Como la punta de un iceberg, así se vislumbra el despertar de la transparencia en la publicidad programática. El desafío se abre camino con fuerza en los últimos meses. La industria aspira a que la transparencia se consolide como parte inherente del ecosistema publicitario en beneficio de todos. Cuanta menor opacidad, más seguridad para los actores.
La transparencia es probablemente la última, aunque la más prolongada preocupación en la industria publicitaria en los últimos tiempos. Según un reciente informe de IAB, el 40 por ciento de las marcas cita la opacidad como el freno más importante para apostar por la compra programática.
El sector reclama veracidad como clave de confianza. La seguridad es pieza determinante para las marcas a la hora de planificar sus inversiones en un entorno que no siempre les genera confianza. Google en 2017 eliminó más de 3.200 millones de anuncios «malos», lo que supone más de 100 por segundo, que infringían sus políticas publicitarias, según un informe recién publicado por la propia empresa.
La publicidad digital tiene un papel importante a la hora de hacer que internet persista en el tiempo como un foro global para compartir buenas ideas y contenidos. Si internet puede permitirse el lujo de mantener la esencia de su gratuidad es gracias a la publicidad, pero su perpetuidad exige que el ecosistema se mantenga como un sitio seguro.
La transparencia es fundamental para mejorar la seguridad y por ende el rendimiento y el control de las campañas por parte de los profesionales del marketing. Nuestra plataforma automatiza la ejecución de las inversiones y las interacciones publicitarias en medios y soportes, dando la opción al cliente de gestionar automáticamente sus propias campañas para obtener los mejores resultados. ¿Acaso puede haber mayor garantía de transparencia que un modelo de plataforma que se pueda autogestionar y que opere en un entorno abierto?
La exigencia de transparencia por parte de las marcas lo impregna todo en el sector: las áreas de datos, inventario, inversiones, procedimientos, subastas, etc. Transparencia es «palabra de moda» en la industria publicitaria.
La transparencia también se exige en la oportunidad: en un mundo totalmente transparente, todas las partes deben tener iguales opciones para responder a cada oferta sin un trato preferencial.
La transparencia en la ubicación de los anuncios, junto con unas tasas claras de visibilidad son otros de los aspectos claves frente a la opacidad en el sector. Los actores del ecosistema digital deben hablar «el mismo idioma». Todos habrían de tener claro cómo se mide la publicidad, con un mismo estándar o modelo. Es necesaria cierta claridad y consistencia que se aplique a todos y que los soportes estén obligados a aceptar los estándares acordados.
La transparencia además es poder visualizar exactamente qué sucede con las transacciones de una empresa en el mercado y saber a dónde van realmente las inversiones. Esto significa por ejemplo tener la opción de observar toda la cadena de proveedores para comprobar la calidad del anuncio, el tiempo de carga o la latencia, aspectos claves que impactan en la satisfacción del usuario cuando visita los contenidos en internet.
Ganarle la batalla a la opacidad implica también comprender si los datos están representados de la manera correcta. Desde el punto de vista de la compra, eso supone entender la dinámica de la subasta y poder analizarla de manera integral. El uso de los datos en el sector puede impulsar los ingresos programáticos y favorecer una optimización significativa de los rendimientos.
El anunciante debe brindar visibilidad a los datos del comprador y colaborar para que generan un valor real. Nuestro compromiso con la transparencia es absoluto, como garantía de éxito de un ecosistema en plena transformación y en donde la tecnología será determinante en la lucha contra la opacidad.