Unos sencillos cambios para obtener más velocidad.
Gracias a la fibra óptica y a las conexiones 4G, acceder a Internet desde cualquier dispositivo es algo que todos podemos hacer con más o menos comodidad y a una velocidad suficiente para reproducir vídeo o jugar online sin problemas.
Sin embargo, no siempre la conexión a Internet es de nuestro agrado, en especial si compartimos nuestro acceso a Internet con varias personas o si nuestro proveedor nos ofrece poca velocidad, en especial si la conexión fija es DSL o inferior.
En cualquier caso, tengamos o no contratado el mejor servicio y tecnología de acceso a la red, si configuramos nuestros dispositivos conectados de una u otra manera o colocamos el router en una u otra estancia de nuestro hogar, todo esto influirá en la velocidad que podemos alcanzar al reproducir contenido multimedia o descargar archivos.
En este artículo vamos a ver cómo comprobar nuestra velocidad de Internet y vamos a repasar algunos consejos para aprovechar la conexión todo lo que sea posible.
Cómo comprobar la velocidad disponible
No es lo mismo conducir a 50 kilómetros por hora que a 120. Lo mismo ocurre con la velocidad de nuestra conexión a Internet. Más es mejor.
Contratar una velocidad no implica que dispongamos de ella constantemente. La velocidad fluctúa (sube o baja) dependiendo de muchos factores, como el momento del día, desde dónde nos conectamos, si nuestro dispositivo está conectado por cable o por wifi, etc.
La manera más práctica de comprobar la velocidad disponible es mediante un test de velocidad como el que ofrecemos en Hipertextual. Funciona en cualquier dispositivo con navegador web, incluyendo teléfonos y tablets, y no requiere instalación.
Desde este enlace puedes comprobar, por un lado, la velocidad de subida y bajada, y por el otro, el ping y el jitter, útiles para saber si tu red envía y recibe los datos con retraso.
Para realizar la prueba sólo tienes que pulsar en GO, si bien puedes elegir con qué servidor realizarás la prueba de los muchos disponibles, ordenados por distancia.
Una vez termines el test, puedes compartir el resultado copiando el enlace o publicándolo directamente en Twitter o Facebook.
Una vez sepamos la velocidad que alcanza nuestro dispositivo conectado a Internet, veamos qué podemos hacer para mejorar la marca.
Cómo mejorar tu conexión a Internet
Empecemos por lo importante. La velocidad que contratas con tu proveedor de Internet es posible que no la alcances nunca.
Hay varios motivos para ello: tenemos varios dispositivos conectados a la vez, en su mayoría vía wifi, el router está instalado en una esquina de nuestro domicilio y nos conectamos desde el lado opuesto, accedemos a Internet en horas punta, etc.
Esto no es malo de por sí. Está claro que no vamos a conectar un único aparato a la red para obtener la máxima velocidad sacrificando el resto. Y conectar por wifi es muy cómodo, en especial en dispositivos móviles que no admiten cables Ethernet.
Aún así, esto es lo que podemos hacer para alcanzar la máxima velocidad de nuestra conexión a Internet:
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Conecta por ethernet siempre que puedas. Aunque el wifi es el rey, vía ethernet obtendrás más velocidad. Si puedes, úsalo, especialmente en aparatos cercanos a tu router.
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Evita las conexiones innecesarias. Cuantos más dispositivos accedan a tu router, menos velocidad de conexión obtendrás en cada uno. Esto es inevitable si vives con varias personas, pero si no usas un aparato, apágalo o desconéctalo de la red.
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Evita a los ladrones de wifi. Relacionado con el punto anterior, si alguien se conecta a tu router sin tu permiso, obtendrás menos velocidad. Aquí van algunos consejos para evitarlo.
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Conéctate cerca del router. Si accedes vía wifi, cuanto más cerca estás de la fuente de acceso mejor. Lo deseable es que el router esté instalado en un lugar central de la casa para acceder desde cualquier habitación. En casos extremos puedes optar por amplificadores de señal o por una antena más potente en tu router.
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Evita las apps que se conectan sin motivo. Es más habitual en smartphones y tablets, pero también ocurre en computadoras: aplicaciones que acceden a Internet para buscar actualizaciones o para descargar información, que en algunos casos no necesitas. Desactiva esos accesos constantes a la red si no son estrictamente necesarios.
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Siempre a la última. Cuanto más modernos sean los aparatos que conectas a tu red, mejor, pues obtendrás más provecho del wifi disponible ya que permiten una versión más eficiente del mismo. Obviamente, el router tiene que estar también a la última. Un ejemplo, el estándar wifi 802.11b alcanza 11 Mbit/s, mientras que el 802.11ac es capaz de llegar a 433 Mbit/s.