Atrás quedan aquellos años en los que Nokia dominaba el mercado de la telefonía móvil, cuando entonces nadie esperaba que un actor tan importante acabaría sucumbiendo ante la llegada de los smartphones tal y como los conocemos hoy en día. Después de su colaboración con los Lumia de Microsoft, la mítica marca volvió a la palestra, a principios de año, con el Nokia 6, aunque esta vez bajo el paraguas de la también finlandesa HMD Global, ahora dueña de los derechos de licencia de Nokia.
La semana pasada, sin embargo, se anunciaba el esperado Nokia 8, que supone la primera incursión de la “nueva Nokia” en el segmento de gama alta. Y por primera vez en la historia de la marca, equipa una cámara dual, apuntándose así a la tendencia de la gran mayoría de sus competidores –con la notable excepción de Samsung, que de momento sigue apostando por módulos con un único sensor–.
Se trata de un módulo equipado de dos sensores de 13 Mpx, uno de tipo RGB –con fotocélulas de 1,12 µm, es decir, bastante compacto– y otro de tipo monocromo, muy al estilo de los que encontramos en los smartphones de Huawei. Así pues, nadie especialmente novedoso en este apartado, si no fuera porque le acompañan dos ópticas firmadas por Zeiss –tal como ya adelantó HMD Global meses atrás–, una compañía que lleva colaborando con Nokia desde 2005 y que ya le había acompañado en muchas otras ocasiones, como en el notable caso del Nokia Lumia 1020. No hay muchos detalles sobre dicha colaboración, más allá que las ópticas disponen de una apertura máxima de f/2 y que la principal –correspondiente al sensor de color– está también estabilizada ópticamente.
Entre las nuevas funciones, destaca el Nokia Bothie, mediante la cual se pueden capturar imágenes o grabar vídeos con la cámara trasera y la delantera de forma simultánea. La cámara delantera está equipada del mismo sensor de 13 Mpx que la trasera –aunque solo dispone de un sensor de tipo RGB–, también con una óptica f/2. En cuanto al vídeo, es capaz de grabar en resolución 4K.
En cuanto a la pantalla, de tipo IPS con un tamaño de 5,3″ y una resolución QHD de 2.560 x 1.440 píxeles, no destaca sobre el resto de competidores –al menos sobre el papel–, a pesar de su elevado brillo de 700 nits. Su cuerpo unibody, en aluminio, viene en diferentes colores, y su grosor no supera los 8 mm.
El resto de especificaciones corresponden a lo esperado dentro de smartphone de gama alta, pues viene equipado con una potente plataforma Qualcomm Snapdragon 835 –la misma que encontramos, por ejemplo, en el Samsung Galaxy S8 y S8 Plus–, con 4 GB de RAM y 64 GB de almacenamiento flash, que pueden ser ampliados gracias a la ranura para tarjetas microSD. La conexión es de tipo USB-C y el sistema operativo corre a cargo del último Android Nougat 7.1.1.
A fecha de hoy se desconoce el precio oficial para el nuevo Nokia 8 –aunque se estima en los 600 €–, un dato que será de vital importancia para saber cómo se posiciona con respecto a sus competidores.
Más información en la nota de prensa oficial y en la página de producto del Nokia 8.