Colonia – A pesar de que no llegará hasta principios de 2019 –como muchas de las novedades presentadas en esta Photokina 2018–, los primeros prototipos de la recién anunciada Ricoh GR III ya están aquí, por lo que nos hemos acercado al estand de la firma en la feria para recabar más datos sobre ella.
Para los usuarios ajenos a la familia de cámaras GR de la compañía japonesa, hay que recalcar que son, a fecha de hoy, las cámaras compactas con sensor APS-C más pequeñas del mercado. Con un diseño muy sobrio que les confieren una estética muy personal, las GR son muy apreciadas por sus usuarios, y en España cuentan particularmente con una gran comunidad de aficionados.
Una estética que recuerda también a la última compacta de “sensor grande” presentada por uno de sus competidores recientemente, la Fujifilm XF10. No pasa desapercibida la semejanza entre ambas cámaras, un claro indicador de que Ricoh parece haber acertado con su diseño.
No obstante, el modelo actualmente a la venta, la Ricoh GR II, a pesar de sus numerosas virtudes, cuenta con un importante defecto que para muchos usuarios se ha convertido incluso en un problema infranqueable: el conocido problema de suciedad en el sensor. Y ello a pesar de que se trata de una compacta con óptica fija no intercambiable.
Por este motivo, nuestras primeras preguntas se centran en este “espinoso” punto. En el estand nos atiende Takashi Arai, responsable de ingeniería de producto en Ricoh, que nos confirma que en la nueva GR III se hace uso del último sistema de limpieza de sensor de la firma, el DR II –Dust Removal–, el mismo que encontramos en la Pentax K-3.
El mecanismo es conocido: un pequeño filtro de vidrio colocado delantes del sensor se hacer vibrar a alta frecuencia. Estas vibraciones ultrasónicas –por encima, pues, del umbral del oído humano– son inducidas por unos transductores piezoeléctricos, y permiten eliminar las posibles motas de polvo del captor. Pero ¿qué tal funciona en la práctica? ¿Podemos decir que se han solucionado los problemas de suciedad en el sensor de la anterior generación? Los responsables de la firma asienten convencidos.
En todo caso, podemos estar seguros de que este sistema por ultrasonidos –inventando originalmente por Olympus y luego implementando por otros fabricantes– es bastante más eficiente que el sistema de limpieza usado originalmente por Pentax, mediante desplazamiento del sensor.
Aprovechamos también para contrastar algunas de los datos ya proporcionados en la nota de prensa oficial pero también para averiguar otros nuevos. Sobre el sensor de imagen, por ejemplo, que ahora cuenta con una resolución de 24 Mpx, un gran salto con respecto a los 16 Mpx de la GR II, que según nos confirman sería el mismo que el incluido en la Pentax K70.
Esta última fue, de hecho, la primera cámara de Pentax en incluir píxeles de detección de fase –PDAF– incorporados en el sensor, una funcionalidad que –por tanto– incluye también ahora la Ricoh GR III, lo que servirá para mejorar notablemente la capacidad de AF gracias al autoenfoque híbrido por fase y contraste. Además, tenemos la posibilidad de simular el filtro AA o paso bajo para reducir los efectos de muaré, como en la K70. Sigue sin determinarse, sin embargo, cuál será su sensibilidad máxima –en la Pentax es de ISO 102.400–.
Asimismo, la cámara hace uso también del sistema de estabilización en el cuerpo de 3 ejes por desplazamiento del sensor, como en la mencionada Pentax K70. No sabemos si, como esta última, incluirá también el modo de alta resolución “Pixel Shift”. Si bien es cierto que disponer de estabilizador no es tan crítico cuando se trabaja con un angular de 28 mm –equivalentes– como el de la GR III, siempre es una adición bienvenida.
Y sobre todo si tenemos en cuenta que todos estos añadidos vienen sin un aumento del peso de la cámara –solo 6 g más en realidad–. De hecho, las dimensiones globales del cuerpo han sido incluso reducidas, especialmente en lo que se refiere a la anchura, de casi 1 cm menos: 10,9 x 6,2 x 3,3 cm en la GR III contra 11,7 x 6,3 x 3,5 cm en la GR II.
Takashi Arai nos avisa, sin embargo, que han tenido que hacer alguna concesión para mantener la compacidad de la cámara: el pequeño flash que incorporaba la GR II se ha eliminado en la GR III; seguramente un mal menor, aunque para algunos usuarios concretos pudiera resultar práctico.
Tampoco se prevé ningún modelo con visor electrónico integrado a pesar de que algunos usuarios deseaban que la GR III –o una versión de esta– lo incluyera, pues “rompería” con su filosofía original de mantener el menor tamaño posible, una filosofía heredada desde del primer modelo Ricoh GR Digital que inauguró la familia. Incrementar el tamaño, aunque solo fuera unos milímetros o gramos de más, podría hacer que la GR ya no cupiera en el “bolsillo”, sentenciaban sus responsables.
Por este mismo motivo es por el que han seguido utilizando una apertura máxima “equilibrada” de f/2,8. Una óptica más luminosa –como una f/2 al estilo de la X100, por ejemplo– aumentaría el tamaño por encima de lo deseable. Preguntamos, sin embargo, si han considerando la posibilidad de lanzar otras versiones de la GR pero con focales fijas diferentes, como un 35 mm… una leve sonrisa de Takashi Arai confirma nuestras sospechas: es algo que están sopesando en discusiones internas de la compañía, aunque de momento no hay nada tangible sobre la mesa; tomarán las medidas oportunas en función de la demanda.
En cuanto a la ergonomía y el acabado exterior, no hay cambios significativos –excepto la eliminación del flash, tal como hemos mencionado anteriormente–. La disposición de la botonería es también idéntica, con alguna actualización menor de la disposición de los modos del dial con respecto la GR II –el vídeo se activa ahora mediante un botón lateral y no desde el propio dial–.
No obstante, más que de prototipo, hemos de hablar de mock up o maqueta, pues no se trata aún de un modelo funcional, por lo que de momento no es posible comprobar su rendimiento. Sin embargo, tal como nos confirman sus responsables, el diseño ya está cerrado y no habrá cambios con respecto al modelo final.
Para las unidades finales habrá que esperar a la primavera de 2019, momento en el cual podremos probar su funcionamiento en condiciones reales. ¿Y qué hay del precio? Nos aseguran que se situará por debajo de la barrera psicológica de los 1.000 €, pero seguramente por encima del precio de salida de la GR II, que fue de 800 €.