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En Uganda no hay suministro de agua potable en las casas así que, todas las mañanas, las personas que viven allí tienen que recorrer varios kilómetros para llenar garrafas de hasta 25 litros. Algo que tiene dificultades añadidas cuando eres una de las muchas personas que sufren una malformación genética (muchas veces motivada por una escasa alimentación nutricional durante el embarazo) y no tienes manos o pies completas.
Las prótesis tradicionales tienen, sin embargo, un alto coste que muchas de estas personas no se pueden permitir, por lo que no son una solución viable. Sin embargo, los modelos impresos en 3D se están abriendo camino, tanto por funcionalidad como por precio.
Fabricar una mano de adulto con impresión 3D puede costar 10 euros
Estas manos y otras prótesis impresas en 3D están ayudando a que estas personas con discapacidad tengan menos dificultades en sus rutinas diarias. Pero, sobre todo, suponen un cambio abismal en la calidad de vida de las mismas.
Éste es el caso de Isaac, un joven del país que tiene una malformación en una de sus manos, lo que le hace aún más complicado poder ir a buscar el agua. “El tener una mano, aunque sea solo para coger una garrafa de agua que es algo que hacen todos las personas a las 6 de la mañana, es darles la vida”, señala Eduardo Cortés, fisioterapeuta y uno de los responsables del proyecto TrucosOptimistas, una web solidaria que está llevando la impresión 3D de prótesis a países como Uganda.
Sencillo además de barato
Uno de los principales beneficios de la impresión 3D para la fabricación de este tipo de prótesis no es su bajo coste sino la gran funcionalidad que tiene. “El sistema es tan básico y tan sencillo que enseñar a utilizar la prótesis es facilísimo”, explica Eduardo Cortés.
Pero el hecho de que sea una tecnología tan barata permite que, si se rompe la prótesis o alguna de sus partes, se puede volver a imprimir sin problemas. “Es una tecnología muy barata y de acceso a todo el mundo porque los planos están en Internet, que es universal”.
Gracias a estas prótesis, los pacientes pueden hacer actividades diarias que antes no podían
Además, este experto fisioterapeuta asegura que otra de las ventajas de la impresión 3D es que también puede resolver ciertos problemas de los pacientes, quienes a veces “no solo necesitan una mano, sino varias para diferentes usos (movilidad fina, psicomotricidad gruesa…)”.
Las prótesis que están llegando a estos rincones de África se imprimen en Madrid, en casa de Santiago Más, otro de los involucrados en el proyecto. “Algunas manos que estamos haciendo son en realidad juguetes. Una de las últimas está tuneada con el Capitán América y tiene una goma detrás que lanza un avión”.
Esta mano, preparada para un niño, permite que quien la lleve no vea alterada su funcionalidad y que, además, acepte mejor esta prótesis. “El niño está mucho más contento con esta mano”, relata Cortés, quien defiende que este tipo de prótesis cumplen una función más versátil que las clásicas, gracias a que la tecnología tiene muchas posibilidades.
El reto de la autosuficiencia
Eduardo Cortés asegura que lo que conlleva más dificultad de esta iniciativa es el transporte de las prótesis desde España hasta Uganda.
Una mala alimentación en el embarazo es la causa de muchas malformaciones congénitas en países como Uganda
Aunque están colaborando con una ONG ugandesa (que trabaja en un hospital y que se pone en contacto con ellos para solicitar las prótesis), en un futuro “no muy lejano queremos formar a estas personas para que puedan tener una impresora y puedan hacerlo ellos mismos”. A partir de ese momento, la «única» misión de estos voluntarios casi sería “mandarles el filamento flexible (filaflex)”.
La impresión 3D es la única solución para personas con este tipo de discapacidad en lugares como Uganda, según este fisioterapeuta. “La gente se suele adaptar a la situación en la que está. Con una prótesis podemos cambiarles la vida; de no poder hacer nada con una mano a poder tener la otra libre para llevar cosas”. Destaca, por ejemplo, uno de sus pacientes, que gracias a estas soluciones impresas en 3D es capaz incluso de conducir. Es decir, “puedes hacer actividades de la vida diaria que mejoran tu calidad de vida de manera brutal”.
En Colombia también está surgiendo interés por las prótesis 3D debido a los mutilados por las bombas antipersona de las FARC
Estos dos profesionales también subrayan el ratio coste/productividad. Según sus cálculos, producir las manos de adultos no supera los 10 euros (4 en el caso de los niños). Aunque la durabilidad depende mucho de cada caso y del uso que se le dé, “lo bueno de este coste es que si se te rompe puedes hacer otra y no dependes de un técnico en ortopedia que tarde dos meses hasta tenerla, sino que es automático”.
Pero no solo en África se están beneficiando de la solidaridad de este proyecto. “Hace poco se registró un creador de Colombia”, nos cuenta Eduardo Cortés, añadiendo que en la zona hay mucho interés por la impresión en 3D dado que hay mutilados por las bombas antipersona de las FARC.
Dos amigos detrás de un proyecto
Eduardo Cortés, fisioterapeuta de profesión, estaba haciendo un proyecto de voluntariado en Uganda y durante 6 años fue coordinador de diferentes proyectos de sanidad con África Directo, la ONG con la que colabora. Fue así como conoció a Santiago Más.
Ambos trabajaban en proyectos de fisioterapia para niños discapacitados menores de 6 años y empezaron a estudiar la viabilidad de las prótesis. “Son muy caras y no siempre consiguen su objetivo”, explica Eduardo Cortés.
Sin embargo, en una charla informal, Santiago Más le cuenta de la existencia de Enabling the Future. “Imprimimos una de las manos y empezamos a darle vueltas. Nos dimos cuenta de que lo podíamos hacer e incluso mejorar, así que nos pusimos a diseñar y a buscar pacientes potenciales en Uganda”. Así es como nació Trucos Optimistas, una web “completamente solidaria” en la que las personas pueden solicitar que se les diseñe una prótesis para su problema concreto y los creadores se la ofrecerán sin coste alguno.
Asesoramiento de profesionales
Este fisioterapeuta especialista en manos asegura que los diseños con los que empezaron a trabajar tenían una serie de deficiencias que se quisieron solventar. Para ello, contaron con la ayuda de la empresa tecnológica española BQ y del centro de I+D. “Nos ayudaron mucho”, reconoce Cortés, destacando especialmente el asesoramiento en el diseño de la mano.
Las prótesis se imprimen en Madrid con una impresora BQ y se envían a Uganda
Como decimos, Santiago Mas imprime en su casa de Madrid las prótesis que se envían a Uganda. Para ello, emplea un modelo de BQ. “La impresora ha sido esencial” para este proyecto, asegura, y remarca el equipo humano que les atiende si tienen algún problema. “Las posibilidades que ofrece la web de BQ para gestionar la etapa de aprendizaje o los temas más complejos, como el uso de filamento flexible (filaflex) o el mantenimiento son muy buenos. En nuestro caso hemos usado la Witbox 1 —primera generación de la actual Witbox 2—, que es cerrada, lo que nos daba mucha tranquilidad”.
Santiago Mas valora mucho el equipo humano que hay detrás de BQ. “Es el que ha hecho posible el desarrollo de la prótesis de Isaac. Sin ellos apoyándonos en ese momento dudo que lo hubiéramos podido hacer. Esa prótesis «tan solo» es una pieza del puzzle que forma TrucosOptimistas, pero fue la pieza de arranque…”, sentencia.
Desde África al resto del mundo
La impresiones que están realizando estos dos voluntarios no son solo para niños, también para adultos. “Estamos haciendo en Malawi una adaptación para una chica de 23 años, Felicia, que nació sin brazos. Es verdad que nos hemos centrado en África y en menores de 6 años porque los programas que tenemos para discapacitados son para ese rango de edad, pero Trucos Optimistas está abierto todo el mundo”, aclara Cortés.
La iniciativa TrucosOptimistas es completamente solidaria
De hecho, cualquiera puede entrar, descargarse los planos e imprimirlos. “Es algo completamente solidario y queríamos que nadie se pudiera beneficiar económicamente de ello”, explica Eduardo Cortés, que subraya que también se buscaba que estas soluciones fueran gratuitas para el paciente.
“Alguien, por ejemplo, solicita un adaptador para coger la taza. Los creadores, en función de la cercanía, le pedirán o tomarán medidas y le entregarán, sin tener pagar un duro, su prótesis. Así se facilita también que las personas se conozcan y no resulte algo frío, y también que los creadores puedan asesorar al paciente y ayudarle”, subraya Cortés.
Gracias a esta cercanía, los creadores podrán explicar a los pacientes las funcionalidades de esas prótesis. “Con ellas no se puede tocar el piano o volver a escribir como antes”, asegura Cortés. “No hay que crear falsas esperanzas”.
[[DISCLAIMER: Ofrecido por BQ]]
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La noticia
La mano impresa en 3D en España que cambia una vida en África
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