Hoy en día, prácticamente todas las cámaras ofrecen conexión inalámbrica a smartphones u otros dispositivos móviles para transferir imágenes o bien para controlarlas remotamente. Pero la startup francesa Pixii ha querido dar un paso más en esta integración con el terminal móvil: ¿Por qué no eliminar de la cámara aquello que el móvil ya ofrece de por sí?
Esa es la idea detrás de su nueva cámara, que carece tanto de pantalla como de ranura para tarjetas de memoria externa, pues se conecta al móvil para usar las suyas. Más aún, la app móvil del smartphone es la que se encarga de revelar los archivos RAW y mostrar las imágenes que la cámara le envía en su pantalla, para poder editarla y compartirla según las necesidades del usuario.
Según la compañía, se trata de “mover” al smartphone aquellos componentes que hacen que la cámara se deprecie rápidamente, como es la pantalla o el software. De este modo, la cámara puede centrarse en los aspectos más fotográficos, y que realmente suponen una diferencia con respecto a un terminal móvil, como son su sensor de mayor tamaño, sus ópticas o su ergonomía.
Así pues, la firma francesa ha optado por un compacto cuerpo de cámara con visor telemétrico, fabricado en aluminio y que, a la vista de las imágenes mostradas, denotan un cuidado diseño. El visor, con un factor de ampliación de 0,67x, cuenta con corrección automática de paralaje y con guías de encuadre iluminadas por LED para ópticas fijas de 28/35 mm y 40/50 mm. Este visor será el único sistema de composición de la cámara pues, recordemos, no incluye pantalla alguna.
Incorpora un sensor CMOS de resolución no especificada, aunque se sabe que sus píxeles contarán con un tamaño de 5,5 µm y un rango dinámico de entre 10 y 15 pasos. Su índice de sensibilidad nativo sería de ISO 200, ampliables en el rango de ISO 100 a ISO 6.400; un valor, este último, por debajo de los estándares actuales. No lleva filtro paso bajo e incluiría un obturador electrónico de tipo global shutter, lo que convertiría a la Pixii una de las primeras cámaras en comercializar este tipo de obturadores.
En cuanto a las ópticas, dispone de una montura Leica M, y será compatible también con las ópticas de rosca M39 mediante adaptador. El enfoque es, por supuesto, manual. Tal como recalca la compañía, gracias a esta montura se podrán usar algunos de los mejores objetivos en cuanto a relación calidad/tamaño se refiere, y ofrecer un equipo muy compacto “centrado” en la esencia fotográfica. La Pixii sería, de hecho, una de las cámaras digitales telemétricas más pequeñas, con unas dimensiones de 13,8 x 7,9 x 3,3 cm y un peso de apenas 460 g –batería incluida–.
Como era de esperar, la cámara cuenta con conexiones inalámbricas Wi-Fi y Bluetooth, además de una memoria de almacenamiento interno –8 o 32 GB, según versiones– para poder almacenar los archivos antes de ser transferidos al dispositivo móvil.
Sobre el papel, se trata de un concepto muy coherente, pues se “relega” al smartphone parte de los componentes electrónicos que hacen que una cámara se deprecie más rápidamente, sobre todo en esta era digital donde estos componentes tienen ciclos de vida muy cortos. Sin embargo, está por ver cómo se implementa esta integración entre cámara y smartphone –las interfaces de conexión son siempre aspectos delicados y susceptibles a problemas si no diseñan cuidadosamente– pero también si esta es la separación “correcta”.
De momento no hay información sobre su disponibilidad o precio, aunque debería ser confirmada en las próximas semanas según la compañía.
Más información en la nota de prensa oficial y en la web de Pixii.