Roblox es un «juego» multijugador en línea free-to-play. En apariencia es muy similar a Minecraft, aunque los personajes recuerdan a los de LEGO. Se lanzó en 2006, y actualmente cuenta con más de 64 millones de usuarios. Decimos «juego», entre comillas, porque no es solo un juego; en realidad es un universo de juegos completo, una plataforma en línea que aloja cientos de títulos, muchos de ellos generados por los propios usuarios. Su otra particularidad es que está destinado, construido y mantenido para niños; aunque todo el mundo puede jugar, la mayoría de sus usuarios tienen entre 8 y 12 años.
Cómo es Roblox por dentro
Tras la descarga te registras para crear una cuenta. De primeras únicamente te piden para hacerla un apodo, una contraseña y una fecha de nacimiento. Esta última influirá en los permisos de contenido, pero es 100% declarativa. Es decir, el niño debería estar acompañado o no mentir, para que efectivamente tenga permisos de niño.
Después de que crees tu avatar y lo personalices a tu gusto, se te proporciona una pequeña propiedad en el universo de Roblox y una caja de herramientas donde guardar los objetos que adquieres. La idea a partir de aquí es que empieces a entrar en mundos, los «juegos dentro del juego», o que crees los tuyos propios.
Los mundos se crean con piezas de diferentes tamaños y materiales, como las de LEGO, y estos luego los puedes compartir con otros usuarios. Es decir, dentro del juego hay muchos juegos o «mundos» creados por los jugadores manualmente. Como las herramientas son similares los ambientes de cada uno se pueden parecer, pero las experiencias que reportan son distintas. Así, puedes encontrar un juego de esquivar ríos en un desierto, una expedición en una cueva o un castillo con un monstruo que te persigue. Las opciones son casi ilimitadas. Desde la plataforma, de hecho, animan a los niños a entrar a Roblox Studio, el entorno de desarrollo de juegos, a que creen más.
Si bien la aplicación es gratuita, hay ofertas de suscripción de pago para mejorar la experiencia. Estas incluyen actualizaciones de avatar premium, crear grupos, poder vender objetos o intercambiarlos y la eliminación de anuncios, entre otras ventajas. También hay una moneda en la aplicación, llamada «Robux», que se adquiere principalmente a través de compra con dinero real. El Robux permite adquirir personalizaciones mejores, packs de ropa temática especial, adquirir diversos materiales de construcción y herramientas, y obtener habilidades especiales para el avatar.
En la teoría, Roblox está diseñado para ser un lugar completo y seguro para que los niños se congreguen, jueguen y se comuniquen entre sí. Se centra en la creatividad y la construcción, al tiempo que «fomenta la comunidad entre sus jugadores».
Los cofundadores de la plataforma concibieron hace 13 años Roblox como un software educativo, porque los niños pueden usar las herramientas para imaginar y crear todo tipo de experiencias inmersivas. Los más jóvenes pueden empezar a jugar con sus primeras nociones de programación para adaptar las funciones de cada pieza cuando construyen mundos. De hecho, sus desarrolladores aseguran que es una plataforma educacional basada en la teoría del «construccionismo», que sostiene que los niños aprenden mejor en roles activos de diseño y construcción, y que este aprendizaje se acelera en comunidades públicas.
Sin embargo, hay que advertir que si se mira con los ojos de un adulto, algunas ambientaciones pueden llegar a ser un poco decepcionantes. Por más expansivas que sean las opciones del juego, y por más bonitas que son algunas capturas de pantalla dispersas por la red, los desarrolladores de esta plataforma van desde niños muy pequeños hasta adultos de 20 años, lo cual es una dimensión amplia de aptitudes y talento.
Los juegos «recomendados» son los mejores e indiscutiblemente buenos, pero si buscas más a fondo en todos los títulos creados, descubres que hay otra gran mayoría generados por la comunidad de niños y adolescentes más pequeños, lo que crea diferencias de calidad evidentes. En general, el grueso de los juegos se ven como «muy amateur», y quedan eclipsados por los que hacen los más talentosos y entregados.
¿Es que nadie va a pensar en los niños?
Una preocupación natural en una aplicación que abiertamente se dirige a los niños es la seguridad de los susodichos. Como el objetivo de Roblox es que los jugadores interactúen y hagan amigos, y esto se logra paseando por el mundo en línea y deteniéndose para hablar con otros jugadores dentro de una función de chat, es un poco complicado el control total en esta cuestión.
El problema es que, al igual que en cualquier juego multijugador en línea, el gran volumen de personas hace muy complicada la moderación. En Roblox hay actualmente más de 40 millones de juegos (mundos) online dentro del juego, y más de tres millones de desarrolladores activos creando más. Solo en 2017, se añadieron más de once millones de juegos. Por otra parte, casi la mitad de los niños estadounidenses de entre 9 y 12 años lo usan activamente, según datos de la compañía.
Para combatir los riesgos, ofrecen un par de niveles de seguridad: para todos los jugadores Roblox supervisa activamente todos los chats de todos los mundos por contenido o comportamiento inapropiado. Y para jugadores menores de 13 años, existen restricciones adicionales sobre quién puede comunicarse con ellos. Además, se pueden activar filtros automáticos estrictos: la plataforma no permite que los jugadores usen sus propias fotografías ni intercambien información privada, como números de teléfono o direcciones, por ejemplo.
En cuanto a los mundos, todos los proyectos creados pasan por revisión de un equipo humano. De hecho, según Roblox, tienen «más moderadores que empleados» para revisar la actividad reportada y cargar el contenido las 24 horas del día.
También ofrecen una página web a los padres para ayudar a responder cualquier pregunta que pueda quedar, así como una política de contacto abierta para los padres que aún tengan inquietudes o quejas. Es más, esperan que los usuarios repoten el mal comportamiento, de forma que la propia comunidad se vigile a sí misma.
A pesar de todo, los niños todavía son susceptibles. Al menos, se dan casos. El juego invita a los jugadores a explorar mundos imaginarios de todo tipo. Y algunos de estos mundos han sobrevivido con naturaleza sexual lo suficiente como para crear problemas y dejar pruebas.
Un padre británico que decidió ver el juego del que estaban obsesionados sus hijos se sorprendió al descubrir avatares que tenían sexo virtual, según informó ABC News en 2017. YouTube, de hecho, está lleno de videos sexuales hardcore del juego (los borran, pero aparecen nuevos). Este mismo mes, una mamá de Carolina del Norte (E.E.U.U) contó en Facebook aportando capturas cómo el personaje virtual femenino de su hija estaba sufriendo una violación sexual grupal por parte de dos avatares varones; a pesar de que su marido y ella habían puesto todos los ajustes de privacidad previstos por Roblox al máximo nivel posible.
Respecto a este último caso, Roblox comunicó a la prensa que están «estableciendo medidas de seguridad adicionales para reducir la posibilidad de que esto vuelva a suceder en el futuro». En general, la compañía admite que, en algunos casos, pueden ocurrir fallos humanos en la fase de control de contenido, pero que «recomiendan que los padres supervisen activamente el uso que sus hijos les dan a Roblox».
La creatividad tiene beneficios
Como aliciente para los creadores, estos obtienen una parte de los beneficios que se generan con los universos dentro del juego. Y esto es básicamente lo que parece el detonante del éxito.
Solo en 2017, la compañía pagó más de 30 millones de dólares a los desarrolladores, una cifra que esperan superar en 2018 —al momento de escribir estas líneas el site afirma 53 millones históricos—. Hay jóvenes comenzando sus propias compañías para juegos de Roblox y ganando cientos de miles de dólares. Por ejemplo está el caso de un estudiante de Dakota State, Gus Dubetz, que ganó más de $120,000 gracias al juego.
Este es uno de los aspectos más interesantes de Roblox: la comunidad, que asciende a 64 millones de jugadores mensuales, no crea por amor al arte, sino que obtiene beneficios dependiendo de su creatividad. Esto motiva a los jóvenes a hacer mundos cada vez más grandes, variados e interesantes y a la vez también consigue atraer a desarrolladores nuevos.
En cuanto a qué factura Roblox de todo esto, sus cuentas no son públicas, sin embargo, Recode informó, que hay una ronda de financiación que haría que su valor actual esté en cerca de $2.5 mil millones de dólares (el mismo precio que Microsoft pagó por Minecraft en su momento).
No solo ganan de la venta de Roblux, la moneda del juego, de la que se llevan la diferencia entre el 18% que cobra el desarrollador y lo que el comprador gasta finalmente (82%), también venden publicidad inmersiva con grandes marcas, como Disney.
El modelo de negocio parece funcionar lo suficiente, pero aquí la frase: «Un gran poder conlleva una gran responsabilidad», no suena tan en broma. Sin duda, cuando te diriges a niños tienes una gran responsabilidad. Y Roblox, si quiere seguir creciendo, tendrá que asumirla.
Imagenes: Roblox | Kelly Sikkema
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La noticia
Roblox, la plataforma «semidesconocida» de juegos para niños que ya vale más de 2.500 millones de dólares
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Xataka
por
Victoria Pérez
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