Intentando revivir a su madre, los hermanos Elric rompen la regla más importante de la alquimia: la transmutación humana. Usar la alquimia como arma es algo peligroso, ya que es una magia que se cobra cada acto con un nivel de energía o materia equivalentes. Como consecuencia a su osadía, Alphonse ve cómo su cuerpo se desvanece. Su hermano Edward, que ha perdido la pierna izquierda, sacrifica también su brazo derecho para salvar el alma de su hermano y sellarla en una armadura de hierro. Así empieza su búsqueda de la piedra filosofal, lo único que puede ayudarles a recuperar parte de lo que han perdido.
Este es el punto de partida de ‘Fullmetal Alchemist’, un manga de Hiromu Arakawa publicado en 2001 que ha tenido dos adaptaciones animadas, una homónima y otra posterior titulada ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’ (además de varios videojuegos, y un par de películas). Ambos animes están desarrollados por el famoso estudio japonés BONES (‘Wolf’s Rain’, ‘Eureka Seven’, ‘Soul Eater’) y ambos han sido recientemente añadidos al catálogo de Netflix.
Un manga, dos versiones
Cuando en 2003 el estudio decidió hacer la adaptación de ‘Fullmetal Alchemist’, la autora se involucró en el desarrollo inicial, pero no colaboró más allá ni formó parte del proceso de guión. Dada la diferencia abismal entre el ritmo de publicación de un manga y el de emisión de una serie, es muy habitual en la industria del anime que aquellos títulos que adaptan un manga de éxito alcancen argumentalmente a la obra original. Llegados a ese punto, la productora tiene varios caminos para tomar.
La opción menos elegida es la de parar, ya que no se puede desperdiciar el momentum de un título que está generando miles de yenes en productos derivados. Según el informe de la Asociación de Animación de Japón, del total de beneficios de la industria en 2016, el 28,1% de los ingresos llegan del merchandising, cifra que sube hasta 46,7% si sumamos las máquinas de Pachinco, los conciertos y la música (los CDs, se entiende), el triple de lo que se recauda sumando la emisión en televisión, el vídeo doméstico, las plataformas online y la taquilla cinematográfica.
Cada trama y obstáculo, sea un pequeño bache emocional o una gran batalla frenética, se refleja siempre en cómo afecta a los protagoinstas y la forma en la que perciben su mundo.
Ya que pausar para esperar al original no es una opción, quedan otras dos: Rellenar o continuar por tu lado. Lo del relleno en los animes es de sobra conocido por los seguidores de ‘Naruto’ y otros shônen del estilo; no suele ser plato de buen gusto entre los otakus.
Teniendo en cuenta el relato tan familiar y personal de ‘Fullmetal Alchemist», BONES probablemente acertó al inventarse el desarrollo y desenlace en una historia en la que no encajan demasiado tramas paralelas accesorias con las que rellenar episodios. Tras un año y 51 episodios, ‘Fullmetal Alchemist’ terminó su emisión y es uno de los animes mejor valorados y más queridos de los últimos años.
En 2009, la misma productora anunció que haría un nuevo anime, esta vez siendo fieles a la historia completa de la obra original. Por aquel entonces el manga aún no estaba terminado, pero ésta vez la autora tuvo relación directa con el director del anime hasta el final para que ambas historias acabaran igual, coincidiendo ambos desenlaces en el verano de 2010.
Me voy a centrar en ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’ dado que es la versión que elegí. Además de ser la fiel al manga, aquellos que han visto ambas suelen coincidir en que tiene un tono más adulto y en que desarrolla más la mitología, el origen y las posibilidades de la alquimia, resultando en una historia que tiene impacto más allá de los hermanos. Serán muy bienvenidos comentarios que completen este artículo hablando sobre las virtudes del primer anime.
Brotherhood
Edward y Alphonse Elric (eduardu y arufonsu eruricu) son dos hermanos definidos por el abandono de su padre y la muerte de su madre, la que intentaron revertir con alquimia. La fuerte conexión y amor entre ambos es el corazón de ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’. Resulta muy estimulante vivir el progreso de los hermanos. Ed y Al sufren todo tipo de baches emocionales, físicos y morales durante la serie, algo que se acusa con un constante aprendizaje y madurez, que crecen incluso visiblemente gracias al diseño de personajes.
Los primeros episodios marcan muy bien el tono y se enfocan sobre todo a presentar personajes y explicar cómo funciona ese universo y la alquimia antes de avanzar a tramas más complejas. A través de personajes e historias capitulares que hablan sobre la muerte, la vida y los dilemas morales derivados de la alquimia, te atrapa en su esencia traumática, un transfondo dramático, oscuro y adulto que resulta sorprendente en un shônen.
El shônen es uno de los muchos términos que clasifican el anime, una de las distinciones demográficas que en este caso está referida a varones adolescentes entre 8 y 18 años. Bajo esta etiqueta (puro marketing) suelen englobarse historias de acción o aventura ligeras y con parte cómica como ‘Naruto’, ‘Bola de Dragón’ o ‘One Piece’.
Como shônen que es, no faltan altas dosis de acción en ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’. A medida que avanza el relato, el elenco crece y la historia evoluciona hacia tramas con contenido político y conspiranoias sobrenaturales, por lo que la acción épica es cada vez más frecuente. La parte de alivio cómico tontorrón tampoco falta. Se agradece un descanso del melodrama lacrimógeno pero algunas veces se siente tan fuera de lugar que arruina la tensión del momento.
Podríamos alabar y recomendar la serie hablando de la relación de los hermanos, la complejidad psicológica, el tono adulto, Roy Mustang, la fabulosa animación o del diseño artístico con cierto punto steampunk. Pero si hay algo que destaca y convierte a ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhoods’ en uno de los mejores animes que he visto es la forma en la que construye y evoluciona a todos los personajes.
Retorcido Newton narrativo
La serie no necesita más que su madurez psicológica para atrapar y resultar apasionante. Aplica a su guión el propio principio de la alquimia. Cada paso, cada descubrimiento, cada evento es respondido con una consecuencia de igual intensidad (aquí negativa, porque tienden a ser cenizos); algo así como una retorcida tercera ley de Newton narrativa.
Toda trama y obstáculo al que se enfrentan, se trate de un traspiés emocional o de una gran batalla frenética, acaba reflejándose y teniendo razón de ser en sus protagonistas; en cómo les afecta, en cómo cambia la forma en la que perciben su situación y su mundo. No sólo los hermanos Elric sino el fantástico y magnético elenco de secundarios. Cualquiera diría que esto es algo que se debería dar por hecho en un relato, pero la acción y la aventura suelen estar centradas en el devenir de los hechos (plot driven) y suelen recurrir a señuelos, giros rebuscados o misterios vacíos para mantener el interés.
La historia y los protagonistas de ‘FMA: Brotherhood’ son tan potentes, tan consistentes, tan carismáticos y tan coherentes que no son necesarios los artificios. De hecho sigue un esquema basado en pequeños arcos argumentales que desarrolla y resuelve antes de plantear uno nuevo. Sencillo pero no simple.
Es un anime entretenido, original, espectacular, divertido, sorprendente y con un historión. Dentro de un relato donde las batallas, las peleas cuerpo a cuerpo y, en general, la acción espectacular son muy frecuentes, las heridas de los hermanos Elric y de todas las personas que van encontrando durante su búsqueda están siempre al descubierto, convirtiendo también a ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’ en una experiencia trascendente y emocionalmente contundente.
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La noticia
Por qué ‘Fullmetal Alchemist: Brotherhood’ es un anime imprescindible (que ahora puedes ver en Netflix)
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Xataka
por
Adriana Izquierdo
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