Son tiempos convulsos en el mercado del móvil, donde lo muy nuevo puede recuperar lo ya pasado y nuevos titanes escalan vertiginosamente en los top 5, mientras otros de toda la vida van cambiando la estrategia sin darse por vencidos. Es el caso de HTC, que ahora ha aprovechado la IFA 2018 para dar a conocer su última propuesta para la gama media, y nosotros para ir a conocerlo y contaros nuestras primeras impresiones del HTC U12 Life.
Al igual que el año pasado con aquel HTC U11 que renovaba la serie de buques insignia que hasta ahora venían con la letra «M», llega un terminal con características más encuadradas en la gama media con un aspecto algo distinto. Pero eso sí, no recoge el testigo del HTC U11 Life con Android One, viendo en el U12 Life Android «entero» bajo Sense, la capa propia de HTC. Os contamos qué nos pareció.
6 pulgadas y mucho reflejo
El diseño del HTC U12 Life se renueva con respecto a los anteriores terminales de la marca (las últimas generaciones) en lo respectivo a la trasera, tanto a nivel de la serie U como de la Desire. El saliente de las cámaras traseras pasa a un lateral al estilo del iPhone X y otros tantos, bastante distinto a ese estilo LG G6 que vimos en el HTC U12+.
Una protuberancia que encaja en una trasera totalmente charol, gracias al acabado que la lámina de cristal tiene (según la empresa, compuesto de cristal acrílico y un poco de metal). Aunque lo que llama la atención es sobre todo el doble acabado de esta parte, por una parte lisa (más o menos el tercio superior) y por otra con unas finas líneas a modo de estrías que favorecen el agarre al evitar el deslizamiento que suelen tener el metal, cristal o plástico con ciertos acabados.
Está disponible en dos colores, rosado y azul, pero este acabado hace que al final sea muy variable por el reflejo de la luz, adquiriendo bastantes matices. Las estrías están también ideadas para que las huellas no se queden con tanta facilidad, pero al final son inevitables y tampoco se libra de ellas el U12 Life.
El color y los acabados gustarán más o menos según gustos, cada uno ahí con su criterio, pero sí es cierto que no transmite sensación de robustez o alta resistencia. De hecho, parece más bien un plástico ligero, lo cual también podrá gustar o no según el usuario, aunque habrá que ver qué tal la resistencia de esta particular combinación.
En mano es bastante cómodo, no es pesado y tampoco se hace muy grande (y lo es). De hecho, es algo más ligero y delgado que el HTC U12+, aunque más voluminoso y con un porcentaje de aprovechamiento del frontal por parte de la pantalla que no supera el 80% (quizás pudiendo reducir el marco inferior, sobre todo, dado que no alberga el lector de huellas, el logo u otro elemento).
En cuanto a la pantalla, HTC sigue apostando por su super LCD, aunque viene de fábrica con bastante saturación. Correcta en cuanto a sensibilidad táctil y resolución, con un FullHD+ que resulta suficiente en cuanto al nivel de detalle que queda, y bien a nivel de ángulos de visión sin que se aprecie ningún inconveniente en la visualización.
Pudimos probar la pantalla (y el móvil) en exteriores, pero no en una situación exigente de brillo (era pronto y además estaba nublado), así que no pudimos comprobar si el brillo máximo es suficiente. Pero al menos sí que el brillo automático reacciona bien a los cambios y se adapta a un nivel correcto al cambiar de situación.
Modo retrato y Sense por bandera
Además de una estética que mantiene el acabado reflectante pero es algo distinta a lo previo, hay un par de cambios más que rompen con las tendencias de la marca. Aunque en realidad se trata de volver atrás en el tiempo en estos dos aspectos: habemus minijack de audio y habemus HTC Sense como software conductor de Android stock.
El audio no lo pudimos probar convenientemente, para eso habrá que esperar a un análisis en profundidad (aunque al menos a nivel de volumen con YouTube parecía estar bien), pero sí pudimos navegar algo por el software. El teléfono integra un Snapdragon 636 con 4 GB de RAM, combinación que a priori da para mover sistema y apps sin que haya problema o queden cortos.
Pudimos probar alguna app multimedia pero no las más exigentes, como videojuegos. En todo caso el software se movía bien, tanto las transiciones del sistema como aperturas, cierres de apps o la multitarea (tanto en ventana única como en doble ventana).
Necesitaríamos más tiempo con el terminal para hablar en detalle de la capa, pero podemos comentar que en cuanto a los menús la estética no está muy modificada con respecto a la base de Android. Hay algunos ajustes más, por ejemplo para regular la temperatura de la pantalla, y los iconos sí forman parte de un pack añadido, pero no parece haber añadidos importantes o distintivos como los extra de sonido o los de Edge (nada de bordes estrujables por aquí) y sí una dosis de apps de terceros y propias preinstaladas.
En cuanto a las cámaras, las condiciones daban para probar algo más que la fotografía de iluminación intrincada de la habitual zona de demo, aunque obviamente no podemos hacer un análisis completo. Las macro salían bastante bien en interiores, donde el ruido no aparecía en exceso y tampoco había una pérdida de detalle exagerada en zonas más oscuras.
El modo retrato se defendía bien en exteriores, algo menos en interiores con luz media. No hay modo retrato en la cámara frontal, aunque ésta daba un resultado aceptable teniendo en cuenta la cantidad de luz (mejor en exteriores). El HDR parece algo agresivo y con tendencia a subexponer, aunque habrá que ver qué tal se porta a la hora de salvar cielos quemados al fondo.
Naciendo ya con una difícil tarea
HTC sigue optando por reforzar su apuesta por la gama media con un miembro de la línea U. En este caso, se trata de un U12 sin plus, lo que se traduce en menos RAM, menos resolución, un procesador inferior, nada de bordes estrujables y probablemente inferior rendimiento fotográfico, aunque incorpora una batería mayor y mantiene el ratio 18:9 para la pantalla.
Mantiene el USB tipo-C y añade el minijack de audio, una decisión que según ellos tomaron por el feedback de los usuarios. Veremos cómo los compradores potenciales acogen la nueva propuesta de los taiwaneses, con Sense al mando y por 349 euros, un precio que no logra diferenciarse de otros rivales y menos tras el azote POCOPHONE F1.
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HTC U12 Life, primeras impresiones: HTC dice adiós a Android One con Sense, minijack y una peculiar trasera «multicolor»
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Anna Martí
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