¿Te haces mayor y ya no estás para esos trotes? Depende de lo que quieras conseguir. En 1953, el psicólogo Harvey Lehman publicó el que sigue siendo el estudio más exhaustivo sobre la edad y los logros.
Analizando las obras más célebres hasta aquel momento –y la edad del creador de cada una de ellas–, ilustró a qué edad es más probable anotarse un logro extraordinario en cada disciplina.
Hay excepciones: Giuseppe Verdi compuso Aida a los 58 años, es decir, con 20 años más que el promedio en el que se sitúa el pico creador de los autores de las grandes óperas. Lehman apuntaba 16 factores que explican por qué los logros se producen cuando se producen; entre ellos, el declive de la salud y de la motivación conforme envejecemos.
El psicólogo Dean Keith Simonton sostiene que el recorrido de una carrera profesional depende de dos cosas: la disciplina elegida y la celeridad con la que
el individuo la domine.
Los poetas tienden a transformar ideas en obras acabadas antes que los novelistas; dentro de un campo en particular, los genios son los más precoces.
Pero, escribe Simonton, «las diferencias de un individuo a otro son en realidad tan grandes que restan importancia a la edad. Un genio de primer nivel a los 80 años tiene más valor que un talento de segundo nivel a los 40».
Lehman dividió el número de obras producidas en cada disciplina -teniendo en cuenta la edad que tenía cada creador cuando la produjo- por el número de creadores. Plasmó esos cocientes como porcentajes de producción máxima.