Diez consejos para Windows 10 y versiones anteriores.
A todos nos gustaría que nuestro ordenador se encendiera en segundos, que todo funcionara como la seda y que no tuviéramos que esperar a que se abra una ventana o a que se copie un archivo.
Pero no siempre es así, y a no ser que tu computadora sea nueva, seguramente el rendimiento de Windows no sea el más óptimo.
Hay mil y un trucos para que el sistema funcione mejor y se comporte a mayor velocidad de lo que viene siendo habitual, pero ¿qué mejor que preguntar directamente al fabricante?
Microsoft cuenta con un espacio en su web de soporte técnico con respuestas a las dudas más frecuentes, y entre este contenido de ayuda ofrece también algunos consejos con los que mejorar el rendimiento de Windows.
Los consejos que reproduzco a continuación están indicados para Windows 10, pero sirven también para las versiones anteriores (8.1, 8, 7 e incluso XP). Algunos son muy obvios, otros no tanto, pero vale la pena tenerlos en mente y aplicarlos de vez en cuando. Según Microsoft, es conveniente seguirlos en orden.
Actualizar Windows y controladores
Actualizar, actualizar y actualizar. Es algo que repetimos muchas veces porque es útil para arreglar problemas de Windows, para tapar agujeros de vulnerabilidad que afecta a la seguridad del sistema y de tus archivos y también sirve para mejorar el rendimiento de Windows, bien porque elimina configuraciones anteriores que perjudican el funcionamiento o porque implementan mejoras.
No está de más ir a Windows Update y comprobar si tu sistema está actualizado. También sirve para Office y otros programas de Microsoft, así como para los controladores de hardware oficiales.
Reinicia y abre solo las apps que necesites
Es posible que en momentos puntuales, Windows no se comporte con la velocidad y eficacia habituales. En ese caso, la solución más práctica es reiniciar la computadora. Así se cerrarán procesos que se han quedado colgados o en segundo plano consumiendo recursos.
En segundo lugar, Microsoft recomienda abrir las apps que necesitemos. Es decir, para qué tener mil ventanas abiertas si realmente estás usando tres o cuatro como máximo. Cierra las aplicaciones que no usas y ya las abrirás en el momento oportuno.
Comprueba la memoria
Con el Administrador de tareas podemos ver el porcentaje de uso de la CPU, el disco y la memoria RAM. Si la práctica totalidad de la memoria está siendo usada, Microsoft sugiere que pongamos más.
Ciertamente, la memoria RAM no es de los componentes más caros, y por un precio módico podemos duplicar la memoria de nuestra computadora.
Si no quieres hacer cambios de hardware, también puedes tirar del archivo de paginación, que es la manera que tiene Windows de complementar la RAM usando espacio libre en el disco duro.
Desde Sistema avanzado > Ver la configuración avanzada del sistema > Avanzadas > Configuración > Cambiar podemos cambiar la configuración del archivo de paginación.
Desde Tamaño personalizado podemos indicar un tamaño inicial y máximo en MB. En la parte inferior de la ventana de configuración verás qué cifra recomendada que puedes indicar. Lo recomendable es que duplique o triplique la cantidad de RAM. Ejemplo, si tienes 4 GB de RAM, indica 12 GB de paginación.
Restaura el sistema
Cuando Windows deja de funcionar como es debido es por algún cambio reciente de configuración o por haber instalado o desinstalado algún programa.
Por ese motivo, la manera más rápida de deshacer el problema es volver atrás en el tiempo, al menos en los archivos del sistema, mediante la restauración del sistema.
Desde Crear un punto de restauración podemos restaurar el sistema a partir de un punto creado con anterioridad (Windows lo hace automáticamente). Si no está activada esta opción, puedes hacerlo desde Crear un punto de restauración > Configurar > Activar protección del sistema.
Editar los programas de inicio
Al iniciar Windows, suelen abrirse programas de terceros, bien para buscar actualizaciones o para ofrecer funciones automáticas.
En muchos casos, esos programas que se inician con Windows no aportan nada y perjudican el arranque, ya que en vez de tardar unos segundos, Windows tarda en iniciar varios minutos.
Desde el Administrador de tareas podemos deshabilitar los programas que no necesitamos al inicio de Windows.
Virus y malware
El rendimiento de Windows también puede verse afectado por malware en general. Microsoft recomienda acudir a su antivirus por defecto, Windows Defender. Actualízalo y haz un análisis a fondo.
También puedes probar con una versión gratuita de otros antivirus para comprobar si hay algún virus o programa dañino. Dos recomendaciones: Malwarebytes y Kaspersky.
Comprobar si hay archivos de sistema dañados
Windows cuenta con una herramienta, el Comprobador de archivos de sistema o SFC, para comprobar si los archivos del sistema, los más importantes, están en buen estado o han sido mal editados, por lo que dan problemas.
Desde el Símbolo del sistema, accedemos como Administrador (clic derecho y Ejecutar como administrador) y ejecutamos la orden sfc /scannow.
Desactiva efectos visuales
Cada nueva versión de Windows trae consigo mejoras de funcionamiento y también de diseño.
Pero que Windows tenga animaciones, sombreado y otros aspectos visuales atractivos requiere usar más el hardware, por lo que su a tu computadora le cuesta correr Windows en condiciones normales, es mejor desactivar los efectos visuales.
Desde Ajustar la apariencia y el rendimiento de Windows > Opciones de rendimiento > Efectos visuales debemos marcar la opción Ajustar para un mejor rendimiento.
Tras reiniciar, veremos los cambios. Windows se verá menos bonito pero irá mejor.
Desactiva OneDrive
OneDrive es un programa más en segundo plano. Si no lo necesitas, desactívalo para que no consuma recursos del sistema.
Para ello hay que desactivar la opción Sincronizar todos los archivos y carpetas en OneDrive.
Restablecer el equipo
Si con todo lo anterior no ha sido suficiente para mejorar el rendimiento de Windows, la última opción es borrarlo todo y reinstalar Windows.
La opción más automatizada es con la opción Restablecer tu PC que en Windows 10 encontrarás en Configuración > Actualización y seguridad > Copia de seguridad > Restablecer tu PC**.
Esta opción elimina cualquier archivo, programa y configuración salvo Windows en sí, por lo que deberás hacer antes una copia de seguridad de tus archivos y documentos importantes.