Tesla busca dar un gran salto dentro de los sistemas de conducción autónoma este mismo año, por ello anunciaron en octubre de 2016 que todos sus nuevos coches serían fabricados con la nueva generación de hardware para conducción autónoma, conocido como Hardware 2. Sin embargo, que el coche cuente con el equipamiento no significa que ya esté listo para conducirse de forma autónoma, y aquí es donde entra en escena el software.
La compañía de Elon Musk informaba que las actualizaciones de software serían liberadas de formas paulatina vía OTA, esto porque el software aún no está listo. Pero esto no era impedimento para que los dueños de un Tesla puedan usarlo, lo que los convierte en conejillos de indias y los pone ante un escenario de un posible accidente.
Miles de usuarios en riesgo por usar software en fase beta
En mayo del año pasado se presentó el primer caso de un accidente relacionado con el Autopilot de un Tesla, lo que resultó en la muerte del conductor. A pesar de que las autoridades no encontraron culpable a Tesla, el debate de si debe llamarse ‘Autopilot’ a un sistema que claramente no lo es, ha estado presente. Sólo basta hacer una búsqueda en YouTube para encontrarnos con todo tipo de «experimentos» que ponen a prueba los sistemas de Tesla.
Todos sabemos bien que el software en fase beta necesita probarse a fondo para ir eliminando posibles fallos de cara a un lanzamiento final, pero cuando hablamos de software para coches la cosa cambia, ya que en el caso de Tesla, los betatesters son sus propios usuarios, lo que incrementa el riesgo de posibles accidentes. Pero eso no es todo, porque además estos usuarios tienen que pagar entre 5.000 y 10.000 dólares por acceder al uso del Autopilot, es decir, están pagando por usar un sistema incompleto que pone en riesgo sus vidas.
Desde que se liberó a inicios de este año el software de conducción autónoma para el Hardware 2, algunos usuarios han empezado a reportar graves fallos que consisten en frenadas imprevistas, lecturas erróneas por parte del sistema de radares, cambios de carril de forma abrupta aún con la presencia de coches a los lados o aceras, entre otras cosas. Es un hecho que los sistemas aún no están listos, pero el que Tesla esté informando que el software está en fase beta y al mismo tiempo pida que los usuarios firmen una exención de responsabilidad es algo contradictorio y a la vez peligroso.
Estos son algunos ejemplos del comportamiento del Hardware 2.
Tesla y el (lejano) salto al nivel 4 de autonomía
El objetivo que persigue Tesla este año, es que su Autopilot pase de nivel SAE 2 al 4, lo que significa un paso antes de estar ante un sistema completamente autónomo. Para poner un poco en contexto, los coches de Waymo (Google-Alphabet) y Ford sólo han alcanzado la certificación SAE 4.
Aquí entra otro factor importante, ya que después del accidente fatal de 2016, Tesla rompió relaciones con Mobileye, que era la compañía que suministraba las cámaras y parte del software para el Autopilot. La compañía con sede en Israel argumentaba que dejaban de colaborar con Tesla «ante las preocupaciones de seguridad», ya que la compañía de Elon Musk los estaba presionado para cambiar algunos términos relacionados con el comportamiento del Autopilot. Mientras que Tesla dijo que la colaboración terminaba por razones comerciales.
Es así como los coches fabricados desde noviembre del año pasado ya no cuentan con la tecnología de Mobileye, por ello decidieron meter más cámaras, un nuevo sistema de radares y sensores, todo operado por un software desarrollado de forma interna. Esto ha derivado en que algunos propietarios que han tenido oportunidad de probar ambos sistemas estén mencionando que este nuevo Autopilot es menos funcional que el sistema de Mobileye.
A esto hay que sumarle que este nuevo sistema está recogiendo de forma permanente los datos de los sensores en todos los coches, tengan o no activado el Autopilot, ya que el objetivo es, nuevamente, conocer el comportamiento de los vehículos ante este nuevo software y así ir resolviendo los fallos sobre la marcha.
Con tal de impulsar esta nueva tecnología de conducción autónoma, Tesla mostró, ese mismo noviembre, un vídeo que nos muestra cómo funciona su nuevo sistema, donde no hay mayores detalles de pruebas en vías públicas o avances acerca del desarrollo de este sistema, tal y como lo hace el resto de las compañías.
Para poner un ejemplo final, sólo hay que mirar la cantidad de horas reportadas de conducción autónoma entre Waymo y Tesla. La compañía de Google declaró haber realizado más de 635.000 millas totalmente autónomas en 2016 sólo en California, donde en 124 ocasiones el conductor tuvo que tomar el control del vehículo. En cambio, Tesla declaró cero actividad en 2015 y sólo 550 millas en 2016, con la intervención del conductor en 182 ocasiones.
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La noticia
Los betatesters de Tesla son sus propios usuarios, con todo el riesgo que esto conlleva
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Raúl Álvarez
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