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jueves, diciembre 26, 2024
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Las 23 películas que mejor han contado lo que es de verdad un amor de verano

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Vacaciones En Roma

Jamás culparé al cine por mis altas expectativas en los diferentes ámbitos de la vida. Le quiero demasiado. Pero si hay algo que el cine nos ha enseñado y estropeado para siempre son los amores de verano, porque nunca, nunca serán como en las películas, o al menos siempre serán menos glamoursos y mucho máss pegajosos (sí, soy una hater del calor).

Por suerte, el cine nos ha enseñado mucho más que la existencia de amores de verano idílicos. Además de amores inesperados y románticos, también nos han enseñado amores musicales, turbios, inapropiados, con forma de thriller y que acabarán fatal, cómicos, adolescentes, incestuosos… Y como no todo es perfecto, os traigo una lista imperfecta de algunas de mis películas favoritas sobre amores de verano ideales para esta época del año.

Así que, si como yo odiáis demasiado el calor como para vivir vuestro propio romance estival y os van más los amores en la nieve y con jerséis de lana, os recomiento algunos títulos para que podáis vivirlos desde el sofá de vuestra casa… con el aire acondicionado a tope.

‘Vacaciones en Roma’ (1953)

Nunca he estado en Roma y me da miedo ir y que no me pase lo que Audrey Hepburn en ‘Vacaciones en Roma’ (‘Roman Holiday’, Wylliam Wyler). Claro que yo no soy una princesa europea agobiada por no poder llevar una vida normal y que se escapa de palacio para conocer Roma y encontrarse a sí misma. Con corte de pelo y borrachera incluída.

Aún así, esta delicia de película de final algo amargo de ese amor imposible entre la princesa Anna y el periodista Joe Bradley (un maravilloso Gregory Peck) que termina enamorándose de ella mientras trata de conseguir una exclusiva para su periódico, es perfecta, no sólo para una noche de verano, sino para cualquier época del año.

‘Atrapa a un Ladrón’ (1955)

Si Cary Grant decide no separarse de ti para atrapar al ladrón de cuyos robos le están inculpando…¿quién podría negarse? Y más si todo esto ocurre en la idílica Costa Azul. Pero no, una vez más, no soy Grace Kelly ni una rica heredera a la que puedan robar las joyas.

Por suerte, no necesitamos vivirlo, porque Hitchcok lo rodó y plasmó tan bien en ‘Atrapa a un ladrón’ (‘To Catch A Thief’, Alfred Hitchcok, 1955), con esa mezcla perfecta de thriller y romance que no necesitamos nada más. Gracias Hitch por el glamour de los romances veraniegos entre ladrones y descapotables azules.

‘La tentación vive arriba’ (1955)

En mi ciudad hay metro, pero no es como el de Nueva York, cuyas rejillas de ventilación provocan un mini-huracán en la superfecie, y aunque así lo fuera, probablemente sería un aire repugnante, calentorro y fétido. Ya sé que a Marilyn Monroe le parece una «brisa deliciosa» en ‘La tentación vive arriba’ (‘The Seven Year Itch’, Billy Wilder, 1955), pero no.

En la cinta, Tom Ewell da vida a un neoyorquino de imaginación exagerada que atraviesa una crisis de madurez, pasa el verano en un caluroso Nueva York, mientras su mujer y sus hijos veranean en Maine. En su letargo estival conocerá a una pizpireta modelo de publicidad -Monroe- que alquila un apartamento en su mismo edificio. Ambos pasarán tiempo juntos y él, con su desbordante imaginación, creerá tener una relación con su vecina.

‘Tú a Boston y yo a California’ (1961)

Nunca fui a un campamento de verano, por lo que hasta donde sé, podría tener una hermana gemela, idéntica a mí, en algún lugar del mundo. Y por supuesto, jamás podremos intercambiar nuestras identidades para conocer el mundo de la otra y conseguir que nuestros padres vuelvan a enamorarse. Pero como dije antes, las expectativas del cine jamás se cumplen y nunca fui esa niña pija londinense que se intercambiaba con su hermana californiana.

Pero una vez más, poco importa. En ‘Tú a Boston y yo a California’ (‘The Parent Trap’, David Swift,1961), Hayley Mills ya lo vivía por mí -y mi hermana gemela inexistent, obvio-, y ella y su versión doble conseguían que sus padres –Brian Keith y la pelirroja más pelirroja de Hollywood, Maureen O’Hara– volvieran a juntarse en aquel romántico rancho californiano.

‘Búsqueme a esa chica’ (1964)

Lo sé. Un salto muy drástico con referencia a las otras películas. Pero no podía dejar de incluirla, por la genialidad que supone ver en una misma película a dos íconos pop de la España de los 60: Marisol y el Dúo Dinámico. Y más si en ella, la niña prodigio y el guapo del dúo vivían un romance veraniego.

En ‘Búsqueme a esa chica’, Marisol –Pepa Flores– trata de ganarse la vida con su padre en Palma de Mallorca, cuando un ricachón descubre a la chica y quiere convertirla en una estrella, a cambio de alejarla de su padre. Entre tanto, Marisol conoce al Dúo Dinámico y se enamora de uno de ellos. Y hay números musicales tan kitsch y exquisitos como el de arriba.

‘Las señoritas de Rochefort’ (1967)

Y pasamos de un musical cañí español a uno francés, muy francés, pero rezumando amor por el musical de Hollywood. Sí, hablo de la deliciosa ‘Las señoritas de Rochefort’ del maestro Jacques Demy, uno de mis favoritos de todos los tiempos. Y por suerte, transcurre en verano, hay romances y encuentran un hueco en esta lista y por lo tanto, una buena excusa para recuperarla.

Aquí, Catherine Deneuve y Françoise Dorléac -su hermana en la vida real- dan vida a unas gemelas que dan clases de danza y música en la aburrida Rochefort -si véis la película, no es aburrida para nada-. Quieren irse a vivir a París y con el verano, llegan a la ciudad marineros, feriantes y demás, que despertarán las ansias de romance de las jóvenes. Comedia fresquita con números musicales exquisitos, colores, asesinatos y Gene Kelly, ahí lo digo todo.

‘El Graduado’ (1967)

Y aunque ‘El Graduado’ (‘The Graduate’, Mike Nichols) no es una película musical, sí tiene una canción que pasó a la historia: ‘Mrs.Robinson’ de Simon and Garfunkel, y sin duda la banda sonora ideal para el amor prohibido entre un joven y una mujer madura, a los que dieron vida Dustin Hoffman y Anne Bancroft.

Y es que claro, el verano para unos es sinónimo de descanso y para otros, de intentar decidir qué hacer con sus vidas. Es el caso del personaje de Hoffman, que regresa a casa de sus padres tras graduarse en la universidad. Y mientras sus padres quieren que salga con la hija de unos amigos, será la madre de ésta quien trate seducir al joven e inocente muchacho. Ya saben, el calor y la carne fresca.

‘Grease’ (1978)

Vale. Lo sé: ‘Grease’ no cuenta un romance veraniego, pero permitidme la licencia, porque si no hubiera sido por uno, uno de los musicales más míticos de los 70 no habría sucedido jamás. Y es que todo empieza cuando Sandy y Danny, dos adolecentes -interpretados por los treintañeros Olivia Newton John y John Travolta– se despiden tras haber vivido uno de esos ídilicos amores veraniegos, pensando que no volverán a verse.

¡Y qué equivocados estaban! Gracias al maravilloso destino cinematográfico, después del verano ella comenzará el curso en un nuevo instituto…¿y adivinad quién estudia también ahí? ¡Bingo! Lo demás es historia llena de gomina, descapotables, chicle y faldas con vuelo. Y de nada por el vídeo con la letra de ‘Summer Nights’, por si queréis marcaros un Sing’a’long’

‘Pauline en la playa’ (1983)

Y nos ponemos un poco más serios y volvemos al cine francés y uno de sus grandes cineastas, Éric Rohmer. Y como en todo su cine, en ‘Pauline en la playa’ (‘Pauline à la plage’), parece que deje la cámara y las historias surgen de forma espontánea y orgánica ante ella. Y parece que no le fue mal, ya que la cinta le valió el Oso de Plata a la Mejor Dirección en la Berlinale de ese año.

De ritmo pausado -ya saben, rohmeriana- como el mejor de los veranos, en ‘Pauline en la playa’ conocemos Marion y su joven prima Pauline, pasan unas vacaciones en un balneario en Normandía. Allí, la primera se reencontrará con un viejo amor y la segunda, comenzará a descubrir lo que un buen amorío de verano puede dar de sí.

‘Dirty Dancing’ (1987)

Lo confieso. He visto ‘Dirty Dancing’ millones de veces, pero nunca me avergonzará decirlo y tengo la suerte de que, con los años, se ha convertido en una cinta de culto y manifiesto feminista. Y viene al pelo porque resulta que cuenta uno de los romances veraniegos más míticos y sensuales de los 80, porque quien no se haya sentido identificado alguna vez con Baby y ese «No dejaré que nadie te arrincone» que le dice Johnny Castle, está mintiendo.

En la cinta, Baby (Jennifer Gray), una recién graduada del instituto va a parar con sus padres y su hermana a un lugar de estos de vacaciones en los que solamente hay jubilados. Por suerte, entre los animadores del lugar hay un bailarín excesivamente atractivo (las niñas de los 80 te querremos siempre, Patrick Swayze) y sensible, que por azares del destino -siempre- tendrá que enseñar a bailar a Baby. Y claro, surge el amor.

‘Mi chica’ (1991)

Si nacistéis en los 80 y el comienzo de los 90 os pilló en plena infancia o entrando en la adolescencia, lo más propable es que el amor pre-adolescente de ‘Mi chica’ (‘My Girl’, Howard Zieff) os traumatizara para siempre. Y no os culpo, porque desde que la vi, mi gran temor son las abejas y avispas. Traumas infantiles a parte, la cinta que protagonizaron Anna Chlumsky y Macaulay Culkin, es ya todo un clásico del ‘coming of age’, del paso a la infancia a la adolescencia.

La cinta, básicamente, transcurre durante un verano en la vida de Vada, una niña hipocondríaca, que vive con un padre viudo director de una funeraria y pasa parte de su tiempo con su amigo Thomas, alérgico a todo. La niña comienza a sufrir los cambios de la adolescencia a la vez que su padre comienza una relación con su nueva empleada y su amigo y primer amor…bueno, no os lo cuento por si no la vistéis, pero…trauma.

‘French Kiss’ (1995)

A la pobre Meg Ryan la abandona su novio (Timothy Hutton) por una francesa y ésta afrontará su miedo a volar para viajar a Francia a recuperarlo. Claro, porque viajar a Francia en verano y pasar de París a la Costa Azul es toda una tortura, y mucho más, si conoces en el avión a un francés (o Kevin Kline) que se lleva entre manos negocios bastante chungos, en los que, sin duda, involucrará a la pobre Meg.

Pero no importa si en el fondo, ese francés caradura tiene su corazoncito -y sabe de vinos- y tratará de ayudar a Meg -vale, el personaje se llama Kate, pero ¿qué importa?- a recuperar a su novio. Y bueno, todos sabemos qué no lo hará. Y todo ello en un entorno de ensueño que va desde París, pasando por la campiña francesa y Niza. Todo muy encantador y entrañable. Ni tan mal, Meg.

Trilogía ‘Antes del amanecer’ (1995 – 2004 – 2013)

Sé que soy un poco pesada con la famosa trilogía de Richard Linklater, protagonizada por Ethan Hawke y Julie Delpy, pero ¿qué le vamos a hacer si son auténticas maravillas además de contener altas dosis de romanticismo sin alejarse nunca de la cruda realidad? Y sí, las tres transcurren en verano y sí, las tres incluyen historias de amor.

En ‘Antes del amanecer’ (‘Before Sunrise’, 1995), Jesse y Céline se conocían y vivían una intensa noche de verano en Viena. No se volverían a encontrar hasta 9 años después en ‘Antes del atardecer’ (‘Before Sunset’, 2004) y durante una calurosa tarde en París con final abierto. Y otros 9 años pasaron hasta que conocimos ¿el final? de su historia en una isla griega en ‘Antes del anocheceder’ (‘Before Midnight,’2013)

‘El Talento de Mr.Ripley’ (1999)

Muchísimo más turbio es el romance veraniego que nos contó Anthony Minghella en 1999 en ‘El talento de Mr. Ripley’ (‘The talented Mr. Ripley’), en un entorno y con un reparto de ensueño: Jude Law, Gwyneth Paltrow y Matt Damon protagonizaron este thriller psicológico ambientada en la soleada Italia de los años 50.

Basada en la novela homónima de Patricia Highsmith, aquí, Matt Damon da vida a Ripley, un chaval de lo más corriente, que viaja a Italia para conseguir que el hijo de su jefe -el maravilloso Jude Law-, un vividor y ganador nato regrese a casa, por el que se sentirá rápidamente atraído. La cosa se lía de tal manera, que Ripley tratará de vengarse ante el rechazo suplantando la identidad del otro. Ambición, atracción y celos en la maravillosa Italia y con gente muy guapa. Porque sí, Cate Banchett también participa en la película.

‘Y tu mamá también’ (2001)

Ya lo he comentado más arriba, pero con el calorcito la sangre nos llega a todas partes menos a la cabeza y claro, si dos chavales saliendo de la adolescencia como Diego Luna y Gael García Bernal conocen a una mujer más mayor como Maribel Verdú y ésta acepta a unirse a un viaje en furgoneta con ellos, pues se puede liar considerablemente.

Ante la sorpresa de los chavales de que ella haya aceptado, tendrán que ingeniarselas para hacer el viaje y el resultado es una sexy road-trip que cambiara la forma de entender la vida de los tres. Por cierto, es el cuarto largometraje de Alfonso Cuarón, el segundo que rodó en castellano y el que le convirtió en uno de los jóvenes realizadores mexicanos de mayor proyección internacional. Lo demás, ya lo conocemos.

‘Ma mère’ (2005)

Sí, lo sé, puede que ‘Ma mère’ de Christophe Honoré cuente una historia de amor demasiado perversa e incestuosa. Pero es que, al fin y al cabo, es una historia de amor y transcurre en verano y su propuesta es lo suficientemente interesante para que os hable de ella y os la descubra, si no la conocéis, aunque que esté protagonizada por Isabelle Huppert y Louis Garrel ya debería ser suficiente.

En su segundo largometraje, Honoré cuenta las perturbadoras vavaciones de una madre y su hijo recién salido de la adolescencia en Mallorca. Él no necesita nada más que el afecto de su madre y ella, con tendencias autodestructivas introducirá a su hijo en el universo sado-masoquista para alcanzar el amor maternal absoluto. Sudor, sexo sucio, tríos e incesto en este perverso relato.

‘500 días juntos’ (2006)

Puede que lo que más me guste de ‘500 días juntos’ (‘500 Days of Summer’, Marc Webb) es que no se trata de una comedia romántica al uso, sino que es todo lo contrario: desmitifica el amor romántico perfecto, pero sin llegar a hacer que lo odies. Y como todas las pelis de esta lista, parte de su trama ranscurre en verano, por no hablar del juego de palabras de su título origina que significa ‘500 días de verano’, siendo Summer, además, el nombre de la protagonista.

En la cinta, Joseph Gordon-Levitt da vida a un joven que trabaja escribiendo cartas de felicitación y cree en el amor verdadero, mientras que Summer (Zooey Deschanel), dejó de creer en él cuando sus padres se divorciaron. Él caerá prendidamente enamorado de ella, ella de él no tanto, y éste tratará de reconstruir su relación par ver donde estuvo el problema y poder recuperarla.

‘Vicky, Cristina, Barcelona’ (2008)

No, no es la mejor película de Woody Allen ni de lejos, pero causó cierto revuelo en su momento por estar rodada en nuestro país y lógicamente, por reunir a nuestras dos estrellas más internacionales: Javier Bardem y Penélope Cruz. Además, es el claro ejemplo de lo que puede pasarle a dos americanas ingenuas que vienen de vacaciones a nuestro país: porque todos los hombres son tan pasionales como el personaje de Bardem y todas las mujeres están locas como el personaje de Cruz. Esto…no.

En la cinta, Vicky y Cristina, dos americanas, viajan de vacaciones a Barcelona. Mientras la primera es sensata y está apunto de casarse, la segunda busca todo tipo de aventuras. ¡Y vaya si las encuentra! Conocerá a un atractivo pintor con el que comenzará un romance…con él y con su inestable ex-mujer.

‘Adventureland’ (2009)

Greg Mottola dirigía en 2009 a Jesse Eisenberg y Kristen Stewart en ‘Adventureland’, una claro ejemplo de como un verano que no va a ser como esperabas puede convertirse en algo más o menos mejor -ahí, según las prioridades de cada uno-.

Así, en la cinta, estamos en el verano de 1987 y Eisenberg da vida a un recién graduado en la universidad, que al terminar el curso decide ir a recorrer Europa en sus vacaciones, para después empezar Periodismo en la Universidad de Columbia. Pero sus problemas económicos se lo impedirán, y terminará trabajando en ‘Adventureland’, donde conocerá a la enigmática Emily.

‘Primos’ (2011)

Si te dejan plantado en el altar, la cosa más lógica que puedes hacer a continuación es ir al pueblo donde pasaste los veranos de tu infancia para recuperar a tu amor de adolescencia. Lo normal. Por suerte, todo vale en el cine y ¡menos mal! Porque con ‘Primos’, Daniel Sánchez Arévalo filmó su mejor y más entrañable comedia.

Así, Quim Gutiérrez y sus primos Raúl Arévalo y Adrián Lastra viajan a Comillas (Cantabria), en plenas fiestas de verano, para que el primero se reencuentre con Inma Cuesta, su primer gran amor. Entre hortalizas, canciones de los Backstreet Boys, verbenas y ferias de pueblo, transcurre este(os) divertido(s) y entrañable(s) romance(s).

‘Moonrise Kingdom’ (2012)

Y otro verano retro, pero esta vez de 1965 y reproducido bajo la fascinante y mágina mirada de Wes Anderson, lo que implica que ‘Moonrise Kingdom’ es, sin duda, una cinta de lo más especial, con campamento de verano incluído y una apuesta visual casi, casi, convertida en icónica.

Sam y Suzy se conoce en un campamento de verano, donde los niños pre-adolescentes pasan el día haciendo todo tipo de actividades y viviendo mil aventuras. Pero Sam y Suzy se han enamorado y planearán una escapada para poder vivir juntos y a su manera, fuera de el universo estricto paternal.

‘Un jeune poète’ (2014)

Aunque creo que no se ha estrenado en España, si alguna vez os topáis con ‘Un jeune poète’ (Damien Manivel), ni lo dudéis. Y es que me ha parecido oportuno hablaros de ella porque es una cinta interesantísima sobre madurar, las ambiciones -y pretensiones- de la juventud y encontrar el lugar de uno en el mundo. Y claro está, porque transcurre en verano y hay un romance, que para eso hemos venido.

En la cinta, el pobre Rémi sueña con ser poeta y fascinar al mundo con sus versos y por ello, viaja en soledad a la calurosa ciudad de Sète, en el sur de Francia, con lapicero y cuaderno para buscar la inspiración y escribir poemas maravillosos. Rémi lo intenta con todas sus fuerzas, hasta que se enamora de una joven y podrá, por fin, escribir algo. Lo mejor de la cinta, son los penosos intentos de Rémi de ser bohemio. Mucho postureo, vamos.

‘Kiki, el amor se hace’ (2016)

En su tercer largometrjae como director, Paco León habla de todo tipo de filias sexuales extrañas y como no podía ser de otra forma, asocia el sexo con el verano. Porque en el Madrid que nos muestra León en ‘Kiki, el amor se hace’, hae mucho calor y parece que esto hace aumentar el deseo sexual de sus habitantes y despierta sus más oscuras -y raras- filias.

Una película coral, muy veraniega y colorida y que a ritmo de pop es toda una oda a la diferencia, a la liberación sexual y claro está, al amor veraniego.

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La noticia

Las 23 películas que mejor han contado lo que es de verdad un amor de verano

fue publicada originalmente en

Espinof

por
LuciaRos

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