación de vídeo pues consta de programas para simular efectos especiales: fuego, sirena de policía, tormenta… Todas ellas se basan en la posibilidad de modificar la frecuencia del haz lumínico. Para cada efecto viene preconfigurado un valor que se puede modificar según preferencias. Dispone también de un modo de desvanecimiento de encendido y apagado cuya duración también se puede configurar.
Tiene así mismo un modo estroboscópico que hemos probado con fotografía de larga exposición. La intensidad de la luz no permite lograr los mismos resultados que con un flash, pero aun así se consiguen efectos curiosos.
Conclusiones
El Rotolight NEO está a la venta por un precio aproximado de unos 350 €. Nos ha convencido su portabilidad y la luz suave que consigue su forma circular. También los aficionados al cine sabrán sacar provecho de los mencionados efectos especiales que se pueden conseguir con facilidad. La posibilidad de conexión a la red eléctrica supone otra ventaja añadida.
En el mercado se pueden encontrar muchas lámparas LED con potencia similar o incluso superior por precios bastante más bajos. Entonces ¿merece la pena el desembolso extra? La eterna pregunta. Todo depende de si se va a sacar partido a los añadidos de Rotolight; quizá innecesarios para un fotógrafo aunque interesantes para un realizador de vídeo. La amplia gama de accesorios disponibles y la fiabilidad de una marca sólida también pueden ayudar a tomar una decisión.
Los productos Rotolight se distribuyen en España por XP Distribution.