La Sony PXW-Z90 es una de las últimas videocámaras de la familia XDCAM de la marca japonesa. Entre sus principales reclamos encontramos su reducido tamaño, la calidad de emisión y grabación 4K y su sistema de enfoque automático por detección de fase (PDAF), así como la grabación de hasta 1.000 fps para tomas en slow motion. Un modelo interesante que ofrecerá una alta calidad de grabación al usuario, como hemos podido analizar en nuestra prueba.
Orientada al sector profesional, la PXW-Z90 tiene un peso aproximado de 1,39 kg y unas dimensiones de 13 x 18 x 29 cm –con todos sus accesorios incluidos– que la convierten en un equipo de alta calidad fácilmente transportable y ligero. Con estas dimensiones es fácil entender por qué Sony relaciona este producto con la actividad de emisión en directo –broadcasting– y enfoca a este público como su principal consumidor.
Con el equipo preparado, salimos a hacer pruebas para confirmar si su precio cercano a los 3.500 € está justificado. Se siente ligera, y eso se agradece. Comparándola con otros equipos de su gama, el volumen y peso, la PXW-Z90 es sensiblemente menor, lo que aumenta su operatividad y manejo. Además, el asa accesoria para la conexión de dispositivos de grabación de audio con entrada XLR aumenta su ergonomía y proporciona un buen punto de agarre para el equipo.
Pese a ser una cámara ligera, se siente robusta y bien construida al tacto, aunque su botonería puede resultar incómoda en ocasiones. Si bien dispone de la capacidad de personalizar botones para asignar funciones determinadas para un mejor manejo del equipo, la disposición de estos se antoja en ocasiones poco intuitiva y algo tediosa en las configuraciones, sobre todo cuando se trabaja cámara en mano. Sobre trípode, el hecho de poder utilizar las dos manos facilita la utilización de los mandos, botones y diales. Sin embargo, parece que en el afán de conseguir una mayor compacidad la ergonomía y manejo del equipo se ha visto algo mermada para su jerarquía y precio.
Como era de esperar, en el modo manual los ajustes de sensibilidad ISO, ganancia, velocidad de obturación y diafragma son totalmente configurables y adaptables a cada situación específica. La grabación a plena luz del día resulta nítida en resolución 4K gracias a su sensor CMOS Exmor RS retroiluminado de 1” –13,2 mm x 8,8 mm– que ofrece unos buenos resultados.
Este comedido tamaño de captor hace viable conjugar una óptica integrada el equipo –de montura fija– con un zoom 12x sin desorbitar el precio, tamaño y peso del equipo. Obviamente, el recorrido focal equivalente varía según la relación de aspecto elegida para grabar, pasando de unos 29-348 mm en 16:9 hasta los aproximadamente 33-394 mm si optáramos por la relación 3:2. La luminosidad es variable, siendo f/2,8 el diafragma más abierto en posición angular y f/4,5 en su extremo tele.
La PXW-Z90 trabaja con diferentes formatos de vídeo, entre los que se encuentran el XAVC QFHD a 100 Mbps y 30p/25p/24p, el XAVC HD, AVCHD y MPEG HD 422/420 –estos últimos requieren una actualización con licencia–, lo que supone una amplia variedad de formatos que nos permitirá elegir el adecuado en las diferentes situaciones que nos puedan acaecer. Eso sí, percibimos una diferencia notable en la duración de la batería en relación con el formato que grabemos, que puede hacer que ésta se agote con mayor o menor velocidad.
En condiciones de luz abundante podremos evitar la sobreexposición gracias a sus tres filtros ND 1/4, 1/16 y 1/64, y su visor ocular –OLED de 1”– permitirá que su pantalla LCD de 3.5” no sea el único punto de referencia que tengamos a la hora de tomar las imágenes. En cambio, en condiciones de luz bajas la cámara sufre más, el ruido electrónico se hace más presente y afecta al resultado final de la imagen, algo –por otra parte– intrínseco a la naturaleza de este conjunto: sensor de 1″, óptica zoom 12x y orientación de uso polivalente con preferencias hacia la emisión en directo.
Pese a que la apertura máxima de diafragma es f/2,8, dependiendo de las condiciones de luz y si no disponemos de iluminación auxiliar, la PXW-Z90 mostrará sus mayores flaquezas. Aún así, la cámara dispone de un modo específico –bautizado como Low Lux– que permitirá mejorar la calidad de las grabaciones en condiciones de luz tenue. Y en caso de tener que operar en la oscuridad, el equipo dispone del modo Nightshot, que hará las veces de cámara infrarroja consiguiendo detalle en tomas prácticamente sin iluminación externa, tiñendo la imagen final con esa reconocible estética con dominante verde de los sistemas de cámaras de videovigilancia.
En cuanto a las opciones de color, podremos elegir entre 10 perfiles de color programados automáticamente que varían el resultado de la toma con mucha diferencia entre ellos. Accediendo al menú Picture Profile podremos elegir cualquiera de estas opciones, entre las que se encuentran ajustes predefinidos de simulación de película impresa de color de cine, otros centrados en reproducir fielmente los colores dispuestos en la toma o configuraciones predeterminadas de captura con gamma en los modos S-Log2 o S-Log3, que posteriormente permitirán una edición más personalizada en lo que a gama tonal se refiere.
Otra de sus opciones interesantes es el modo de captura de alto rango dinámico en resolución 4K, en el que los colores se muestran más vivos y la gama tonal mejora considerablemente, ampliando el abanico de color con muchos más matices que los demás modos. Como era de esperar, en esta configuración de color también es posible capturar utilizando los flujos de trabajo Hybrid Log Gamma o HLG, S-Log2 o S-Log3, lo que permite capturar imágenes con una variedad aún mayor en la gama tonal resultante.
Uno de los puntos que más nos ha gustado es el buen funcionamiento del enfoque automático del que dispone el equipo. Gracias a sus 273 puntos de AF y a la tecnología de reconocimiento facial sumado al enfoque automático con bloqueo, es posible configurar el enfoque de seguimiento continuo con sólo pulsar la pantalla LCD táctil en el punto que deseemos mantener a foco. La PXW-Z90 se encargará de reconocer el movimiento del sujeto y de mantenerlo bien enfocado en todo momento, lo que sirve de mucha ayuda en situaciones de movimientos rápidos. Además, el hecho de poder seleccionar el punto exacto de enfoque máximo pulsando la pantalla permite efectuar unas transiciones de foco realmente rápidas sin necesidad de girar el anillo de enfoque.
Pasemos ahora a analizar otro de los puntos fuertes de este equipo; la grabación en cámara lenta. La PXW-Z90 es capaz de grabar a una frecuencia de hasta 1.000 fps –en resolución Full HD–, lo que aumenta la duración de los clips 40 veces. Sin embargo, apreciamos un recorte pronunciado en el encuadre cuando la frecuencia de cuadro es tan alta y existe una limitación del tiempo de grabación en dichas frecuencias.
Eso sí, con el modo S&Q Motion –que permite grabar hasta a 120 fps en formato NTSC y a 100 fps en PAL– este recorte no existe, del mismo modo que desaparece también la limitación de duración del clip. Es también importante que –para tomas en estas frecuencias de cuadro– se cuente con una buena iluminación, dado que la velocidad de obturación obligatoria para estos casos condiciona la luminosidad del plano final.
En definitiva, bajo el análisis derivado de esta pequeña convivencia –cámara en hombro– con la PXW-Z90, podemos certificar que es un modelo solvente y liviano, y con unas características interesantes que proporcionarán al usuario una buena experiencia de grabación siempre y cuando se entienda bien su ecosistema.
La relación indisoluble entre tamaño de sensor, zoom óptico y compacidad general del equipo hace inviable –por el momento– un excelente rendimiento con escasa luz; toca, por lo tanto, vigilar con lupa el ruido electrónico.
Por contra, si compensamos con luz artificial la escena u optamos por contextos donde predomine una buena exposición y luz disponible, el equipo otorgará sus mejores resultados, con todas las virtudes asociadas a dicha relación. Grabar en 4K, con capacidad HDR a través de un zoom 12x estabilizado de buena calidad sin acabar la jornada pidiendo cita a nuestro fisioterapeuta por tener el hombro y la espalda resentidos del peso; esa es, sin duda, su mayor bondad.