Netflix tiene que hacer frente a la posibilidad cada vez más real de que las majors de Hollywood opten por dejar de venderles los derechos de sus películas para crear su propio servicio de streaming. Disney ya ha anunciado que piensa a hacerlo en 2019 y cuestión de tiempo que compañías como Warner, Fox, Paramount o Universal empiecen a sopesar esa posibilidad seriamente si es que no lo están haciendo ya.
A Netflix no le queda otra que potenciar su catálogo de películas propias si no quiere quedarse atrás. Lo cierto es que ya ha estrenado multitud de largometrajes exclusivos desde que lanzara ‘Beasts of No Nation’ en octubre de 2015, pero aún no ha terminado de asentarse. Una de sus últimas propuestas ha sido ‘Hasta los huesos’ (‘To the Bone’), uno de los títulos más comentados del último Festival de Sundance y que se queda en tierra de nadie en su aproximación a la anorexia pese al notable trabajo de Lily Collins.
Una apuesta que evita la sensiblería barata
La anorexia no es una enfermedad por la que el cine de Hollywood se haya interesado tanto y eso que es un tema que nunca desaparece. El problema quizá sea que había que abordarlo de una forma muy precisa para no caer en un retrato vacío y lacrimógeno que hiciera más mal que bien. Ahí es donde el hecho de haberlo experimentado puede ayudar a dar con el tono adecuado y eso es lo que creía haber conseguido Marti Noxon, guionista y directora de ‘Hasta los huesos’.
Ella misma sufrió esa enfermedad cuando era una adolescente y en todo momento se nota el mimo con el que ha querido mostrarnos sus efectos, contando además con una aliada especialmente implicada, ya que Lily Collins, su protagonista, también padeció anorexia. ‘Hasta los huesos’ tenía el caldo de cultivo idóneo para darnos un drama de primera categoría, pero a la hora de la verdad acaba quedándose a medias, incapaz de abrazar lo que podría haberla convertido en una película única.
Lo primero que llama la atención es el enfoque elegido por Noxon, en el que casi prima más un retrato de los problemas de la adolescencia que los efectos de la propia enfermedad. Soy consciente de que la anorexia influye en todo momento la toma de decisiones y la actitud de los personajes, pero ‘Hasta los huesos’ duda sobre hasta qué punto quiere profundizar y por ahí acaba en un extraño punto intermedio que le impide brillar más allá de lo puramente interpretativo.
‘Hasta los huesos’ no se centra y eso acaba pasándole factura
Y es que Collins, una actriz que tampoco había demostrado estar sobrada de talento hasta ahora, se entrega en cuerpo y alma. Es cierto que está bien rodeada y que los demás personajes ayudan a ofrecer una mayor variedad para que Collins no esté condenada a incidir una y otra vez en lo mismo, pero no es tan fácil ir modulando los diferentes estadios de su sufrimiento sin caer en todos los excesos a los que se prestaba y que en ocasiones el guion de Noxon casi parece fomentar.
Ahí es donde el hecho de vincularlo todo a los problemas de la adolescencia hace que la película incurra en ciertos lugares comunes que nos hacen pensar que estamos viendo algo que ya nos han contado sin el añadido de la anorexia. ¿Quizá sea la forma de Noxon de no subrayar más de la cuenta ciertos aspectos de la enfermedad? Podría ser, pero el resultado es una descripción un tanto enclenque del gran eje temático de ‘Hasta los huesos’, intentando priorizar una ligereza más fácil de digerir por parte del espectador.
Además, el buen hacer del resto del reparto no debería hacer que obviemos que los demás personajes nunca llegar a ser realmente interesantes en sí mismos, teniendo además una preocupante tendencia al estereotipo. Ni siquiera el peculiar doctor interpretado por Keanu Reeves destaca tanto como nos gustaría, reforzando ese sentimiento de vaivén en cuestiones de tono que sí que ayuda a Collins -porque la subtrama romántica no tiene otra razón que ser que esa-, pero no a la película, que va dispersándose cada vez más.
De hecho, la escena dramática culminante no está tan lejos de resultar ridícula cuando su fuerza simbólica debería haber destacado por encima de todo. Esa indecisión previa a apostar por algo hasta las últimas consecuencias en beneficio de un retrato general más delicado tiene sus ventajas, pero en términos generales acaba restando sin llegar a destruir la película. Simplemente nos deja con ganas de que Noxon, quien opta por una aproximación similar desde la puesta en escena, hubiera echado toda la carne en el asador.
En definitiva, ‘Hasta los huesos’ es una propuesta con buenas intenciones que no aborda un tema tan delicado con fines puramente lacrimógenos y que además cuenta con una actuación muy solvente por parte de Lily Collins. El problema es que le falta determinación y acaba resultando un tanto frustrante su forma de conectar la enfermedad con otros problemas de la adolescencia y también por la escasa enjundia que tiene el resto de personajes, algo compensado en parte por el buen hacer del resto del reparto.
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‘Hasta los huesos’, una oportunidad perdida pese a una notable Lily Collins
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Espinof
por
Mikel Zorrilla
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