Una pelea de ensueño. Eso representó el enfrentamiento entre el mayor icono de la lucha libre durante la década de los ochentas, Hulk Hogan, y un luchador que ya era considerado un icono de los nuevos tiempos, The Rock. Un cara a cara que se gestó ante la introducción de la New World Order, el grupo más famoso de la fenecida WCW, en las historias de la WWE. Un choque se dio hace 15 años, en el marco de Wrestlemania 18 disputado en Toronto.
Todo se gestó a partir del retorno de Hulk Hogan en No Way Out 2002, un evento que llevo consigo a la base de la NWO – que además incluyó a Kevin Nash y Scott Hall – de regreso a su casa. Hogan dejó la WWE en 1993, transformándose en un hombre clave de la empresa rival de Vince McMahon, por lo que sus primeras palabras en RAW inevitablemente lo llevaron a chocar con una de las grandes caras de la empresa que sepultó a la WCW.
The Rock fue presentado como el gestor del combate, solicitándole a Hogan disputar una lucha más en Wrestlemania. Y una vez que el dueño del leg drop más devastador aceptó, afirmando que el campeón del pueblo necesitaría suerte, The Rock respondió como solo saberlo: con un Rock Bottom. A partir de ahí, Hogan y la NWO contraatacó con un ataque que hizo todo más personal.
Justo antes de Wrestlemania, el trío de la NWO derrotó a The Rock y a Stone Cold, dejando en claro que la Invasión que había terminado con la victoria de Vince, no había sido la verdadera batalla. Ahora estaban de regreso aquellos que habían dominado a la WWE y querían mandar nuevamente.
Icono contra Icono
Hogan estuvo en el evento principal de ocho de los nueve primeros Wrestlemania. The Rock estuvo en el main event del gran evento durante los tres años previos a Wrestlemania 18. Ambos representaban en ese punto a la historia misma de la WWE, tanto la antigua como la era Attitude, por lo que el choque entre ambos era inevitable.
Aunque Hogan nunca se caracterizó por tener buenos combates, sí sabía vender una lucha. Lo mismo sucedió con The Rock, pero probablemente nadie esperaba que fuese el villano Hulk Hogan el que fuese ovacionado, en gran parte por el respeto y el cariño de tenerlo de regreso, mientras que el carismático campeón del pueblo fue abucheado. El ambiente de la pelea es la que la transformó en una de las luchas más recordadas al día de hoy.
La pelea se desarrolló durante poco más de 16 minutos, en donde el público presente se transformó en absoluto protagonista, reaccionando a cada acción que se llevaba a cabo durante el cuadrilátero. Un back suplex de Hogan se celebró como si fuese la movida más increible de la historia, mientras que The Rock respondió con todo su arsenal. Spinebuster y Sharpshooter incluido, con un Hogan rindiéndose sin que lo viese el árbitro.
Los gritos de “Rocky Sucks” para crear un ambiente fenomenal, el Rock Bottom que aplicó Hogan, la emoción de ver a un The Rock golpeando a su rival a correazo limpio, el momento en que Hulk Hogan comienza a ganar fuerza y aplicar su clásica secuencia de movimiento que termina con el leg drop. Todo funcionó a la perfección en una lucha que no fue la más técnica, pero sí tuvo los ingredientes necesarios para convertirla en un gran combate. Dos Rock Bottom y un Codazo del Pueblo, que logró la ovación final del público que se había volcado hacia su rival, terminaron dándole la victoria al luchador que lo merecía.
El fin de la NWO
La NWO no duró mucho tiempo más en el foco de la WWE. Este mismo combate sirvió para poner fin a la participación de Hogan, volviéndolo en favorito del público tras seis años de villanía con la agrupación.
Después de la pelea, Hogan extendió su mano a The Rock, dando pie al apretón de respeto necesario. Con Nash y Hall atacando a su aliado, no quedo otra más que Hogan y The Rock trabajaran en conjunto en contra de los “Outsiders”, dando espacio para un reconocimiento final para que el público aplaudiese al viejo estandarte.
A partir de ahí la WWE intentó mantener con vida a la NWO, pero Scott Hall rápidamente fue despedido y la inclusión de luchadores como X-Pac, The Big Show y Shawn Michaels no aportó en nada para mejorar las historias relacionadas con el equipo. Por otro lado, la reacción de la fanaticada hacia Hogan posibilitó que solo un mes después el “Real American”, de regreso a su clásica vestimenta amarilla, se convirtiese en campeón máximo de la WWE al derrotar a Triple H.
El resto es historia, pero el combate de Wrestlemania 18 fue la noche en que dos iconos de la WWE se enfrentaron en una verdadera lucha de ensueño y cumplieron su cometido. Es lo que se puede pedir en este tipo de combates.
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