El archipiélago de las Baleares es uno de los destinos predilectos para quien huye del calor en verano. Sus playas, calas y acantilados proporcionan cobijo de las temperaturas a quienes cada año arriban a sus costas. Sin embargo, existen otras formas, incluso más deliciosas si cabe, para combatir el calor. Una de ellas viene a muy bajas temperaturas y en forma de helado, y sobre ello saben muy bien en las islas, donde la receta para su elaboración tradicional ha sido transmitida generación tras generación.
Aunque este es el denominador común para todas las heladerías de Baleares, cada local ha sabido mantener a lo largo del tiempo su esencia e identidad propia, a la vez que el secreto de sus sabores estrella. Así, Mallorca, Menorca, Ibiza y Formentera han visto nacer a algunos de los heladeros más prestigiosos de todos los tiempos, que en ocasiones abandonaron los límites de las islas para llevar sus productos a otros lugares de la península, y lo hicieron para quedarse en ellos.
Hoy, los sabores de toda la vida conviven con elaboraciones a base de los productos propios del archipiélago balear, como el trampó, las naranjas de Sóller, las almendras, los higos o el queso de Mahón. Si no te has derretido de calor, seguro que lo harás de ganas por probar alguna de estas especialidades.