Hace algo más de tres semanas en nuestro dominical Galaxia Xataka Foto os presentábamos a Carmina Rodríguez, una fotógrafa malagueña que en su blog contaba porqué iba a dejar la fotografía de conciertos, hasta hace poco su actividad principal. Su historia, desgraciadamente, es una más de las que demuestran lo difícil que es ganarse la vida como profesional en nuestro país, pero sin duda nos pareció interesante hablar con ella para conocer de primera mano lo que le llevó a tomar dicha decisión.
Hola Carmina, muchas gracias por atendernos. Te conocimos a raíz del post en tu blog donde hablabas de lo que te ha pasado. ¿Nos puedes contar resumidamente por qué tomaste esa decisión? ¿Fue más por un hartazgo de ver que la gente no respeta tu trabajo como fotógrafa o porque lo que te ha ocurrido te ha llevado a pensar que este sector en concreto no es rentable y mejor dedicarte a otra cosa?
Ha sido algo acumulativo que al final me ha hecho quemarme un poco. No es tanto por el tema económico, sino por la falta de respeto que en ocasiones se recibe de gente del propio mundo de la música. Siempre me gusta aclarar que la mayoría de la gente no se comporta de esta manera, pero son situaciones que se dan con bastante más frecuencia de lo que deberían.
Quien se haya acercado un poco al mundo de la foto de conciertos se habrá dado cuenta rápido de que no es un sector rentable en absoluto. No es un tipo de fotografía que se haga por dinero, sino por pasión. No creo que en España sea posible ganarse la vida haciendo sólo foto de conciertos, sino que hay que compatibilizarlo con otras cosas.
En mi caso ha llegado un punto en que he sentido que no me merece la pena, más que nada porque en estos momentos he dejado de disfrutarlo. Y mi motivación principal para hacer foto de conciertos era ésa, era el tipo de fotografía que más he disfrutado haciendo. Así que he preferido parar y tomar un poco de aire, para que esta pasión no termine de irse al garete. Quizá pueda volver a recuperarla dentro una temporada. Ahora mismo no lo sé.
El detonante final ha sido, como explicaba en el post, una serie de casos muy seguidos en pocos meses que han acabado por afectarme. Desde el tan común robo de fotografías hasta las interminables peticiones de fotos gratis, pasando por recibir llamadas con insultos y amenazas de parte de gente que ha usado mi trabajo con fines comerciales sin mi consentimiento y se niega a pagar por él. Y al final, como decía, ha sido algo acumulativo que en estos momentos me ha hecho perder la ilusión y la adrenalina que sentía antes cuando hacía fotos en un concierto.
Dices que no merece la pena hacer fotos de conciertos hoy día… Luego la pregunta es obligada ¿crees que se puede vivir de la fotografía hoy día en España?
Es extremadamente difícil. No es imposible pero sí extremadamente difícil. Aunque la situación de la fotografía es bastante complicada (al igual que la de cualquier otra actividad creativa y de la cultura en general en España) también vivimos un momento en el que tenemos a nuestro alcance los medios necesarios para poder desarrollar nuestra creatividad.
A la vez eso puede ser contraproducente puesto que el mercado está sobresaturado. Y ya no basta con hacer buenas fotos, hay que saber de redes sociales, marketing, posicionamiento, etc. Es una profesión tremendamente exigente. Pero realmente creo que con trabajo de calidad y grandes dosis de dedicación y perseverancia es posible encontrar un camino en la fotografía.
¿De quién crees que es la culpa de esta infravaloración del trabajo del fotógrafo? ¿De los propios profesionales? ¿De la masificación de la foto que vivimos en los últimos años?
Creo que es una mezcla de todo. En primer lugar, es imprescindible entonar el mea culpa. En concreto en el sector de la música hay una grandísima parte de responsabilidad que recae en nosotros mismos. Hay muchos fotógrafos de conciertos que hacen esto por puro hobby. Y me parece totalmente legítimo. Yo misma empecé así. Creo que todos hemos empezado en la fotografía por afición y luego hay quien ha decidido mantenerla ahí y quien ha decidido convertirla en profesión. Hasta aquí creo que es totalmente normal.
El problema llega cuando algunos de esos fotógrafos acceden a regalar las fotos, puesto que su sustento no depende de esta actividad. Y hay quien se ha malacostumbrado a esto. Es decir, si ayer había diez fotógrafos en el foso y siete están dispuestos a cederme las fotos gratis ¿para qué voy a pagar? Y obviamente no creo que sea un problema exclusivo del sector de la música, sino que se dará en todos los ámbitos.
Por otra parte, en España hay una grandísima falta de cultura visual. La fotografía no se respeta, y esto creo que se debe decir de una manera tajante. No creo que sea tanto un problema de saturación, sino de falta de cultura visual. Muchas veces parece que no se sabe valorar un buen trabajo, y eso acaba por restarle valor a lo que hacemos. Es bastante complejo y la verdad creo que es un problema de difícil solución.
¿Crees necesario especializarte en un tipo de fotografía muy concreto, como podía ser la foto de conciertos, para lograr vivir de la fotografía?
Para ser sincera, éste es un tema que ahora mismo vivo con bastante contradicción. Por un lado, creo que está claro que no se puede tocar todo y hacerlo todo bien. Así que sí creo que es positivo centrarte en un tipo de fotografía. Aunque no siempre es posible dedicarte solamente a lo que más te gusta o te apasiona, como ocurre con los conciertos, y es necesario hacer otras cosas para salir adelante. También es una manera de ir tocando otros palos e ir viendo qué es lo que más te gusta y encontrar tu camino.
Al mismo tiempo, pienso que al final lo realmente importante es encontrar un estilo. No sólo en lo estético, sino en la manera de trabajar. Una manera de hacer las cosas, una manera de vivir y estar en la fotografía. Y creo que eso es más importante que especializarte en un solo tipo de fotografía.
Hemos visto que has tenido muchos comentarios al respecto en tu web ¿Te has sentido apoyada por el mundo de la fotografía? ¿Has tenido alguna reacción por parte del mundo de la música?
Ha habido muchísimas reacciones, la inmensa mayoría positivas, especialmente de fotógrafos, pero también de músicos. Músicos que entienden que estamos en el mismo carro y que nos enfrentamos a problemas comunes, como pueden ser el tema de los derechos de autor e Internet o el dichoso IVA cultural. Para mí es muy evidente que si trabajamos juntos y nos apoyamos unos a otros nos podemos beneficiar todos.
La mayoría de reacciones han sido de parte de fotógrafos, tanto de España como de América Latina. Me he sentido muy arropada por los compañeros de profesión y he recibido mucho apoyo, la verdad. Ha sido una pasada. Pero lo que más me ha llamado la atención es que todo el mundo dice: “a mí también me pasa”. Es decir, que estamos todos igual.
De quien no he recibido apoyo es de alguna gente del mundo de la música de Málaga. Gente que conoce a ambas partes del último conflicto que he tenido (el que comentaba antes que han llegado a llamarme por teléfono amenazándome) y que de repente ha desaparecido. Y que, casualmente, son la misma gente que no quiere pagarle nunca al fotógrafo y pide una y otra vez que les cedas fotos gratis.
¿Crees que la situación que viviste es algo extensible a los profesionales de la foto de conciertos o a los fotógrafos profesionales en general?
En la fotografía de conciertos es una situación absolutamente cotidiana. Creo que todos los fotógrafos de conciertos hemos pasado por situaciones así. Supongo que precisamente por eso el post se hizo viral. Mucha gente ha podido verse identificada en lo que contaba en el artículo y seguramente por eso ha habido tantas reacciones.
También creo que hay cierto miedo a hablar públicamente de estas cosas. Es decir, entre nosotros sabemos que esto pasa día sí y día también, pero no se habla mucho en voz alta. Supongo que por miedo a que no te vuelvan a llamar o no te vayan a acreditar. Y de hecho así es. Después de publicar el artículo ya sé que hay gente en Málaga que no volvería a acreditarme. Esto ya lo suponía antes de publicar el artículo (y la verdad es que me lo pensé dos veces), pero al final decidí que era más importante contar lo que pasaba que seguir tragando. Lo que no se habla no existe. Y para que las cosas empiecen a cambiar hay que empezar a hablar de ellas y ponerlas sobre la mesa.
Estoy convencida de que este tipo de situaciones les ocurren a todos los fotógrafos. Todos los que publicamos algo en algún medio online o redes sociales habremos sufrido este tipo de situaciones. Es el “todo gratis”. Como está en Internet, pues lo cojo. Tiene mucho que ver con lo que decía antes sobre la falta de cultura visual. Internet es un arma de doble filo. Es una herramienta básica hoy en día para dar a conocer nuestro trabajo, pero a la vez, el hecho de tenerlo todo a nuestro alcance y, potencialmente gratis, ha hecho que se deje de valorar todo lo que hay detrás de ese trabajo, todo su valor, también el económico.
Y eso mismo ocurre a la hora de pedir fotos gratis. Esa falta de cultura visual lleva a no valorar el trabajo del fotógrafo y, por lo tanto, a no querer pagarlo. Estoy segura de que es algo que nos pasa a todos los fotógrafos pero, teniendo en cuenta que compartimos muchos de estos problemas con los músicos (por ejemplo, las descargas ilegales o los problemas para cobrar decentemente por un bolo), me cabrean especialmente casos como los que me han ocurrido últimamente.
Cuentas que la fotografía te ayudó a salir de una depresión y a afrontar unos episodios de agorafobia ¿Cómo se te ocurrió comprarte una cámara? ¿Lo recomendarías a la gente que sufra algo similar?
En aquel momento buscaba cualquier excusa para que salir a la calle se me hiciera más soportable. Así que se me ocurrió que salir a hacer fotos podría ser una motivación. El planteamiento era así de básico. Y empecé a hacer foto de calle. Al principio la cámara era como una especie de bastón que me ayudaba a salir, y poco a poco se convirtió en una razón para salir. Me ayudó muchísimo a volver a normalizar mi vida.
Recomendaría, más que la fotografía en concreto, cualquier actividad creativa. En mi caso fue la fotografía, que se dio de una forma muy natural, pero creo que cualquier actividad creativa puede ser muy terapéutica. En muchos casos creo que puede ser una manera de soltar, de desahogarse y de expresar cosas que a veces no somos capaces de expresar de otra forma. Y lo recomendaría no sólo en este tipo de situaciones, sino en general. Creo que hacer algo creativo, aunque sea como hobby, es muy sano, nos ayuda a mantenernos equilibrados.
También cuentas que tu renuncia a la foto de conciertos no implica que dejes la profesión, sólo que te dediques a otro tipo de fotos. Cuéntanos cuál es tu idea y tus próximos proyectos.
La verdad es que estoy en un momento en que me siento muy creativa. Acabo de montar mi propio estudio y esto abre la puerta a muchos proyectos. Hace año y medio empecé a hacer fotografía de mascotas. Me gustan muchísimo los animales y últimamente he estado centrada en esto también, y poco a poco va saliendo adelante. Y guardando relación con la música, hay algunos proyectos de foto promocional de bandas para estos próximos meses.
A nivel de proyectos personales, tengo muchas ganas de retomar con más intensidad la foto de calle, y poder volver a disfrutar de este tipo de fotografía. Y también en los últimos tiempos he empezado a acercarme al vídeo y poco a poco ambos mundos se van fusionando. Al final para mí la fotografía es una manera de contar historias y el vídeo es otra manera de narrar con la que se puede complementar. Y en este sentido estoy trabajando en un par de proyectos personales que combinan foto y vídeo.
¿Fuiste en búsqueda de los conciertos o fueron ellos los que te encontraron? En otras palabras ¿por qué te especializaste en principio en fotografía de conciertos?
Fue un proceso bastante natural. Cuando era adolescente toqué la batería en varios grupos aquí en Málaga. Fue todo a nivel amateur. Nos juntábamos a ensayar los fines de semana y de vez en cuando tocábamos en algún bar. La música siempre ha formado parte de mi vida de una manera muy intensa, así que para mí fue muy natural hacer fotos de música en directo. Cuando la fotografía empezó a ser algo más serio en mi vida, me acerqué a fotografiar música en directo. Fue algo que se dio casi por sí solo.
¿Qué equipo sueles utilizar? ¿Qué es lo que llevas en tu mochila?
Pues depende de lo que vaya a hacer. Para conciertos, en los últimos tiempos he estado utilizando dos cuerpos, una Nikon D750 y una D800, con un 24-70 y un 70-200 mm. Dependiendo del tamaño de la sala usaba uno o los dos cuerpos, pero el combo D750 con el 24-70 mm ha sido mi herramienta de trabajo principal. También desde el verano pasado he estado llevando un ojo de pez, un Sigma súper antiguo que conseguí de segunda mano, que ni siquiera se comunica con la cámara pero que es muy divertido de usar y que me ha dado mucho juego.
Para trabajar en estudio, principalmente lo hago también con la D750 y el 24-70 mm, es mi combinación favorita. Y para la fotografía de calle he estado usando la Fujifilm X-Pro1, bien con el 35 o el 27 mm de Fuji. Pero últimamente he probado algunas cosas de Sony y es bastante probable que vaya a dar el salto. Y bueno, también está el móvil, ahora mismo un Samsung Galaxy S6. Se trata de llevar siempre alguna cámara encima 🙂
Cambiando de tercio completamente ¿Qué opinas sobre la creación de un Festival, el Baffest, exclusivamente para mujeres? ¿Ves necesaria esta discriminación positiva para las fotógrafas?
Todo este tipo de iniciativas me parecen no sólo positivas, sino necesarias. Es evidente que no hay una presencia igualitaria de la mujer en la fotografía, así como en otros ámbitos de la cultura. Últimamente se está empezando a hablar de esto en el mundo del cine. Y la poca presencia femenina en el mundo de la música es incluso más brutal si cabe.
La igualdad no se va a conseguir por sí sola, por inercia. Así que todos estos espacios que den cabida a la mujer y a una óptica femenina en mundos que tradicionalmente se han visto desde los ojos del hombre, me parecen extraordinariamente necesarios.
Y con esto nos despedimos de Carmina, por supuesto no sin agradecerle la atención, solidarizarnos con ella y, cómo no, desearle mucha suerte en su andadura profesional.
Carmina Rodríguez | Página web | Instagram
Fotografías de Carmina Rodríguez reproducidas con permiso de la autora para este artículo.
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La noticia
“La fotografía de conciertos no es algo que se haga por dinero, sino por pasión”, Carmina Rodríguez, fotógrafa de conciertos
fue publicada originalmente en
Xataka Foto
por
Óscar Condés
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