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Nikon, de la F a la Z – El origen

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En abril de 1959, hace ahora algo más de 59 años, la firma Nippon Kogaku K.K. –fundada en 1917– presentó la cámara “Nikon F”, su primera réflex monocular para 24×36 mm sobre película de 35 mm; una evolución de sus telemétricas de las líneas “S”. En unas pocas horas, en agosto de 2018, presentará –según indicaciones en la página web de la firma– su primera línea mirrorless para ese mismo formato.

Nikon F, de 1959. Su sobria belleza es icónica © Valentín Sama
Nikon F, de 1959. Su sobria belleza es icónica © Valentín Sama

Ese fundamento en las citadas cámaras no es baladí: “inspiradas” fuertemente en las Contax de Carl Zeiss –con un “toque” de Leica añadido, todo hay que decirlo– las telemétricas Nikon S, al igual que las Contax, empleaban montura de bayoneta, en un momento en el que la mayoría de las cámaras de óptica intercambiable empleaban, bien la montura de rosca LTM 39 (Leica), bien la montura de “rosca Pentax/Praktica” o “universal”, de tipo M42.

La Nikon S2 de 1954 era una telemétrica "inspirada" por un lado en las Contax de Zeiss Ikon, y por otro en las Leica. En su panel superior se encuentran ya ideas para la Nikon F. Publicidad en una revista norteamericana de la época
La Nikon S2 de 1954 era una telemétrica “inspirada” por un lado en las Contax de Zeiss Ikon, y por otro en las Leica. En su panel superior se encuentran ya ideas para la Nikon F. Publicidad en una revista norteamericana de la época

Pero los fabricantes japoneses ya habían comenzado a introducir avances, y así, desde 1955, las Miranda incorporaban montura de bayoneta y visores intercambiables –prisma y capuchón– al tiempo que Zunow, en 1958, ya ofrecía para su SLR objetivos con cierre automático a la abertura de trabajo. Pero es que –además– desde 1956, la germana Praktica había conseguido ofrecer, por primera vez ese automatismo de diafragma en montura de rosca M42.

En Nippon Kogaku lo tuvieron bien claro: su sistema Nikon F –porque ya estaban pensando en un sistema completo– debería llevar una montura avanzada de bayoneta y naturalmente cierre automático de diafragma a la abertura de trabajo, además de algo clave: espejo de retorno instantáneo… algo de lo que incuso la Contarex –la cámara más avanzada de Zeiss Ikon, presentada en 1958 y disponible en abril de 1960– carecía.

Y en Nikon Kogaku presentaron la montura “F” de Nikon que, con múltiples evoluciones, podría decirse que se ha mantenido en lo sustancial hasta el 23 de agosto de 2018, cuando se releva (1) por la montura de las Nikon Z, la nueva mirrorless de la marca para el “formato completo” (24×36 mm).

Para entrar un poco en contexto, vamos a mirar hacia atrás, y comprobar algunos de los acontecimientos relevantes que se producían en ese año 1959. Una pequeña lista para jóvenes y para aquellos –bastante mayores– que quizá experimenten un brote de nostalgia, en un sentido o en otro.

El año 1959

En el año 1959, la nave soviética “Luna 3” fotografiaba por primera vez la cara oculta de nuestra luna, y Louis Leakey descubría, en Olduvai Gorge, a “Cascanueces”, un craneo de homínido, de 600.000 años de antigüedad, al tiempo que Charles Ford (Harwell) hacía visibles por primera vez los cromosomas humanos.

Portada de la revista DUH!. reflejando el hito histórico: el ser humano podía contemplar por primera vez una imagen de la cara oculta de "nuestra" luna
Portada de la revista DUH!. reflejando el hito histórico: el ser humano podía contemplar por primera vez una imagen de la cara oculta de “nuestra” luna

Si Christopher Cockerell inventaba el “Hovercraft”, el laboratorio de investigación de General Electric generaba, por su parte, diamantes sintéticos por primera vez, al tiempo que se creaba, en Viena, el primer banco de médula ósea.

En Cuba, Batista huía ante la victoria de las tropas de Castro, pasando así la isla de una dictadura a otra de distinto signo que dura hasta nuestros días. El Dalai Lama huye a la India, al tiempo que las Naciones Unidas “condenan” el Apartheid. Alaska y Hawaii se incorporan como estados a los Estados Unidos de América del Norte, hasta completar el número de 50 actuales.

El convento de Sainte Marie de la Tourette, obra de Le Corbusier
El convento de Sainte Marie de la Tourette, obra de Le Corbusier © Elekhh, CC

Le Corbusier diseña el monasterio en La Tourette y fallece Frank Lloyd Wright, mientras se extiende por Centroeuropa el “caravaning” y la lectura de libros en rústica. En un accidente a avión, fallecían Buddy Holly, Ritchie Valens y The Big Bopper. Y en España, sí, en ese mismo mes de abril de 1959, el dictador Francisco Franco inaugura el triste y polémico “Valle de los Caídos”.

Volviendo a Nippon Kogaku, en un país que se reconstruía tras su dramática derrota y unos diez años después de cesar la tutela de Mac Arthur sobre el Japón ocupado, la firma se encontraba en una magnífica situación de explotar el éxito que habían cosechado sus ópticas –especialmente el 85 mm f/2– en monturas para las telemétricas Leica de rosca y Contax de bayoneta en la Guerra de Corea (1950 a 1953), en manos de fotógrafos tales como David Douglas Duncan, recientemente fallecido.

Convencidos de que el futuro estaba en las cámaras réflex monoculares, se volcaron en desarrollar el sistema Nikon F, para el que los cuerpos debían ser capaces de soportar los rigores de un uso “profesional”, de guerra, y permitir un cambio rápido de ópticas. Estas debían estar a la altura del prestigio alcanzado en los campos de batalla por las telemétricas, al tiempo que los cuerpos de cámara debían estar abiertos a una evolución en forma de sistema, con más objetivos, visores intercambiables, motorizaciones, etc.

Imposible –hasta ahora– disociar el nombre de "Nikon" del de su montura "Nikon F" © Valentín Sama
Imposible –hasta ahora– disociar el nombre de “Nikon” del de su montura “Nikon F” © Valentín Sama

Pero en el fondo, todo giraba en torno a la nueva montura “F”, nada que ver con las de las series “S”: un diámetro de 44 mm –grande para la época– dotada de tres “uñas” ubicadas a 120 grados cada una y con un ángulo de liberación para el objetivo de 60 grados, en el ya conocido “giro al revés” de Nikon, en sentido horario.

La Nikon F

El obturador de la Nikon F ofrece una gama de tiempos de exposición de 1/1.000 s a 1 s, además de “B” y “T”, con sincronización para flash electrónico a 1/60 s. Lo más notable de ese obturador de cortinillas de recorrido horizontal, es que éstas no son de seda engomada como en la mayoría de obturadores de ese tipo sino de titanio… sí: de finas láminas de titanio que se enrollan en tambores como si fuesen textiles. Se trata de un mecanismo heredado de la telemétrica SP –septiembre de 1957– y de una soberbia calidad, fiabilidad y repetibilidad.

El visor de la Nikon F también es notable pues sería el primero en entre las réflex para 35 mm en mostrar el 100% de aquello que quedará reflejado en el fotograma de la película, cuando la mayoría de los sistemas ofrecían –y ofrecen– coberturas falseadas, de entre el 97% y el 93%. El mayor mérito es ofrecer esa precisión en un sistema en el que visores y pantallas son intercambiables (2).

El elegante visor de pentaprisma aparece aquí separado del cuerpo de la Nikon F. Las robustas pantallas de enfoque se extraen también por la parte superior © Valentín Sama
El elegante visor de pentaprisma aparece aquí separado del cuerpo de la Nikon F. Las robustas pantallas de enfoque se extraen también por la parte superior © Valentín Sama

El más popular de los visores –aparte del pentaprisma estándar– fue el Photomic, un –en mi opinión– horroroso artefacto que se acoplaba en lugar del estándar e interconectaba con el dial de tiempos de obturación mediante un “pin” que sobresalía del mismo. Pero claro, ofrecía medición TTL y eso era una ventaja cierta para determinadas aplicaciones. No para todos los fotógrafos de guerra –ahora se llaman “de conflictos”– que en principio preferían no andar alineando agujitas mientras zumbaban las balas, si bien David Douglas Duncan sí que utilizó el visor Photomic sobre su F2, durante su cobertura de la Guerra de Vietnam. Además, la Nikon F resultaba más sólida con el pentaprisma normal.

La horquilla acoplada al aro de ajustes de abertura de diafragma en las primeras series de los objetivos Nikkor –antes del tipo AI– transmitían mecánicamente información hacia visores con sistemas de medición TTL © Valentín Sama
La horquilla acoplada al aro de ajustes de abertura de diafragma en las primeras series de los objetivos Nikkor –antes del tipo AI– transmitían mecánicamente información hacia visores con sistemas de medición TTL © Valentín Sama

Ese sistema de medición TTL es lo que justifica la presencia de esa “extraña horquilla” que han incorporado los objetivos Nikkor por generaciones y generaciones: la ranura central de esa horquilla “engancha” en un tetón del visor Photomic y transmite al mismo, mecánicamente, el valor de abertura de diafragma seleccionado. Un sistema primitivo, pero operativo, que también fue utilizado por Mamiya para algunas de sus cámaras para 6 x 4,5 cm.

La Nikon F con su dorso separable. Las cortinillas de titanio se muestran en la imagen a mitad de recorrido © Valentín Sama
La Nikon F con su dorso separable; las cortinillas de titanio se muestran en la imagen a mitad de recorrido © Valentín Sama

El dorso de la Nikon F es enteramente separable, a fin de poder acoplar las distintas motorizaciones ofrecidas (3) y el selector para el rebobinado se encuentra bajo la forma de un dial concéntrico al disparador. A notar las guías en el plano focal, extremadamente largas, acompañadas por una placa de presión de longitud equivalente: se trata de una medida que favorece la planeidad de la película y por tanto la calidad de imagen, sobre todo a grandes aberturas de diafragma.

Debido al sistema de visores intercambiables, la solución para acoplar flashes viene por una original zapata “dedicada” con contactos incluidos, sistematizada en torno al botón y palanca de rebobinado. No falta el zócalo normalizado para cable de flash.

Una muy particular zapata para flash –con contactos– sistematizada en torno al mando para el rebobinado de la película © Valentín sama
Una muy particular zapata para flash –con contactos– sistematizada en torno al mando para el rebobinado de la película © Valentín sama

Algo a tener en cuenta es que en el año 1959 todavía se utilizaban profusamente flashes de bombillas fungibles, de las que –según clases y potencias– el tiempo de ignición de sus filamentos de magnesio, aluminio, zirconio, etc., variaban. Por ello, el tiempo de avance de ignición se podía ajustar en la Nikon F: levantando el dial de tiempos de obturación podíamos elegir entre tres tiempos distintos, que se reflejaban por puntos de color azul, rojo o blanco. Este último, acompañado de una F, era el adecuado para el electrónico.

Mandos principales. El logotipo "Nippon Kogaku" nos habla de una unidad de las primeras series ya que se cambió a "Nikkor", desde 1963, por presiones de Zeiss Ikon, que aducía excesiva analogía con "Ikon" © Valentín Sama
Mandos principales. El logotipo “Nippon Kogaku” nos habla de una unidad de las primeras series ya que se cambió a “Nikkor”, desde 1963, por presiones de Zeiss Ikon, que aducía excesiva analogía con “Ikon” © Valentín Sama

Al accionar la palanca de avance de la película y armado del obturador, el punto rojo visible sobre el disparador y el negro en el centro del selector de tiempos de obturación, giran, a efectos de indicarnos el correcto avance de la primera y el propio del armado del obturador.

La Nikon F dispone de un sistema de “cierre de espejo”, aunque es bastante poco práctico: si giramos el selector situado a la derecha de la montura, tras pulsar el disparador el espejo subirá y no bajará hasta que hayamos realizado un segundo disparo, ya con el espejo subido. El “pequeño” inconveniente es que… ¡perdemos un fotograma con cada toma en ese modo! (4)

Pulsador para la comprobación visual de la profundidad de campo, selector para cierre de espejo, y palanca del autodisparador © Valentín Sama
Pulsador para la comprobación visual de la profundidad de campo, selector para cierre de espejo, y palanca del autodisparador © Valentín Sama

El objetivo estándar que correspondería por fecha a esta unidad de cámara en particular es el precioso Nikkor-S Auto 5 cm f/2, y más concretamente en la versión segunda del mismo. Se trata de un esquema doble Gauss compuesto por 7 elementos en 5 grupos con el elemento frontal de cara plana.

Por clase y por numeración, el Nikkor-S 5 cm f/2 corresponde al cuerpo de esta Nikon F. Los revestimientos azules con un toque rosáceo y la lente anterior casi plana definen a esta serie © Valentín Sama
Por clase y por numeración, el Nikkor-S 5 cm f/2 corresponde al cuerpo de esta Nikon F. Los revestimientos azules con un toque rosáceo y la lente anterior casi plana definen a esta serie © Valentín Sama

A notar que Nippon Kogaku se inspiró probablemente en los objetivos para las cámaras Robot, al incorporar un código de colores en el aro de ajuste de aberturas de diafragma, en combinación con el mismo código en las marcas de la escala de profundidad de campo.

El diafragma es de 8 palas y de forma bastante circular, aunque en aquellos años todavía no se prestaba la misma atención que ahora al bokeh. Un pulsador al lado derecho de la montura permite una comprobación visual de la profundidad de campo, al cerrar el diafragma hasta el valor preseleccionado.

Códigos de colores para ajustes de abertura de diafragma y escala de profundidad de campo © Valentín Sama
Códigos de colores para ajustes de abertura de diafragma y escala de profundidad de campo © Valentín Sama

La distancia mínima de enfoque es de aproximadamente 60 cm y se llega a ella, desde infinito merced a una helicoidal de sedoso tacto en todo su recorrido. El aro del ajuste de valores de diafragma, por el contrario, es fino y dotado de un moleteado sencillo, de poco resalte, que no lo hace cómodo de utilizar, sobre todo al estar ubicado muy próximo a la bayoneta.

Un lanzamiento parco en objetivos

En el momento del lanzamiento de la Nikon F, el conjunto de objetivos disponibles era bastante justo, pero en todo caso, adecuado a lo que se consideraba necesario en la época:

  • Nikkor-O 2,1 cm f/4 –uso a espejo levantado–
  • Nikkor-S 3,5 cm f/2,8
  • Nikkor-S 5 cm f/2
  • Nikkor-P 105 mm f/2,5
  • Nikkor-Q 13,5 cm f/3,5
  • Mirror-Nikkor 1.000 mm f/6,3 Catadióptrico
  • Zoom-Nikkor 85-250 mm f/4-4,5

El Nikkor-S 5,8 cm f/1,4 fue anunciado en 1959, pero producido en marzo de 1960

Las claves alfabéticas que indican el numero de lentes o “elementos” que incorpora el objetivo, son –en Nikon– distintas de las utilizadas por Olympus –orden alfabético–, y “juegan” con la inicial de la palabra griega que índica ese número:

  • U = Una = 1 elemento
  • B = Bini = 2 elementos
  • T = Tres = 3 elementos
  • Q = Quatuor = 4 elementos
  • P = Pente = 5 elementos
  • H = Hex = 6 elementos
  • S = Septem = 7 elementos
  • O = Octo = 8 elementos
  • N = Novem = 9 elementos
  • D = Decem = 10 elementos

Hasta 10 lentes la cosa es fácil y para más de 10 la cosa se complica un poco más, siendo lo más sencillo para explicarlo seguir el ejemplo de un objetivo con un esquema óptico de 16 lentes: sería un “Nikkor-HD” (Hex-Decem).

En la mano

Una cámara “todo en metal”, con un chasis en aleación, el cuerpo de la Nikon F –con el pentaprisma y la pantalla de enfoque estándar– pesa 698 gramos y si le añadimos el objetivo estándar Nikkor-S 5 cm f/2 –de 203 gramos– nos ponemos en 924 gramos “en orden de marcha”, si ya contamos con los 23 gramos de un rollo de película. ¿Baterías? No; estamos hablando de una cámara totalmente mecánica y sin sistema de medición.

En la mano, cae de forma contundente, pero no pesada y aunque en esta época todavía no se había considerado dotar de algo de “grip”, de empuñadura, a las cámaras, la Nikon F se sujeta bien, probablemente merced a sus buenas proporciones. Personalmente, siempre nos han resultado incómodas aquellas cámaras en las que –para cambiar la película– te encuentras con un dorso o tapa separados en la mano, incluyendo las Leica primeras y actuales, pero también la bisagra es un punto débil para las filtraciones de luz y otros problemas.

La parte inferior de la Nikon F nos deja ver la sobriedad del concepto © Valentín Sama
La parte inferior de la Nikon F nos deja ver la sobriedad del concepto © Valentín Sama

El zócalo para el trípode forma parte del cuerpo –no del dorso– y está especialmente reforzado. El indicador para la sensibilidad de la película es un mero recordatorio de aquello que tenemos cargado: color –marca roja– o blanco y negro –marca negra–. En los ajustes “ASA” también hay una indicación “E” de “empty” o “descargada”… ¡buena idea!

En el visor, con la pantalla de enfoque estándar, el encuadre es razonablemente limpio y luminoso para la tecnología disponible en la época –las pantallas Acute Matte de Minolta tardarían en aparecer– si bien las líneas del componente Fresnel –responsables en buena parte de la buena luminosidad de centro a esquinas– se dejan ver bastante. La combinación de un círculo central de mate muy fino, que rodea a una magnífica cuña de imagen partida, permite un muy preciso y rápido enfoque. Al estilo de los visores de la época, éste que –recordemos, muestra el 100% de lo que aparecerá en la imagen de la película– ofrece unas esquinas redondeadas, quizá al estilo de los marquitos para diapositivas. Ello le otorga, ahora, un toque “retro” genuino.

El tacto de todos los mandos –excepto el correspondiente a diafragma del objetivo– se nos antoja perfecto: desde los clics de los ajustes de los tiempos de obturación, que es firme y preciso, al de la palanca de arrastre, el selector de avance o rebobinado… se ve que los responsables del desarrollo de la Nikon F trataron de crear no ya solo la mejor SLR para 35 mm del momento, sino los cimientos de un futuro. Dan fe de ello la longevidad de la montura –cierto es que con muchas modificaciones– y más concretamente, para la Nikon F, las 784.000 unidades producidas desde su comercialización en junio de 1959 hasta el cese de su producción en 1974.

Conclusiones

Desde nuestro punto de vista, la Nikon F –en su versión de prisma sencillo, no “Photomic”– es una de las cámaras de carácter profesional más bella jamás producida. Cada vez que la miramos de frente nos evoca todo el imponente y a la vez sencillo poderío de las pirámides de Egipto. Son muchos los fotógrafos que forjaron sus carreras sobre esta cámara, tanto los de guerra, como los de prensa, los científicos, los de moda (5)… Y ello con razón, porque demostró fiabilidad y además versatilidad, merced a sus excelentes ópticas y gama de accesorios.

Sobriedad y robustez; el dorso de la Nikon F nos deja ver el pulsador para la liberación de los visores y pantallas intercambiables © Valentin Sama
Sobriedad y robustez; el dorso de la Nikon F nos deja ver el pulsador para la liberación de los visores y pantallas intercambiables © Valentín Sama

Personalmente, desde hace muchos años vengo siendo crítico con su montura “F”, ya que había quedado obsoleta en muchos aspectos. Las múltiples modificaciones que se habían ido aplicando a la misma, “aseguraban” –en teoría– una alta compatibilidad entre cuerpos y objetivos, una compatibilidad que no era tal, ya que los manuales de instrucciones solían dedicar dos páginas completas a las excepciones de los objetivos a esa capacidad.

Durante muchos años fue una gran montura y esa es la valía de sus orígenes, en la Nikon F. Ahora se verá “acompañada” –a ver quién se atreve a decir “sustituida”– por la nueva montura “Nikon Z” de sus “sin espejo” para “formato completo” (24×36 mm). Por un lado, se vislumbra un cierto nuevo futuro, y por otro, se pierde la fiabilidad a largo plazo, de lo mecánico. Deseemos éxito y larga vida a la “Z” sin olvidar el Origen.

Curiosidades para coleccionistas

– Antes de la entrada en producción de la Nikon F se produjeron 70 unidades de preserie. Estas unidades incorporan cortinillas de seda engomada en lugar de las de titanio de las unidades de producción. El precio que pueda alcanzar hoy en día una de esas unidades de preserie –aún siendo su obturador inferior– casi espanta.

– El primer numero de producción sería el 6400001. Comenzando con el 6400090 se produjeron unas pocas primeras unidades en acabado negro.

– La primera serie de objetivos Nikkor-S 5 cm f/2 se distingue por mostrar una letra “R” como marca para el infrarrojo en la escala de distancias, así como líneas bajo las indicaciones de distancia de enfoque. La segunda –en nuestro caso– utiliza un sólo punto rojo como marca para reajuste del enfoque para esas longitudes de onda extremas, al tiempo que carece de las citadas líneas.

– Uno de los rasgos adicionales que distinguen a las primeras series de Nikon F, podría pasar desapercibido: la palanca de avance de la película es hueca, lo que solo podremos apreciarlo por la parte inferior.

Para los coleccionstas: la palanca de avance de la película, si hueca en su parte inferior, indica que esa Nikon F es de las primeras series © Valentín Sama
Para los coleccionstas: la palanca de avance de la película, si hueca en su parte inferior, indica que esa Nikon F es de las primeras series © Valentín Sama

– Para conocer la fecha de producción probable y aproximada de una Nikon F podemos examinar su numero de serie: según algunos autores, las dos primeras cifras indican el año de producción. Y decimos “probable”, porque lo que indica el numero es la fecha de producción de la placa superior de la cámara, y si esta ha sido sustituida en algún momento, por haber sido dañada, es posible que la cámara en sí saliese de la fábrica en otro año distinto. A ello se añade que, aunque las Nikon F se comenzaron a vender en el verano de 1959, ya desde las primeras unidades se partió del “64” como dos primeros dígitos…

– Se produjeron aproximadamente 25.000 unidades de lo que se ha venido en llamar “Nikon F “red point”, por llevar un punto rojo delante del número de serie. Una simple curiosidad, están sobrevaloradas dado el elevado numero producido.

– En el inicio de su comercialización, los precios para la Nikon F eran de 47.000 ¥ para el cuerpo y 71.500 ¥ con el objetivo Nikkor-S 5 cm f/2. En EEUU, por su parte, se ofrecía a 330 $ el cuero y a 375 $ con el citado objetivo. En aquella época, en España, un billete de autobús urbano, venía a costar, según ciudades, 2,50 pesetas –aprox. 0,015 €–.


(1) Quizá deberíamos decir que “será acompañada”, ya que desde La firma se indica que se mantendrán la línea réflex en paralelo a la nueva “sin espejo”. Pero debieran tener claro que si de verdad apuestan fuerte por la nueva línea “Z” –sin cometer la aproximación errónea seguida para la Nikon 1– tarde o temprano la montura F deberá ser… relevada en sus funciones.

(2) Inicialmente se presentaron tres, y finalmente hemos llegado a contar hasta 19, incluyendo el modelo para los vuelos Apollo.

(3) El primer motor para la Nikon F, fue el “F-36”, que podía operar a 3 fps en modo réflex y a 4 fps a espejo levantado. Ofrecía el refinamiento de poder programar el numero de fotogramas a realizar con cada ráfaga.

(4) Ese inconveniente sería resuelto en la Nikon S2, la sustituta de la Nikon F, que entre otras mejoras ofrecía un tiempo de obturación de hasta 1/2.000s. Sin embargo, en nuestra opinión, la S2 era mucho menos bella que la Nikon F, menos carismática estéticamente.

(5) También en el cine. Son muchas las películas en las que aparece una Nikon F, pero si una nueva visita a “Blow Up” os llevará a una escena muy famosa de “posesión” por la cámara…



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