Durante los últimos años está siendo cada vez más habitual que las majors de Hollywood confíen en directores con poca o ninguna experiencia en la gran pantalla a la hora de elegir a los responsables de sus próximos blockbusters. Puede salir bien o mal, pero es una jugada comprensible, ya que se trata de realizadores con un caché bastante bajo, lo cual permite que los millones del presupuesto se dediquen a otros apartados.
El caso más reciente es el de Alex Kurtzman, guionistas de cintas como ‘Transformers’ o ‘Star Trek’ que actualmente tiene en salas ‘La momia’ (‘The Mummy’), un completo desastre del que ya tendremos la ocasión de hablar en otro momento. Ahora la que nos interesa es ‘Así somos’ (‘People Like Us’), su primer largo como director y su principal arma para convencer a Universal de que era el candidato idóneo para dar inicio a su Dark Universe. Lo cierto es que es una película tan sosa que cuesta entender qué vieron en él.
Una propuesta con muy pocos alicientes
Lo cierto es que Kurtzman apostó para su debut por un proyecto más pequeño y totalmente alejado de las grandes producciones a las que estaba acostumbrado a trabajar como guionista. Para ello se basó en ciertos detalles de su propia vida para construir un drama que entra en esa categoría de títulos que confían sobremanera en su capacidad de lograr que el espectador conecte con la historia que está contando.
Seguro que con algunos lo logró, pero lo cierto es que el público no prestó demasiada atención a la película por mucho que estuviera protagonizada por Chris Pine y Elizabeth Banks, mientras que la crítica se mostró un tanto dividida. ¿Cuál es exactamente mi opinión? Pues que es una propuesta con prácticamente ningún interés más allá de que sus dos protagonistas evitan que ese toque manipulador del que hace gala en todo momento resulte aún más molesto.
Por un lado tenía claro que no podía esperar ni un ápice de originalidad y también que Kurtzman, que también firma el guion junto Jody Lambert y su colaborador habitual Roberto Orci, Iba a echar mano de soluciones muy manoseadas pese a contar con una premisa que al menos despierta cierta curiosidad: Un hombre ha perdido a su padre y descubre que tiene una hermana a la que debe entregar parte de la herencia, pero decide conocerla primera sin decir quién es realmente, involucrándose más de la cuenta en su vida.
‘Así somos’, pues cambiad
Tampoco es un punto de partida revolucionario, pero sí que se prestaba a jugar más con las dobles intenciones del protagonista -que no deja de querer el dinero para él al principio-, optando por convertir a ‘Así somos’ en un relato de corte más emocional, argumentalmente quizá hasta más propio de un telefilm al uso que de una película. Por su parte, Kurtzman hasta parece un poco incómodo siempre que la cinta no se centra en charlas entre personajes, casi intentando aplicar soluciones propias de una superproducción sin venir mucho a cuento.
Queda la opción de pensar que a él simplemente le interesa eso, emocionar al espectador con un relato que le es muy cercano, pero una cosa son las intenciones y otra los resultados. Quizá Kurtzman intentaba transmitir honestidad y cercanía, pero lo que logra es un melodrama en el que los vaivenes de los personajes nunca llegan a interesarnos, ni siquiera pese a los esfuerzos de Pine y Banks en afrontarlo de esa manera. Y menuda forma de desaprovechar a Michelle Pfeiffer.
Sobrevuela además en todo momento un tono ligeramente almibarado que resta fondo dramático al relato, el cual solamente despega en momentos muy puntuales cuando la historia se centra en amistad entre los personajes de Pine y Michael Hall D’Addario, que es cuando la película parece más un producción indie genuina que un drama de lujo enmascarado. No es consistente, pero al menos algo así que se sale del cansancio y lo soso que resulta todo lo demás en líneas generales.
En definitiva, ‘Así somos’ no justifica en absolutamente nada que Universal confiara en él para llevar a buen puerto ‘La momia’. Luego ya hemos visto el resultado de esta última, pero la que ahora nos ocupa lo único que se puede salvar es que los actores hacen lo que pueden y que si llegas a conectar su la historia que cuenta y su forma de hacerlo quizá puedas pasar por alto que por lo demás es una nadería sin personalidad alguna.