Comparación entre las tecnologías de hidrógeno y baterías eléctricas, considerando aspectos como costos, eficiencia y compatibilidad ambiental.
En el ámbito de la movilidad sostenible, la competencia entre vehículos eléctricos (EVs por sus siglas en inglés) y vehículos de celda de combustible de hidrógeno (FCEVs por sus siglas en inglés) se centra en factores como la eficiencia energética, el impacto ambiental y la infraestructura.
A continuación y basado en datos recientes más estudios del sector, una comparación entre EVs y FCEVs:
Eficiencia Energética
Los vehículos eléctricos con batería tienen una clara ventaja en términos de eficiencia.
Los EVs son capaces de convertir aproximadamente el 80% de la energía almacenada en la batería en movimiento, mientras que los vehículos de hidrógeno tienen una eficiencia de tan solo el 38% debido a las múltiples etapas involucradas en la producción, almacenamiento y conversión del hidrógeno en electricidad.
Esto significa que, para la misma cantidad de energía inicial, un EV puede utilizar más del doble de energía útil que un vehículo de hidrógeno.
Impacto Ambiental
Ambos tipos de vehículos tienen el potencial de reducir las emisiones de carbono en comparación con los vehículos de combustión interna, pero esto depende en gran medida de la fuente de la energía utilizada.
Los EVs pueden considerarse más ecológicos si se cargan con electricidad de fuentes renovables. Sin embargo, su huella de carbono aumenta si la electricidad proviene de centrales a carbón o gas natural.
Por otro lado, la producción de hidrógeno es un desafío ambiental significativo. Aproximadamente el 95% del hidrógeno en el mercado se produce a partir de gas natural mediante un proceso llamado reformado de metano con vapor, que genera CO₂ como subproducto.
El uso de hidrógeno “verde”, producido a través de electrólisis con energía renovable, es una alternativa más limpia, pero aún no es rentable a gran escala.
Costos y Producción
El costo de producción de hidrógeno es actualmente más alto que el de las baterías de litio, lo que se traduce en un mayor precio de los vehículos de hidrógeno y un costo por kilómetro superior.
A pesar de que el precio de las baterías ha disminuido considerablemente en la última década, la producción de baterías sigue dependiendo de la minería intensiva de materiales como el litio, el cobalto y el níquel, que tiene sus propios desafíos ambientales y sociales.
El hidrógeno, por otro lado, podría beneficiarse de las economías de escala en el futuro, especialmente si se invierte en infraestructuras de producción y distribución más sostenibles.
No obstante, los costos de desarrollar una infraestructura de hidrógeno desde cero, como la construcción de estaciones de reabastecimiento y redes de distribución, son significativamente más altos que expandir la infraestructura de carga eléctrica ya existente.
Infraestructura y Accesibilidad
La infraestructura para vehículos eléctricos está creciendo rápidamente en comparación con la de hidrógeno. Hay una red consolidada de estaciones de carga para EVs en países de Europa y también en EE. UU. y China, además se espera que siga expandiéndose a medida que los fabricantes y gobiernos inviertan en cargadores más rápidos y eficientes.
En contraste, la infraestructura de reabastecimiento de hidrógeno es limitada, con la mayoría de las estaciones ubicadas en regiones específicas como California y algunos países de Asia y Europa.
Aunque el repostaje de hidrógeno es mucho más rápido que la recarga de una batería eléctrica, la falta de estaciones de servicio sigue siendo un obstáculo importante para la adopción masiva de los FCEVs.
Aplicaciones Futuras y Potenciales
Los EVs son más adecuados para vehículos de uso personal y aplicaciones de corta a mediana distancia, mientras que los FCEVs podrían tener un futuro más prometedor en el transporte pesado, como camiones y autobuses de larga distancia, donde la capacidad de recargar rápidamente y recorrer largas distancias con una sola carga de combustible es crítica.
En este sentido, el hidrógeno podría complementar a los EVs en lugar de competir directamente con ellos.
¿Cuál es el Futuro?
En la actualidad, los vehículos eléctricos con batería tienen una ventaja significativa gracias a su mayor eficiencia energética, menor costo operativo y una infraestructura de carga en rápida expansión.
Sin embargo, el hidrógeno tiene un nicho importante en aplicaciones específicas y podría volverse más competitivo a medida que la tecnología y la infraestructura maduren.
Es probable que el futuro de la movilidad sostenible no sea una cuestión de “uno u otro”, sino de un enfoque combinado que utilice cada tecnología en los contextos donde tenga más sentido.
Fuentes | Earth.Org – Innovation News Network – MIT Climate Portal
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