Los comentarios son uno de los elementos más valorados en internet por los consumidores. Las opiniones de otros compradores resultan muy importantes para los potenciales usuarios de servicios, productos o marcas, ya que les ayudan a comprender mucho mejor qué es lo que tiene el elemento en cuestión de positivo y qué deben tener en cuenta para su compra.
De hecho, hay quienes ya no compran algo si no hay comentarios de por medio que les ayuden en su decisión de compra o quienes no se quedan con aquellas cosas que tengan ciertos síntomas en las opiniones de los consumidores. Como explicaba una consumidora, ella ya no reservaba ningún hotel que no pasase del ocho y medio de puntuación en las páginas de reserva. Había descubierto que las notas peores solían estar asociadas a espacios en los que no iba a estar cómoda.
Pero hecha la realidad, hecha la trampa. Los comentarios se convirtieron en un nuevo campo de batalla para las empresas y para las marcas, en el nuevo espacio en el que se estaban jugando cosas y en el nuevo terreno en el que atacar y posicionar. Primero, fue el temor a los comentarios en general, el si los tratamos mal nos dejarán una malísima opinión. Especialmente en los negocios de hostelería, esto se convirtió en una suerte de material para el pánico.
Después llegó el temor a que la competencia aprovechase la jugada para desacreditar y atacar echando mano de los comentarios. Al fin y al cabo, nadie controla que las opiniones que se estén publicando tenga detrás a fuentes legítimas. Y luego llegaron los comentarios falsos, con incluso sus ‘industrias’ de comentaristas tras ellos.
Amazon, pionera en la batalla
Los comentarios falsos fueron vistos por la industria como un peligroso lastre. Poco importaba si el comentario era a favor o en contra de las cosas, porque en realidad estaban creando una visión distorsionada de la realidad. Amazon ha sido, de hecho, uno de los jugadores que más ha intentado poner freno y barreras a este tipo de mensajes, lanzando una guerra contra las opiniones que no estaban justificadas.
En este caso, era sobre todo una batalla contra la industria de reviews que había nacido de forma paralela, haciendo que existieran vías para – pago mediante – lograr que un producto empezase a llenarse de comentarios en la plataforma. La guerra contra las falsas opiniones y contra los comentaristas profesionales le dura ya a Amazon unos cuantos años. La compañía ha llegado hasta a denunciar por fraude a 1.114 personas que trabajaban online como comentaristas y a varias webs que organizaban y ofrecían este tipo de servicios.
Causas penales contra los comentarios
Y es que los comentarios falsos empiezan a ser tomados cada vez más en serios y a ser considerados como algo más que un gaje del oficio. Hace unos años, en Francia, una bloguera perdió una demanda interpuesta contra ella por un restaurante sobre el que había escrito una mala crítica, a pesar de que la crítica contaba su experiencia y que la sentencia fue criticada como un ataque a la libertad de expresión.
Y en Italia acaba de producirse otra sentencia de esas que logran protagonizar titulares, aunque con un punto de partida diferente. Un tribunal ha condenado a un hombre a nueve meses de prisión y a una multa de 8.000 euros por lo que consideran un fraude persistente en comentarios. El condenado, denunciado por TripAdvisor, tenía una compañía, PromoSalento, que vendía reviews falsas a hoteles. «Escribir reviews falsas siempre ha sido un fraude, pero esta es la primera vez que vemos a alguien siendo enviado a la cárcel por ello», apuntaban desde TripAdvisor, como recoge Quartz.
El ‘modus operandi’ de la empresa no es desconocido en la red. La compañía ofrecía a empresas vía correo electrónico el escribir comentarios falsos en sus perfiles en TripAdvisor. La pista que sirvió como punto de partida llegó desde esos potenciales clientes, que reenviaron los correos a TripAdvisor. Los investigadores de la compañía siguieron a partir de ahí las pistas para encontrar quiénes o quién era el responsable de la empresa de reviews.