Si se piensa en algunas de las marcas y en algunos de los productos que se han convertido en de referencia en los últimos tiempos, posiblemente se encuentre en todos ellos un punto en común y ese punto será el diseño. No hay más que pensar en cómo Apple volvió hace años de entre los muertos y cómo se ha ido asentando como una de las empresas más relevantes y como una de las marcas más valoradas.
La compañía apostó por hacer un poderoso trabajo en diseño. Funcionaba como un reclamo que marcaba el nacimiento de la nueva Apple y así se ha quedado y asentado. La clave del éxito de Apple está en su buen trabajo en diseño. Tanto es así que incluso sus competidoras, cuando intentan encontrar cómo asentarse en el mercado de los smartphones y cómo convertirse en el ‘Apple killer’ de turno tienen que trabajar en el diseño de sus productos y necesitan mejorar cómo se presentan.
Para Apple el diseño fue fundamental, aunque quizás centrar la explicación de su éxito solo en eso sería ir demasiado lejos. La compañía también logró posicionar mucho mejor cómo presentaba sus productos, convirtiéndolo en eventos, por ejemplo, o alcanzar una cobertura mediática mucho más amplia y mucho más positiva. Apple supo reinventarse de forma muy efectiva y para ello metió muchos elementos en la balanza.
Pero ¿podría ser el diseño el elemento determinante para que las marcas logren conectar con sus audiencias? ¿Se podría convertir en la manera de hacer que la marca destaque y evitar, con ello, todo el trabajo de marketing y publicidad? ¿Daría el buen diseño las cosas ya hechas?
Eso es lo que empiezan a señalar algunas voces de la industria. Marcus Engman, el que hasta ahora era máximo responsable de diseño, cree que el diseño acabará matando al marketing y haciéndolo irrelevante. El espacio que ocupa lo ocupará el diseño.
El diseño vende la marca y el producto
«Quiero mostrar que hay una alternativa al marketing, que es de hecho el diseño», explica Marcus Engman a FastCompany. Cierto que Engman – que ahora vende su filosofía del diseño como elemento clave – es una voz interesada – pero como todas en la industria y en tantos análisis y predicciones – pero su idea no es simplemente una afirmación, sino algo sostenido con argumentos. «Si trabajas con diseño y comunicación de la manera correcta, ese podría ser el mejor método de marketing, sin comprar media», añade.
Las compañías no necesitarían invertir en marketing y en publicidad ‘de los de siempre’ porque el diseño de sus productos sería lo que vendería sus valores y sus características. El diseño sería su embajador y el elemento que lo presentaría al mundo.
Y, además, esto también conectaría con el espíritu de los consumidores en estos tiempos, ya que cada vez están más interesados en el diseño y este se está convirtiendo cada vez en un elemento más decisivo en las decisiones de compra.
¿Una visión demasiado simplista de la realidad?
Pero ¿son estas declaraciones una visión revolucionaria de lo que deben hacer las marcas o en realidad es una visión muy simplista del mundo en el que estas se mueven? El diseño es muy importante, pero la gran cuestión es si llegaría a serlo tanto y por encima de aquellos elementos que hacen que ahora mismo los consumidores conozcan los productos y los compren.
Y esos elementos son, se mire como se mire, piezas de una buena estrategia de marketing y de publicidad.