Durante el siglo XX, los centros comerciales – especialmente los mastodónticos a las afueras de las ciudades – se fueron asentando como unos de los grandes reyes del comercio y se fueron integrando en los hábitos de consumo de los ciudadanos. Durante lo que llevamos del siglo XXI, sin embargo, los centros comerciales han ido perdiendo su tirón y en lo que se han asentado es más bien en la duda de si su momento habrá llegado y si son simplemente el ejemplo más claro y más destacado de la crisis del retail.
La crisis de los centros comerciales empezó hace a hacerse visible hace no mucho en Estados Unidos. Las grandes cadenas que eran el motor de estos grandes macrocomplejos estaban empezando a abandonarlos y el tráfico de consumidores que acudían a estos establecimientos estaba cayendo. De hecho, el 45% de los centros comerciales habían perdido clientes, incluso en la campaña de Navidad (datos de 2017), y por aquellas fechas se estimaba que iban a cerrar unas 3.500 tiendas en este tipo de complejos.
La cifra de cierre de tiendas lleva ya unos años superando en Estados Unidos a la de apertura de nuevos establecimientos, aunque en los últimos trimestres la separación entre ambas se ha vuelto abrupta. Como explicaban en Bloomberg, la crisis del retail en EEUU (que ya se conoce como ‘apocalipsis retail’) tiene causas profundas y variadas, que van mucho más allá del impacto de Amazon y de cómo los veinteañeros están cambiando sus hábitos de consumo.
La deuda que han acumulado las cadenas (véase el caso de Toy’s’r’us) ha hecho que su posición sea débil ya de entrada, a lo que se suma que las afueras están demasiado llenas de tiendas o que los cambios sociales (con la crisis de las clases medias) lastra sus resultados.
Pero la crisis no se ha contenido en Estados Unidos y, como era de esperar, ha llegado a Europa. Puede que desde España, donde siguen abriendo nuevos centros comerciales, las cosas parezcan más lejanas, pero la verdad es que la crisis del centro comercial y del retail está cruzando el Atlántico y acabará afectando a las tiendas españolas. De hecho, aquellas cadenas más expuestas al mercado internacional están empezando a ajustar lo que hacen para posicionarse frente a ello. Inditex, por ejemplo, está potenciando su oferta online, mientras está cerrando tiendas físicas.
El caso británico
Esa no es la única pista que apunta hacia un cambio. Los números que llegan desde Reino Unido, el mercado que suele ser la avanzadilla en Europa, muestran también la tendencia. En general, las tiendas británicas han perdido el 1,6% del tráfico y han visto como los consumidores mostraban menos interés por consumir, en parte por el ajuste en los sueldos. Los centros comerciales han perdido en tráfico durante el día un 3,1%.
En los primeros ocho meses del año, cerraron más de 1.000 tiendas de moda en Reino Unido y las cadenas han empezado a hacer ajustes. Y la crisis no solo se ve, como recuerdan en eldiario.es, en Reino Unido. Cadenas como H&M o Carrefour y hasta El Corte Inglés han empezado a mostrar síntomas de agotamiento.
España no quedará al margen
Como explica un analista a ese diario, «el apocalipsis que ha devastado Estados Unidos y está cambiando el panorama del retail allí está empezando a mostrar sus efectos en las economías europeas». Otro experto añade que en Europa se producirá un cambio a dos velocidades (no necesariamente irá tan rápido como en EEUU), pero sí ve claro que España no permanecerá ajena a la situación.
Al fin y al cabo, las razones clave que se dan para explicar por qué están en crisis los centros comerciales en Estados Unidos (los centros se han quedado anticuados, el empuje del comercio electrónico y el exceso de oferta que protagonizan), se pueden ver y encontrar también en los centros comerciales europeos.