Con sus más y con sus menos, hay algo que no se le puede negar a ‘American Gods’, la recién finalizada serie de conflictos divinos a cuyo timón se encuentran Neil Gaiman (también creador de la novela original en la que se basa) y un Brian Fuller recién salido de ‘Hannibal‘: ha sido un recital interpretativo espectacular y continuo. Empezando por Ian McShane y continuando por otro veterano con solera, Crispin Glover, a quienes se suman los jóvenes Bruce Langley o Emily Browning.
Pero si hay un miembro del elenco que ha destacado, especialmente por lo accesible, reconocible y a la vez excéntrico de su creación ha sido Gillian Anderson, que da vida a uno de los nuevos dioses en conflicto con los antiguos: Media. Mutando en distintos iconos de la cultura pop del cine, música y televisión, se presenta tentadora, maquiavélica y adoptando personalidades y tics de los famosos cuya forma adopta.
En declaraciones a IndieWire, Neil Gaiman afirmaba que «se nos olvida lo buena que es porque interpreta a personajes que son un poco como ella«. Algo que sabía bien Fuller, que ya trabajó con la actriz regalándole uno de los mejores personajes de ‘Hannibal’: «Las mierdas loquísimas que tenía que decir sonando remotamente creíble eran la prueba de los sitios impredecibles a los que Gilliam Anderson puede llevarte«.
Los cuatro personajes que vimos en pantalla (Lucille Ball, de la mítica sitcom ‘I Love Lucy’, Marilyn Monroe, David Bowie y Judy Garland en la película de 1948 ‘Desfile de pascua’) no fueron los únicos que se plantearon: en declaraciones a ‘Entertainment Weekly’ la actriz afirmó que Michael Jackson y Prince fueron considerados por su ambigüedad sexual, aunque se llegó a la conclusión de que en ese aspecto nadie podía ganar a Bowie.
El resto de los papeles surgieron tanto de sugerencias de la actriz como de ideas de Fuller. Éste estaba maravillado con la imitación que Anderson había hecho de Lucille Ball en una sesión de fotos para ‘US Magazine’ en 1997. El resto, afirma Fuller, fueron sugerencias de la Anderson: «Marilyn fue idea suya, y Judy Garland salió de una conversación en la que discutimos cuál sería su encarnación apropiada en la fiesta en la mansión de Pascua«.
De hecho, donde más afirma Anderson que se divirtió fue con Marilyn: «hay una cierta alegría natural vinculada a ella. También la hay con Judy Garland, pero hay un toque tan disfrutable y delicioso en Marilyn que fue muy divertido saltar dentro de ella«. Ese disfrutar con su trabajo de la actriz se detecta en esta elección de los personajes, pero también en cómo los encarna.
El co-showrunner Michael Green desvela cómo compuso Anderson estos personajes: la actriz llegó a la conclusión de que «usaría la imitación como una forma más de hacerse entender (…) Cuando es Marilyn, es casi una parodia. Utiliza su voz y sus cambios para ser lo más irresistible para la persona a la que está intentando venderse. Y ella siempre está tratando de venderse«.
Paradójicamente, las múltiples encarnaciones de Anderson apenas han sido publicitadas por cuestiones legales. Afirma Fuller que «estamos obligados a no presentar a Media en un cartel. Hay una zona gris en lo que respecta a usar sus encarnaciones para nada que pueda ser considerado promocional, y nuestro equipo legal es muy conservador y no quiere cabrear a nadie«.
You sacrificing to me? 📺💋 #Media #AmericanGods pic.twitter.com/TrhDTHQS7Y
— Gillian Anderson (@GillianA) 8 de mayo de 2017
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Las mutaciones de la diosa Gillian Anderson: así se creó su asombroso personaje de ‘American Gods’
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John Tones
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