Facebook ha conseguido una posición muy potente en el mercado publicitario online y en el mercado de contenidos en la red. Desde que se implantó en el mercado ha logrado acumular más y más usuarios y se ha convertido en una herramienta cada vez más popular, lo que también ha despertado el interés de las marcas y de las empresas. Las compañías no quieren desperdiciar la oportunidad de conectar con unas audiencias millonarias, lo que hace que se tomen muy en serio sus perfiles de marca y su presencia en la red social. Y, si hace unos años esto les permitía llegar de forma orgánica a los consumidores, ahora las cosas han cambiado y cada vez tienen que hacerlo más y más pasando antes por caja.
Pero Facebook está empezando a tener un serio problema, uno que puede acabar afectando a la larga a su relación con las marcas y a la presencia de publicidad en sus espacios. Facebook está empezando a tener un problema de credibilidad y con ello se está arriesgando a perder primero peso entre los consumidores y peso luego entre las marcas.
Como recuerdan en eMarketer, Facebook no tuvo el mejor de los años en 2017. Durante el año tuvo que asumir escándalos por métricas erróneas y, sobre todo, la presión derivada del ‘escándalo ruso’ y la popularización de las noticias falsas. Todo ello ha hecho que Facebook se haya empezado a ver como menos fiable de lo que era y como la mina absoluta de distribución de las noticias falsas. Facebook se ha enfrentado a un calvario en imagen pública y, a resultas, ha perdido en credibilidad.
Lo que dice el estudio
De hecho, un estudio que acaban de presentar The Verge y Reticle Research, y que se ha elaborado partiendo de una muestra estadounidense, demuestra que la red social está en crisis de confianza. Los bancos y los otros gigantes tech, como Google, Amazon, Microsoft o Apple, logran superar a Facebook en términos de confianza que despierta y la red social solo logra posicionarse por delante de Twitter. Y, todavía más preocupante para la red social, su popularidad también está por detrás de estas grandes competidoras techie.
Los cambios que Facebook ha realizado en su feed de noticias (y, como bien saben los marketeros siempre pendientes de su algoritmo, han sido muchos) no han tenido tampoco un gran impacto en la relación con los usuarios. Solo un 25,2% de los encuestados es consciente de los cambios y considera que los resultados que Facebook ofrece ahora son más interesantes y más relevantes. Un 29,9% no sabe nada sobre los cambios, un 30,1% cree que le ofrecen contenidos igual de relevantes que en el pasado y un 14,8% considera que lo que le muestran es menos interesante y relevante.
A eso se suma que, en general, las redes sociales son las que se están llevando el palo en lo que a las noticias falsas se refiere. Está claro que ellas no son quienes las inventan, pero su papel en la distribución hace que muchos las consideren como el elemento que tendría que tomar decisiones, actuar y acabar con ellas.
El problema de la publicidad
Y aunque ahora mismo el problema está en la relación entre Facebook y sus usuarios, la cuestión podría ampliarse en un futuro próximo a la relación entre Facebook y sus anunciantes.
Al fin y al cabo, lo que Facebook ha señalado como elemento tradicional para asentar su valor en el mercado de la publicidad ha sido su papel en las decisiones y como espacio de conversación. Los consumidores están ahí porque lo usan en sus relaciones personales, señalaban, y la información que ven en la red social influye cuando toman decisiones de consumo porque llega de quienes le interesa y en un entorno de confianza.
Pero ¿qué ocurrirá si se rompe ese entorno de confianza? Ya no es solo que para las empresas esto sea un problema porque corren el riesgo de que sus mensajes corporativos, lanzados vía página en la red social, sean puestos más en cuarentena, sino que además los mensajes que lanzan vía publicidad pagada pueden resultar menos efectivos.