Una cadena de restaurantes estaba haciendo una maniobra para intentar lograr que sus usuarios se instalasen su aplicación móvil y que hiciesen desde su mesa el pedido empleando esa herramienta. ¿Qué hacer cuando eres una turista en la ciudad en cuestión y lo único que quieres es que te atiendan? Aunque no vayas a volver a usar la aplicación en el futuro, la necesidad obliga. Te descargas la app, haces tu pedido, te frustras ligeramente con el sistema de pago y, en cuanto has terminado, la borras de tu móvil.
La experiencia de uso de la aplicación móvil de la cadena de restaurantes no solo es una experiencia real, sino que podría ser hasta una historia para comprender cómo se relacionan los consumidores con las apps de las empresas y con las apps en general.
Las compañías quieren que sus potenciales consumidores se instalen sus aplicaciones, porque estas abren un abanico de posibilidades lo suficientemente atractivas como para no tenerlas en cuenta. Gracias a la app, se pueden enviar notificaciones push, se pueden lanzar más y mejor segmentadas ofertas o se abren muchas posibilidades a la hora de recolectar datos.
Pero los consumidores no solo son reticentes a la hora de descargarse la app de turno, también lo son a la hora de mantenerla. La vida útil de una aplicación móvil en el smartphone del consumidor es efímera. Y es que, como apuntan en eMarketer partiendo de los resultados de un estudio global de Adjust, instalar y desinstalar rápidamente aplicaciones móviles es muy común entre los usuarios.
Según las conclusiones del estudio, que analizó la suerte de 8.000 millones de instalaciones de apps en todo el globo entre enero y julio de este año, la media general está en que la app dure en el móvil unos 5,8 días. Los consumidores no tardan ni una semana en desinstalar lo que habían instalado.
Las que más queremos y las que menos
Por supuesto, no todas las apps corren la misma suerte y no todos los sectores tienen tiempos iguales de desinstalación. Las apps de comercio electrónico, con sus 10,8 días de media, y las de viajes, con 10,2, son las que tienen una vida en el móvil más larga. Las de entretenimiento, con medio día, y las de estilos de vida, 1,2 días, son por el contrario las más efímeras, muy por debajo de la media.
Entre unas y otras están las apps sociales (2,3 días), juegos (3,4), utilities (4,7), educación (6,4), negocios (6,9), publicaciones (7,3) y salud (8,8). Los datos son tanto de usuarios de iOS como de usuarios de Android.
Por qué las desinstalamos
¿Por qué la permanencia de estas apps es tan breve? La clave está en la percepción que los usuarios tienen de ellas. La novedad, como explican en las conclusiones del estudio, se gasta muy rápido.
A eso se suman otras cuestiones que ayudan a ver que, para los usuarios, las aplicaciones simplemente no son importantes. Los usuarios borran apps si su almacenamiento está muy lleno, si estas tienen un impacto negativo en la vida útil de sus baterías o si la aplicación da errores. El margen de paciencia que se tiene con las apps es muy bajo.