La empresa norteamericana actualiza las descripciones de sus sistemas y, ahora sí, aclara que desactivar el «Historial de ubicaciones» no evita que otros servicios de la compañía recolecten datos de geoposicionamiento.
Tras la polémica suscitada por el informe de Associated Press —junto a la Universidad de Princeton—, Google ha corregido las descripciones sobre el funcionamiento del «Historial de ubicaciones».
El nuevo fragmento de texto aclara que, incluso si el «historial de ubicaciones» se desactiva, la compañía norteamericana puede recolectar datos de geoposicionamiento cuando el usuario utiliza algunos de sus servicios (Google Maps, Google Search, etc.).
Para evitar la recolección de datos de geoposicionamiento, el usuario tendrá que desactivar la opción de «Actividad en la Web y Aplicaciones».
Antes de alzarse la polémica, Google aseguró, a través de un comunicado oficial, que las descripciones de sus servicios y herramientas eran claras. Varios días más tarde, sin embargo, la empresa norteamericana dió un paso atrás en su discurso y expuso lo siguiente:
«Hemos actualizado la descripción sobre el Historial de Localización para hacerlo más consistente y claro a través de nuestras plataformas»
Las tecnológicas, bajo lupa
Las grandes empresas tecnológicas están siendo objeto de supervisión y escrutinio por parte de investigadores, reguladores y medios de comunicación. La llegada de la GDPR a Europa, las investigaciones llevadas a cabo por Margrethe Vestager (Comisión Europea) y escándalos como el de Cambridge Analytica han situado a la privacidad y la seguridad en el centro de la conversación.
La llegada de la regulación ePrivacy a Europa, cuya entrada en vigor podría producirse en los próximos meses, contribuirá un poco más a la supervisión de las tecnológicas que operen con datos de sus clientes.