Las grandes empresas anhelan tener comunicación interna profesionalizada y las pequeñas y medianas, sin embargo, piensan que aún no la necesitan demasiado. Este sería el tópico de lo que pasa en España sobre la implantación de estrategias empresariales, centradas en la Comunicación Interna. Porque vamos a ser más productivos si estamos felices, porque el valor de la imagen corporativa crece gracias a sus embajadores de marca, porque nos dan premios y obtenemos el reconocimiento de nuestro sector, de los medios o del ecosistema empresarial… la comunicación interna ha llegado para quedarse.
Si aplicamos la lógica, casi aplastante (la mejor herramienta para solucionar problemas), y pensamos en las horas que pasamos en nuestro trabajo, la dedicación que nuestra mente ocupa en él y las conversaciones que mantenemos dentro y fuera del ámbito laboral, nos damos cuenta de que más de un 80% de nuestra vida la invertimos en ser y estar en el trabajo. Partiendo de esta reflexión, sería incuestionable no plantearnos la existencia de un área de Comunicación Interna en cualquier empresa del mundo. Pasamos más de media vida en nuestro lugar de trabajo, con personas que saben más de nosotros que algunos de nuestros amigos, casi como una familia.
Así, veo en la Comunicación Interna un paralelismo claro con el modelo familiar, en donde los valores corporativos se equiparan a los educativos. Igual que en la familia compartimos opiniones, experiencias y aprendizaje alrededor de una mesa a la hora de cenar, en la empresa la Comunicación permite a los equipos intercambiar ideas en las sesiones de brainstorming, dailys y espacios digitales interactivos. La primera transmite valores propios de cada familia y la segunda los propios de cada empresa. En ambos casos todos los miembros absorben una filosofía que luego acogen o rechazan como algo propio. Y en ambas estructuras, la comunicación permite compartir la manera de ver la vida y mejora la convivencia y la colaboración.
En el momento actual, las empresas tienen que ser conscientes de que los viejos modelos de management y la gestión de personas han cambiado de la misma forma en la que los modelos de familia tradicionales y las formas de enseñanza han evolucionado. Ya no se gestionan recursos, ni personas, ahora gestionamos talentos. La Comunicación Interna de una empresa, sea cual sea la táctica utilizada en la práctica, va a ser la filosofía de la que se empapará toda la organización.
El Employer Branding a pesar de que es un concepto que surge en Estados Unidos en los años 60 y se populariza en los 80 en España, hasta hace poco sólo preocupaba a las empresas más grandes. La imagen que tengan los equipos de su empresa es la imagen que los posibles candidatos van a tener sobre ella. Desde una visión más general en el ámbito empresarial y en particular, desde las áreas de Comunicación, surge un reto apasionante gracias a la irrupción de las nuevas tecnologías que nos invitan a comunicar más y mejor en menos tiempo, otorgándonos así el poder de llegar más lejos y con mayor agilidad. Estas circunstancias han abierto a los profesionales de la comunicación un mundo repleto de canales de información en los que distribuir sus mensajes estratégicos calando en el corazón del empleado, para atraerle finalmente a casa.