Las regulaciones de protección de datos y el hecho de que cada vez sean más duras suele estar vinculado al crecimiento de los grandes jugadores de la red, porque estos son los que hacen que los ciudadanos se preocupen más por el estado de las cosas y lo que hace que se cree una cierta tensión sobre qué ocurre y cómo ocurre. Son los grandes jugares, sus meteduras de pata y las prácticas que los consumidores sienten como abusos las que acaban impulsando el clima de preocupación que hace que se modifiquen y endurezcan las regulaciones vinculadas.
Pero, sin embargo, los cambios normativos ni perjudican ni atan a estos jugadores. En realidad, o al menos eso es lo que apuntan los analistas, los gigantes son quienes salen más reforzados de todos los cambios normativos.
Eso es lo que explica un analista en una columna en Quartz. Las normativas de protección de datos suelen partir de buenas intenciones, pero de todo lo que consiguen no está el de hacer que las grandes compañías tecnológicas se conviertan en más débiles o que sus posiciones de dominio se vuelvan menos estables. Puede que los organismos reguladores quieran tener más control sobre Google, Facebook o Amazon, explican en el análisis, pero en realidad no consiguen limitar su poder.
Pyme 0 – Gigante 1
¿Por qué ocurre esto? La clave está en para quién hace las cosas más complicadas el cambio normativo. Las grandes compañías no son a quienes los ajustes de la ley se le hacen cuesta arriba, sino que esto ocurre con las pequeñas empresas. Las nuevas leyes logran, siguiendo las conclusiones del análisis, que para las pymes sea mucho más difícil crecer y mucho más complicado aumentar su peso en el mercado.
Ellas son las que se ven más ahogadas por los nuevos ajustes normativos, lo que hace que el cambio esté haciendo más complicada la competencia en el mercado y que los grandes jugadores puedan asentarse todavía más de un modo dominante. Si a las pequeñas firmas les cuesta más sobrevivir a la red por las cargas que las normas imponen, su papel se volverá más difuso en el mercado y su territorio será conquistado por las grandes.
Lo que ocurre tras los cambios normativos
El mejor ejemplo para comprenderlo no es solo lo que ha ocurrido con la ley de protección de datos europea, sino también con lo que Europa quiso hacer con su nueva ley de copyright (que al final cayó en la votación en el Parlamento). La normativa quería crear un sistema similar al Canon AEDE que aplica España. Los gigantes de internet tendrían que pagar por el derecho a incluir links. ¿Qué efecto tendría esto?
No hay más que pensar en lo que sucedió en España cuando se aplicó el canon. Google Noticias, el objetivo principal del lobby que había impulsado la normativa, echó el cierre, así que los gigantes no lograron sacarle dinero a Google por ello. Los perjudicados fueron los muchos medios (especialmente pequeños) para los que Google Noticias era una importante fuente de tráfico.
A eso se suma que el coste de cumplir con las normativas es muy diferente según el tamaño de la empresa. Para un gigante de Silicon Valley, cumplir con lo que se pide es más sencillo. Es algo que puede hacer su equipo sin mucho problema. Para una pequeña empresa, es un elemento más de peso y un gasto más que no siempre logra encontrar cómo asumir.