Hubo un tiempo en el que la gama media no era un segmento saturado como es hoy en día y eran pocos los smartphones que realmente ofrecían una buena relación calidad-precio, pero había una excepción. Los Moto G de Motorola se convirtieron la opción más interesante por su combinación de prestaciones, software a la última y precios ajustados.
Sin embargo, con el paso del tiempo han ido llegando propuestas que lo ponen cada vez más difícil y los Moto G ya no ocupan la posición privilegiada que un día ocuparon. Hoy hemos conocido la última apuesta de Motorola para volver su serie G con los Moto G5 y Moto G5 Plus, ¿estarán a la altura? Estas son nuestras primeras impresiones.
Un diseño más manejable, aunque no tan premium
Lo primero que llama la atención de los nuevos Moto G5 es que su tamaño se ha reducido, pero además tenemos dos propuestas distintas. Lenovo deja atrás las 5,5 pulgadas de los modelos anteriores para apostar por dos diagonales más comedidas: 5 pulgadas en el Moto G5 y 5,2 pulgadas en el Moto G5 Plus.
Lo cierto es que desde el punto de vista de la ergonomía, la reducción de tamaño les sienta bien y ambos modelos son más cómodos de manejar, incluso con una sola mano. Además, el diseño de esquinas y bordes redondeados que huye de toda arista contribuye a un buen agarre. Destacar que el Moto G5 es algo más compacto, pero a cambio gana en grosor y eso hace que la diferencia de peso sea apenas apreciable con respecto al modelo superior.
Una de las características que Lenovo ha destacado durante la presentación es que los dos modelos tienen diseños realizados en aluminio, aunque al sujetarlos en mano hemos echado en falta una sensación más sólida. Es cierto que los dos cuentan con aluminio, pero no todo su diseño es metálico, si no que lo combinan con partes en plástico como ese marco cromado que rodea la pantalla o las zonas superior e inferior de su carcasa trasera (asumimos que es donde va colocada la antena). Se ha hecho un buen trabajo disimulando esta mezcla de materiales, pero no consigue pasar desapercibida al tacto.
Decíamos que el Moto G5 es más grueso, pero hay otra diferencia en su diseño que todavía evidencia más que estamos ante el modelo más básico de esta pareja. Mientras el Moto G5 Plus cuenta con una carcasa trasera fija, la del Moto G5 es extraíble. No hay duda de que supone una ventaja de cara a poder sustituir la batería, pero esto hace que la sensación premium se desvanezca todavía más.
Volviendo a la pantalla, Lenovo confía una vez más en la resolución FullHD para ambos modelos y la verdad es que la primera impresión ha sido muy buena, tanto a nivel de nitidez como también de contraste y reproducción del color. El nivel de brillo máximo es bastante alto y, a falta de probarlos más a fondo, se desenvuelve bien en ambientes con muchos reflejos.
Por cierto, un detalle que nos ha gustado es que el lector de huellas situado bajo la pantalla ha cambiado de diseño. Ahora ya no tiene esa forma cuadrada tan poco favorecedora, si no que apuesta por una forma ovalada mucho más integrada en el conjunto. Además, ahora los dos terminales tienen lector de huellas, ya no se reserva únicamente para el más completo de la gama.
Conteniendo costes con algún detalle destacado
Los Moto G4 subieron el listón en especificaciones, algo que evidentemente se reflejó en sus precios, pero este año Lenovo ha optado por contener costes y, como era de esperar, esto se refleja en sus características, sobre todo las del Moto G5, lo notamos en detalles como ese Snapdragon 430.
Sin embargo, hemos llegado a un punto en el que hasta los chips de gamas inferiores ofrecen una buena experiencia de uso y en este sentido el Moto G5 no defrauda. Habrá que ver, eso sí, qué tal se comporta en una prueba más exhaustiva, pero a priori nos deja buenas sensaciones.
Lo mismo podemos decir de su hermano mayor, que con un Snapdragon 625 y 3 GB de memoria RAM será más que suficiente para desempeñar las tareas del día a día e incluso aquellas que requieren más recursos del sistema aunque, de nuevo, esperamos poder probarlos a fondo para valorar mejor este punto.
No necesitamos una prueba más extensa para saber que con 16 GB de memoria la mayoría necesitarán echar mano de una MicroSD. Aquí Lenovo no ha aclarado si el Moto G5 llegará en otra variante con más memoria, pero es otra prueba más de que el Moto G5 sale mal parado en esta lucha por contener costes.
Sobre el software, los Moto G5 salen de serie con Android 7.0 Nougat, una versión que a pesar de haber cumplido medio año encontramos en apenas unos pocos dispositivos, sobre todo si son de gama media como en este caso. Además, renuevan el compromiso con la experiencia Android a la que nos tienen acostumbrados por modelos anteriores.
Tenemos una interfaz con un diseño sin apenas personalización que mantiene esa esencia ‘stock’ y algunas funciones adicionales centradas sobre todo en gestos. Por ejemplo podemos movernos por distintas páginas deslizando el dedo sobre el lector de huellas, abrir la cámara girando la muñeca o silenciar el móvil poniéndolo bocabajo.
Otro apartado en el que la balanza se decanta en favor de la variante Plus es la cámara. Con un sensor de 12 megapíxeles, tecnología Dual Pixel y lente f/1.7, la del Moto G5 Plus se antoja como una cámara más que interesante. De nuevo, en una prueba tan fugaz no hemos podido exprimir sus capacidades, pero sí nos ha dado tiempo a ver que la falta de luz no le sienta demasiado bien.
No perdemos de vista que estamos en un segmento en el que encontrar buenas cámaras es una tarea complicada, pero también es cierto que sus especificaciones suenan muy prometedoras y eso eleva las expectativas, y es que si de algo pecan los Moto G5 es de eso precisamente, de las expectativas generadas.
La sombra de los primeros Moto G es alargada
Decíamos al principio que los primeros modelos de la serie eran los reyes de su categoría. Los Moto G eran los móviles que muchos recomendábamos a nuestros amigos y familiares cuando nos decían aquello de «quiero un móvil barato y que sea bueno», pero el escaparate ha cambiado mucho desde entonces y ahora mismo hay tantas opciones que se ajustan a esta descripción que recomendar los Moto G5 se hace cada vez más complicado.
Este año hemos visto mejoras en puntos como esa distinción de diagonales y la apuesta por tamaños más compactos, un diseño más cuidado y precios más ajustados. Sin duda, el Moto G5 Plus es el modelo más interesante de este dúo, pero con un precio de 279 euros no se puede negar que pierde atractivo, y el Moto G5 sufre demasiado su condición de hermano pequeño de la gama.
Los Moto G5, igual que el resto de actores en la gama media, se enfrentan a una competencia tan feroz que destacar es una tarea titánica, pero además se enfrentan al fantasma de su propio pasado, ese estatus de superventas que un día ostentaron y que cada vez parece alejarse más y más. En definitiva: la línea Moto G ya no es lo que era, pero eso es algo completamente normal.
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Moto G5 y Moto G5 Plus, primeras impresiones: reinar en la gama media es cada vez más complicado
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por
Amparo Babiloni
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