El creador de Super Mario afirma que no sentía celos de ver a sus hijos jugando a Out Run o Space Harrier.
Shigeru Miyamoto es una de las leyendas más reconocibles de la historia de los videojuegos, ya que en su haber tiene el hito de ser el padre de Super Mario. El creativo ha concedido una entrevista con el portal New Yorker donde ha confesado una curiosa historia desde el punto de vista más personal con sus hijos como protagonistas.
Hace un par de décadas, la lucha por el reinado en el mundo del entretenimiento interactivo la libraban Nintendo y Sega, en una batalla comercial que ha pasado a la historia del marketing y que ha dado pie a libros dedicados al respecto. En pleno ‘conflicto’ entre las dos empresas niponas, el bueno de Miyamoto se encontró con que tenía ‘al enemigo en casa’, ya que en muchas ocasiones, en la época de la adolescencia, sus hijos preferían algunos clásicos de Sega.
Miyamoto se esforzaba más para que sus hijos eligieran los juegos que él hacíaTal y como afirma Miyamoto, sus hijos «jugaban a un montón de juegos de Sega. Les gustaba mucho conducir coches en Out Run y también jugaban bastante a Space Harrier«. Además, indica que no le molestaba que sus descendientes jugaran con las obras de la competencia, ya que eso le servía para «inspirarse con más ganas para que prefiriesen los que él hacía».
En la misma entrevista, el creativo detalla la forma de trabajar de Nintendo desde sus orígenes como empresa de videojuegos, asegurando que crean juegos para unir a la familia y para brindar una sensación cálida.
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