Más de uno de cada cinco profesionales trabaja para empresas que están implementando inteligencia artificial (IA) en sus procesos. La IA es percibida de forma positiva aunque los trabajadores también muestran preocupación sobre los posibles efectos sobre su privacidad, seguridad laboral e igualdad económica. De hecho, los usuarios de IA son más optimistas sobre sus beneficios y, al mismo tiempo, más cautelosos con sus riesgos frente a los no usuarios. Estas son las principales conclusiones de una encuesta realizada a más de 7.000 personas en Canadá, China, Francia, Alemania, España, Reino Unido y EEUU, por BCG GAMMA e Ipsos.
La Inteligencia Artificial es ya una realidad
La implementación de Inteligencia Artificial varía enormemente entre los países. En China, el 31% de los encuestados dice que trabaja en organizaciones que ya emplean IA, seguido de un 26% en Canadá y un 24% en EEUU. Por detrás, los porcentajes en Europa son del 20% en Reino Unido, 18% en España, 16 % en Francia y 15% en Alemania.
El grado de implementación y uso también varía según el sector, pero en menor medida. Una cuarta parte de los trabajadores del sector industria aseguran que la IA se aplica en sus compañías, en comparación con el 20% en el sector de la construcción, el 19% en retail y el 18% en el sector servicios. El promedio en todas las organizaciones del sector privado es del 20%, mientras que el 25% de los encuestados del sector público asegura que las herramientas y aplicaciones que aplican inteligencia artificial ya están operativas.
Percepción positiva del creciente uso de herramientas que emplean IA
La gran mayoría de los trabajadores, especialmente aquellos que ya están familiarizados con la IA, confían en que tenga implicaciones positivas para su organización y para ellos mismos.
En los entornos de trabajo que aplican herramientas impulsadas por inteligencia artificial, más de dos tercios de los empleados encuestados dicen que las herramientas ya han tenido un impacto positivo en su eficiencia (75% citan mejoras en su efectividad, 75% en sus resultados y 74% en cómo están estructurado sus procesos). También señalan que la IA ha tenido un impacto positivo en su percepción del trabajo (70%), en su nivel de bienestar en el mismo (69%) y en los cursos de formación que llevan a cabo (67%). Una gran mayoría de los encuestados, independientemente de su género, edad u ocupación, mencionan estos efectos positivos.
Los profesionales que ya han comprobado los beneficios de las herramientas que emplean IA son aún más entusiastas que otros con respecto al posible impacto de la IA en los próximos cinco años. Más de ocho de cada diez piensan que afectará positivamente a su organización (el 84% dice que tendrá un impacto positivo en el crecimiento del negocio, y el 81% dice que mejorarán los procesos). Más de tres de cada cuatro también esperan beneficios positivos para sí mismos (77% con respecto a su grado de bienestar en el trabajo, y 76% con respecto a su desarrollo profesional).
Aunque las personas que aún no tienen acceso a estas herramientas son menos entusiastas, siguen siendo muy positivas con respecto a la idea de hacerlo. Lo mismo se aplica a los países, dependiendo de su posición en el camino hacia la revolución de la IA. Los países con un mayor desarrollo en la implementación de IA, como China, Canadá y EEUU ven su impacto de manera más positiva -algo que también sucede en el caso de España, a pesar de su menor grado de despliegue de IA. Otros países europeos, en cambio, son algo más cautelosos, dentro de un optimismo generalizado.
Pese al optimismo, hay cierta cautela y desconfianza
A pesar de que las opiniones sobre el impacto y las perspectivas de la Inteligencia Artificial son generalmente positivas, los trabajadores encuestados manifestaron serias preocupaciones que las empresas deben abordar. Los temores e inquietudes no desaparecen cuando las personas se familiarizan con las herramientas que aplican IA; de hecho, más de tres de cada cuatro personas temen que el uso de la IA en el trabajo pueda dar como resultado un mayor control y supervisión en sus labores (82% de las personas en las organizaciones que ya utilizan IA lo creen). Esta preocupación es especialmente alta en China (84%).
Más de las dos terceras partes de los trabajadores encuestados temen que la IA genere pérdidas de empleo debido a una carga de trabajo reducida (el porcentaje de empleados que ya usan IA es del 76%). Muchos (65% en general y 71% en lugares que ya usan IA) también temen que la Inteligencia Artificial deshumanice el trabajo, lo que deriva en problemas éticos relacionados con la IA con respecto a la protección de datos personales (64% en general, y el 71% donde la IA ya está en funcionamiento).
Por el momento, las organizaciones que implementan herramientas de IA no han abordado estas preocupaciones en profundidad, lo cual es una razón más para que lo hagan ahora. Solo el 40% de los empleados entrevistados dicen que sus directivos han comentado con ellos el desarrollo de la IA de la organización y su transformación digital (solo el 32% donde todavía no hay aplicaciones de IA aplicadas).
Una gran mayoría (79%) de los trabajadores en compañías que utilizan Inteligencia Artificial esperan que sus dirigentes tomen decisiones derivadas de su uso. En cambio, otros tienen expectativas más bajas, en gran parte porque desconocen la importancia que ha alcanzado ya la inteligencia artificial para la mayoría de las compañías.
Esto explica por qué menos de una persona de cada tres cree que el desarrollo de la inteligencia artificial revolucionará su entorno profesional, y por qué el 42% piensa que tendrá impacto solo en ciertas compañías y ciertos sectores empresariales, en lugar de afectar a toda la economía.
España: curiosidad y optimismo sobre los beneficios de la IA
Casi uno de cada cinco españoles, o el 18% de los encuestados, manifestó que su empresa ya utiliza IA el segundo de los cuatro países europeos analizados tras el Reino Unido. Entre los encuestados españoles, el 71% dijo que sentía curiosidad por la IA, 9 puntos porcentuales más que China, el siguiente país más curioso.
Más de la mitad de los españoles encuestados, 52%, dicen que la IA es un imperativo estratégico para su organización, la segunda puntación más alta después de China; y tres cuartas partes de los españoles preguntados afirmaron que la IA podría mejorar su bienestar en el trabajo, entre los países analizados tan sólo China superó a España
Llorenç Mitjavila, socio responsable de BCG Gamma en Iberia, considera que existe un círculo virtuoso para el desarrollo de IA en España. «El acceso al talento, la consolidación de España como un hub tecnológico y de innovación, y una cobertura mediática eminentemente positiva, contribuyen a este entusiasmo generalizado por la Inteligencia Artificial. Muchas de las grandes empresas españolas están invirtiendo en soluciones de IA, y tenemos un ecosistema vibrante de start-ups basadas en estas tecnologías que está consiguiendo atraer inversiones muy significativas».
Los españoles, al igual que los chinos, pese a una percepción generalmente positiva sobre el impacto de IA en el mercado laboral también manifestaron su inquietud por el uso que las empresas puedan hacer de las herramientas de IA y de los datos obtenidos a través de ellas. Y al igual que los franceses, les preocupa el potencial de La IA para deshumanizar el lugar de trabajo. En España, el 81% y el 70%, respectivamente, citaron esas preocupaciones.
Dentro de Europa, los españoles son los más propensos a pensar que su trabajo actual estará en riesgo dentro de diez años (el 29% lo cree) y que el desarrollo de la IA llevará a la creación de empleo a largo plazo.
Daniel Jimenez, principal de BCG GAMMA Iberia, advierte contra la adopción de una actitud escéptica ante la IA. «Subestimar el tamaño del fenómeno de la inteligencia artificial y no estar preparado para la transformación digital implicaría perder una gran oportunidad tanto para los trabajadores como para las organizaciones. Los trabajadores deben prepararse para la revolución de la IA, que ya está aquí, y aprovecharla al máximo para desarrollarse profesionalmente. Los equipos directivos y los departamentos de RRHH deben liderar la evolución de los procesos de toma de decisiones y de la gestión del talento, que la adopción generalizada de la IA ya está produciendo en mayor o menor medida en todos los sectores.»