La industria del marketing ha vivido una serie de cambios en los últimos tiempos que han modificado de un modo muy profundo su esencia. Las cosas ya no son – ni están cerca de serlo – como lo eran en el pasado y esto obliga no solo a actuar de forma diferente y a tomar decisiones distintas, sino también a contratar a talento diferente. Para la industria de marketing, las cosas ya no pueden ser como eran en el pasado. El nuevo ritmo del mercado exige que se jueguen con nuevos elementos y también que se respondan a nuevas obligaciones y a nuevas cuestiones.
Y, por ello, la industria no solo se ha vuelto más exigente con lo que hace sino también con quién lo hace. El perfil del perfecto marketero es cada vez más complejo, más completo y más transversal. Cada vez se reclama a los trabajadores del mundo del marketing que tengan conocimientos y habilidades en más áreas y más variadas.
Se podría decir, de hecho, que el profesional del pasado ya no encaja con lo que se pide al profesional del presente. Ese genio creativo que solo estaba a lo suyo y que era la estrella rutilante en un equipo de marketing de hace 20 o 40 años ya no sería la estrella rutilante de ningún equipo en el presente. Hoy hay que ser un genio creativo, sí, pero también hay que tener muchos más conocimientos y, sobre todo, hay que ser capaz de unirlo todo con lo que el mercado está exigiendo en términos tecnológicos.
Cómo la tecnología lo ha cambiado todo
Porque la tecnología lo ha cambiado todo y ha puesto patas arriba la industria. La tecnología ha cambiado desde los modos en los que se comunican las marcas con sus consumidores hasta las vías para recompilar información sobre los mismos, pasando por el modo en el que se consume, en el que se vende o en el que se gestionan las crisis, por poner unos cuantos ejemplos. Y esto ha modificado también lo que tienen que hacer y saber los trabajadores del mundo del marketing, desde los altos directivos a los perfiles más junior.
Ha supuesto la entrada de nuevos perfiles, como todos los relacionados con las redes sociales y hasta con el comercio electrónico, pero también ha hecho que se salten ciertas barreras. Los perfiles en marketing están cada vez más abiertos – y buscan cada vez más – a trabajadores que tienen conocimientos y capacidades en cuestiones que hasta ahora eran más ajenas a ella, como pueden la estadística, las matemáticas o las ciencias.
El boom de la tecnología es lo que ha llevado a que la frontera se cruce y se necesiten a trabajadores con esa formación más amplia y más variada.
Las empresas están, por tanto, fichando para sus equipos de marketing a trabajadores con conocimientos muy específicos y muy concretos y con talentos en áreas muy específicas. Es la era en al que las compañías se pelean por fichar a data scientists, a expertos en big data o a estrategas sociales.
La importancia de la formación continua
Y todo este cambio en lo que constituye el perfil de responsable de marketing que las empresas buscan ha tenido un efecto directo sobre los trabajadores de la industria ‘ de siempre’. Los cambios no solo afectan a los nuevos fichajes y a las nuevas incorporaciones al universo del marketing, sino también a aquellos trabajadores que ya formaban parte del entretejido de la industria. Si quieren seguir el ritmo del mercado, tienen que asumir esos conocimientos y esas capacidades. Deben comprender la importancia de la formación continua y del seguir formándose todavía hoy.
Pero la importancia de la formación continua no está limitada únicamente al reciclaje de los profesionales y a la actualización de conocimientos que han quedado desfasados.
En realidad, la industria del marketing está en una suerte de constante cambio, muy influida por el ritmo al que todo cambia en el universo tecnológico y especialmente en internet. Y para mantenerse al nivel de ese ritmo de cambios no queda más remedio que optar por estar siempre recibiendo información. Hay que estar siempre en proceso de actualización.