Todos los que han usado una cámara estenopeica desearon alguna vez poderla llevar en el bolsillo para usarla en cualquier momento. La Nopo 24 es esta versión “mini” para película de 35 mm; de hecho, su reducido tamaño de 95 x 60 mm la convierte en una cámara estenopeica ultra-compacta.
Dado que el fin de una cámara de bolsillo es poder llevarla encima de forma cómoda –y para evitar que tengamos que llevar siempre el trípode con nosotros– la propia cámara dispone de unos prácticos imanes en su parte inferior, para poder fijarla en soportes metálicos ferrosos que tengamos a nuestro alrededor.
Elaborada con madera de abedul y cerezo al igual que los demás modelos de la gama, destaca en este caso su sencillo diseño, ajustándose el chasis del carrete al cuerpo de la cámara que se une a su parte trasera mediante potentes imanes. Una vez colocada la película y cerrada la cámara ésta queda aislada de la luz exterior. Sin embargo, sí hemos comprobado que en circunstancias extremas la luz puede llegar a filtrarse mínimamente en algunos de los fotogramas.
Para evitarlo, es aconsejable esperar un par de horas una vez colocado el carrete antes de hacer la primera toma para que las gomas que protegen la película se reajusten y adapten al cuerpo de la cámara. Sin embargo, nos consta que en la serie final de las NOPO 24 se ha añadido una junta adicional para evitar esta incidencia.
La cámara cuenta con una distancia focal equivalente de unos 10 mm y un amplio ángulo de visión de 100º. Otro de sus elementos característicos es su formato cuadrado de 24×24 mm. Éste, además de darle un estilo propio a las fotos finales, permite aprovechar más la película, pudiendo hacer hasta casi 50 exposiciones por cada carrete 135-36.
Viene acompañada de una rueda de exposición como guía orientativa y un manual de instrucciones bastante ilustrativo que nos muestra paso a paso cómo colocar la película, aunque recomendamos no olvidar fijarla al chasis Nopo con cinta adhesiva.
Metemos la Nopo 24 en el bolsillo y salimos con ella a la calle a hacer las primeras pruebas, en diferentes días y condiciones de luz.
Las primeras pruebas las realizamos un día lluvioso por las calles de Madrid. Utilizamos una película en blanco y negro Kentmere 100 de 100 ISO. Hacemos la primera parada en la Puerta del Sol y sus calles aledañas donde retratamos el ajetreo de las fiestas navideñas y el movimiento rápido de la gente huyendo del frío para refugiarse en las tiendas.
Poco después, nos subimos a una de las famosas terrazas de la capital para poner a prueba el alcance de la cámara. El reducido tamaño del estenopo –el diámetro del mismo, de 0,15 mm, equivaldría aproximadamente a un f/68– permite una gran profundidad de campo, que hacer aparecer enfocados todos los elementos de la imagen.
El segundo día, el sol brilla de forma intermitente y las nubes cubren a intervalos el cielo. Es el momento ideal para hacer las pruebas con una película a color. Utilizamos para ello una película Kodak Ektar ISO 100. En este caso, los tiempos de exposición varían entre 2 y 4 s.
Cuando la luz es tan variable es siempre un poco más complicado calcular el tiempo de la exposición en cada toma, sobre todo en los momentos en los que el sol intenso nos puede llevar a tiempos de 1 segundo o incluso menos, algo inusual para quienes estemos a acostumbrados a trabajar con cámaras estenopeicas de grandes dimensiones. En este caso, desde luego, una de las ventajas de utilizar película en vez negativo de papel es poder jugar con el color y sus matices.
Llegados a este punto creemos necesario hacer un inciso sobre la forma de obtener estas imágenes, puesto que, en realidad, la cobertura real de la cámara es de aproximadamente 26 x 26 mm, lo que implica que se invade parte de las tiras de arrastre del negativo, tal como se aprecia en las siguientes imágenes.
Pero este motivo, es necesario realizar un escaneo manual de estos negativos y seleccionar la imagen final de formato cuadrado que, según criterios totalmente subjetivos, más se adecue a la intención del fotógrafo en el momento de la propia toma.
Para nuestra última prueba nos alejamos de Madrid, y en un día nublado y de frío intenso nos vamos de ruta por los pueblos de Burgos. Llevamos una película Ilford HP 5 Plus ISO 400 y los tiempos en este caso son similares al primer día, oscilando entre los 2 y 3 s.
Aunque ya lo habíamos comprobado en la ciudad, en espacios abiertos es todavía más evidente el increíble angular de la cámara, algo a tener en cuenta en tomas de panorámicas, por ejemplo, en las que los paisajes resultan amplios y lejanos a la vez.
Los espacios con marcadas diferencias de luz, en las que nos encontramos con zonas muy iluminadas tales como ventanas o fuentes de luz directas en contraposición con zonas en penumbra, presentan un gran reto para la cámara, ya que no tenemos formas de equilibrarlo. Sin embargo, los altos contrastes resultantes pueden suponer un atractivo y darle a la imagen una estética específica e interesante.
La toma final es siempre una sorpresa cuando utilizamos una cámara estenopeica, en la que carecemos de visor de encuadre, si bien es cierto que la Nopo 24 cuenta con un pequeño triángulo que, a modo de guía, nos puede orientar para colocarnos en línea con aquello que queramos fotografiar. Aun así, siempre hay pequeños factores y circunstancias que escapan de nuestro control, un elogio al error para muchos, que por extraño que parezca es una de las cosas que más valoramos quienes usamos estas cámaras, dado que la imperfección y –en ocasiones– la oscuridad, lejos de ser un inconveniente, se convierte en un elemento que caracteriza las imágenes.
Para aquellos que quieran iniciarse en el mundo de la fotografía, trabajar con una cámara estenopeica es una de las mejores formas de entender cómo se forman las imágenes y cómo podemos utilizar y controlar la luz para conseguir la foto deseada. Luz y tiempo en estado puro. Para los que ya dominen este tipo de fotografía, las nuevas Nopo 24 son un lujo por su tamaño transportable que nos permite llevarla en el bolsillo allá donde vayamos.