Siguiendo nuestro anterior contenido, en el que hacíamos fotografías de calle exclusivamente con un smartphone, pasamos ahora a la fase de impresión, en la que mostraremos el proceso completo desde la preparación de los archivos, elección de papel, emulaciones en pantalla con perfiles ICC e impresión, hasta el montaje final de las copias.
Modo monocromo
Hace años, al probar el Huawei P9, este modo de captura en blanco y negro nos pareció muy destacable sobre el resto de terminales del mercado, otorgando una calidad que rivaliza con las compactas de gama media. Resumimos aquí la explicación técnica ya contada en otros artículos.
Dentro de su óptica dual certificada por Leica, uno de los objetivos/captores se dedica en exclusiva a este modo monocromo. Al no disponer de filtros de color –pauta de Bayer–, la capacidad óptica se aprovecha de mejor manera y la sensibilidad general aumenta, lo que permite exprimir mejor el detalle y gama tonal. En la práctica, obtenemos –dentro del ámbito de exigencia de la fotografía móvil– una calidad de archivo mayor, con un reparto tonal excelente. Las mejoras realizadas a nivel de óptica, captor y procesador del Huawei Mate 10, la última evolución de la saga, refuerzan estas ventajas.
Las imágenes
Bajo este preámbulo técnico, escogimos dos imágenes idóneas para mostrar el proceso integral; desde la captura hasta la impresión, pasando por el montaje y enmarcado.
La selección se realizó con la ayuda de nuestro colaborador y autor de las imágenes Luis Rodríguez, dentro del material elaborado para la prueba del smartphone Huawei Mate 10 en su modo de captura monocromo.
Esta aventura no podría haber sido posible sin el apoyo de Huawei España y el soporte técnico del laboratorio Movol Color, donde se realizó toda la parte de impresión y montaje.
Edición y preimpresión
Como el objetivo era conseguir la mayor calidad de archivo posible, trabajamos codo con codo con el autor para recrear en programas de edición de escritorio –Adobe Lightroom Classic CC y Adobe Photoshop CC– los ajustes que en origen se habían realizado en un flujo de trabajo móvil, mediante la app Snapseed, una de las más utilizados en este ámbito.
Tras una leve corrección de perspectiva y reencuadre, procedemos a tratar el archivo por zonas para optimizar su gama tonal, recuperando detalle de las altas luces y garantizando una densidad de negros sin empastes.
Idéntico proceso se aplicó con la segunda imagen; el alto contraste era aquí todo un reto de cara a la impresión. Nuestra meta en la edición de este archivo fue mantener en todo momento la estética original de la toma y a la vez potenciar las zonas que en impresión fueran susceptibles de empastarse, evitando romper el interesante contraste global que predomina en su narrativa visual.
Máscaras de ajuste y ediciones locales mediante, toca el turno de llamar por teléfono a Antonio Ortega, director técnico de Movol Color Digital, para solicitar los perfiles ICC de los papeles que vamos a valorar en pantalla, mediante una emulación de vista previa en Photoshop.
Metidos en laboratorios y proyectos impresos, nosotros siempre recomendamos elaborar una relación a largo recorrido basada en la confianza. Son muchos los trabajos que hemos realizado con este laboratorio, dado que su trato y asesoramiento siempre nos ha convencido.
Sin entrar ahora a explicar procesos internos de gestión de color expuestos en otros artículos, podemos resumir que los perfiles ICC operan como un traductor entre dispositivos para obtener una constancia cromática entre ellos. Una manera precisa de garantizar los mejores resultados posibles en un mundo repleto de variables. En el caso de la impresión, contaremos siempre con un perfil por cada conjunto de componentes del proceso, por lo que ese archivo ICC será el descriptor de un determinado sistema de impresión, tintas y papel. Esa combinación será nuestro archivo.icc que instalaremos en nuestro sistema previo a la emulación en pantalla.
Los procesos de edición y preimpresión fueron realizados mediante el monitor de artes gráficas BenQ SW320, el perfilado y calibrado corre por nuestra cuenta, gracias a la experiencia acumulada tras su extensa prueba técnica.
Después de realizar esta acción con diferentes perfiles de papel, valoramos positivamente la gama de papeles baritados para inyección de tinta: nos dan una coincidencia en tonos muy cercana al original y tras la edición por zonas la compresión de las áreas de sombra es asumible.
Impresión y montaje
Tras realizar estas emulaciones en pantalla, Antonio nos insta a sacar la producción en un plotter de inyección de tinta pigmentaria, con tintas de blanco y negro mineral, bajo un papel baritado de la marca Ilford. Un soporte con plenas garantías de conservación y una gama de contraste –inherente a cualquier papel con sulfato de bario en su base– muy interesante.
Preparamos las copias a un tamaño final de 60 x 45 cm a una resolución de 240 ppp para lanzar al RIP, programa de impresión intermedio entre software de edición y máquina, encargado de gestionar los trabajos por lotes con rutinas de aprovechamiento del material o facilitar el posterior corte. Para poder valorar mejor los tonos y compensar el “vicio” que el propio material adquiere al estar enrollado en bobinas, dejamos reposar la impresión ya cortada en la mesa de trabajo durante 24 horas.
Volvemos al día siguiente para valorar los resultados bajo una caja de luz normalizada D65 –6500 K–. La gama de grises sigue destacando en ambas imágenes, ahora realzadas con la fuerza del alto contraste aportado por la base del papel. La impronta de su gramaje y naturaleza de pura fibra nos hace recordar la calidad visual y cualidad táctil de los mejores papeles baritados de doble y triple peso de la época fotoquímica. Las copias están listas para el proceso de montaje.
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De los muchos posibles, optamos por un montaje sencillo y eficaz, pegamos las copias a un soporte rígido muy ligero –cartón pluma reforzado con una cara autoadhesiva, conocido comercialmente como foam– que posteriormente recortaremos para preparar la fase de enmarcado.
La laminadora es manejada por dos operarios, uno a cada lado de la máquina. Mientras el material entra por un lado el primero se encarga de garantizar que no entren burbujas, el segundo recibe el material comprobando que todo esté correcto, sin olvidar de descargar la posible estática que haya adquirido tras pasar los cilindros.
Las partes sobrantes son cortadas con pericia con una cuchilla afilada y unas reglas de aluminio de grandes dimensiones. Para no arañar las copias, muy sensibles a los roces en el caso de la impresión por inyección de tinta pigmentaria, estas reglas cuentan en su base con un recubrimiento gomoso.
De cara al enmarcado, como las propias tintas y papel tienen garantías de alta permanencia y no queremos brillos o pérdidas de contraste por luces parásitas, omitimos superponer un vidrio UV protector. Con ambas piezas cortadas a sangre, se vuelven a medir ambas fotografías y se cortan a medida los perfiles de madera lacada en negro.
Una última máquina interfiere en esta fase, realizando la unión de las escuadras a inglete. Tras ella el marco de madera se presenta sobre las copias invertidas: marco y foam quedan fijados mediante unas grapas de posición superficiales.
Reforzando la operación de fijado, se aplica una capa perimetral de cinta de papel engomado, esto además le confiere un acabado más presentable a la parte trasera del montaje.
A principios de mes, publicábamos las tomas realizadas con un smartphone en la calle por Luis Rodríguez. Dos días de edición, impresión y montaje han dado un resultado final más que satisfactorio: dos copias de 60 x 45 cm con calidad de archivo, impresas mediante inyección de tinta pigmentaria mineral sobre un papel baritado de pura fibra, montadas sobre soporte rígido y enmarcadas con perfiles de madera lacada en negro.
Imágenes que, tras un largo recorrido –de la calle a la galería–, están listas para ser expuestas.
Este artículo promocional ha sido elaborado como resultado de un acuerdo comercial con Huawei España; dicho acuerdo no conlleva ninguna exigencia relativa al contenido del mismo, así como a las opiniones en él incluidas.