En 2015, Mark Z. Jacobson, profesor de Stanford y activista medioambiental, hizo algo notable. Harto de palabras y discursos vacíos, decidió que si queríamos frenar el cambio climático, necesitábamos una hoja de ruta precisa sobre cómo llegar a un mundo 100% renovable. Ni corto ni perezoso, coordinó un enorme equipo de investigadores que estudiaron Estados Unidos y diseñaron un plan ambicioso (pero creíble) para reverdecer los 50 estados del país.
«Los políticos generalmente no quieren comprometerse a hacer algo a menos que les demostremos que es razonable y posible. Eso es lo que estamos tratando de hacer. […] Tener un escenario futuro da un objetivo a la gente«, explicaba Jacobson. Y es posible que llevara razón, pero lo cierto es que un problema global, necesita escenarios y objetivos globales.
Una hoja de ruta para la transición energética mundial
La verdad es que no estamos acostumbrados a tener entre las manos planes ambiciosos y detallados sobre la transición energética global. Por eso el trabajo de Jacobson y su equipo es tan interesante. La hoja de ruta que acaban de publicar es mucho más ambiciosa de lo que teníamos hasta ahora.
Usando datos de la Agencia Internacional de la Energía, el grupo de investigación ha diseñado escenarios para 139 países que suman, según sus cálculos, el 99% de las emisiones de carbono del mundo. Sobre eso han dibujado 139 propuestas de transición energética.
El estudio es muy exhaustivo y analiza la evolución de la demanda total de energía teniendo en cuenta la progresiva electrificación, los cambios de empleos del sector y los costes de la contaminación atmosférica entre otras muchas cosas. Y no es para menos.
El potencial de dibujar escenarios con detalle está claro: da un horizonte a los esfuerzos contra el cambio climático. Pero también tiene problemas deja espacio para que el debate se traslade hacia la verosimilitud de esos escenarios más que en las medidas a tomar.
Posible, necesario y… rentable
Ya pasó con en el anterior trabajo de Jacobson que fue muy criticado en la mismísima PNAS con acusaciones de «errores, métodos inadecuados e hipótesis inverosímiles» que embarraron el debate y lo alejaron de las políticas que trataban de impulsar.
Navegar entre las tensiones que suscita el cambio climático en la política, la academia y el sector energético no es fácil. Afrontar la descarbonización en serio tampoco lo es. Ni siquiera cambios que son muy obvios: como la introducción del coche electrónico que, según los cálculos de los investigadores, reduciría la demanda de energía un 23%.
Sin embargo, este tipo de trabajos nos da una hoja de ruta que nos llevara a un 80% de renovables para 2030 y un 100% para el 2050. ¿Es viable? Sus conclusiones son que el cambio a las renovables evitaría la muerte de más de 17.000 personas al año y conllevaría un ahorro anual de 11.393 dólares por persona. Ese ahorro incluye los costos energéticos, los sanitarios y los asociados al cambio climático.
A nivel personal, soy menos optimista que el equipo de Jacobson. Es cierto que sobre el papel, su hoja de ruta es posible y que es una buena noticia poder discutir sobre datos concretos. Sin embargo, impulsar ese cambio en un entorno como el actual requiere, sobre todo, un enorme debate político, económico y social.
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La noticia
Crear un mundo 100% renovable en 30 años es posible y así podemos hacerlo
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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