Los cambios en la industria y en la sociedad han hecho que el papel de los directivos en las empresas cambie y que, con ello, lo haga también su perfil. Lo que era hace unos años recomendable, ya no tiene que serlo más. La irrupción de la tecnología, por ejemplo, ha cambiado el statu quo de las empresas y de lo que sus gestores tienen que hacer y la necesidad de ser más único y de destacar por encima de una creciente competencia ha obligado a tomar más y más decisiones y a cambiar el modo en el que se toman.
Los directivos del siglo XXI tienen que jugar por tanto con nuevas armas y los máximos responsables de marketing también tienen que asumir nuevas responsabilidades o nuevos métodos y sistemas de trabajo. Como explican en un análisis en Harvard Business Review, el papel de los gestores y de los directivos está cambiando y las prácticas del pasado ya no sirven.
Esos cambios se pueden aplicar también al máximo responsable de marketing. Los marketeros tienen que modificar cómo actúan y cómo trabajan y los responsables de este terreno tienen que empezar a aplicar ciertos cambios a sus rutinas. Así es como los gestores de marketing deben ser:
Empezar a pensar de un modo diferente
O lo que es lo mismo, tendrá que pasar de ser quien de todas las instrucciones y quien lo marque todo a ser quien gestione el conocimiento y quien aprenda de las cosas que la tecnología está haciendo.
A medida que la tecnología asuma más funciones y haga más cosas de forma directa y automática (no hay más que pensar en cómo la inteligencia artificial cambiará las cosas), los responsables de marketing no tendrán tanto que dedicar tanto su tiempo a decirles a los demás lo que tienen que hacer y a supervisar lo que hacen como a centrarse en las partes más creativas de su trabajo. Tendrán que ser capaces de centrarse en lo que va más allá de lo minucioso del día a día.
El fin del ‘micromanaging’
Y muy vinculado con este punto estará el siguiente gran cambio. En lugar de centrase en limitar lo que hacen los demás y en lugar de intentar controlarlo todo al milímetro, tendrán que ser capaz de dar más margen de maniobra a sus empleados y de dejar que tomen más decisiones y sobre todo que aporten más pensamiento creativo. El responsable no tendrá que ‘estar encima de sus empleados’ viendo qué hacen, sino que tendrá que crear un ambiente propicio para las ideas y el trabajo creativo, un ambiente en el que sean capaces de aportar ideas y de pensar cosas nuevas.
No podrá dejar fuera a los demás
Y esto implicará además trabajar más en equipo. Ya no se tratará solo de tomar decisiones por uno mismo y de asumir todas las cuestiones y todas las decisiones finales. Habrá que trabajar en ‘círculos de liderazgo’ (especialmente teniendo en cuenta que cada vez los departamentos están más entrelazados y cada vez se es mucho menos una isla) y, por otra parte, habrá que tener más en cuenta lo que los demás aportar y lo que los demás sugieren para tomar decisiones.
No hay que repetir lo hecho sino innovar
Todos estos puntos anteriores están muy relacionados con una nueva realidad: para seguir siendo competitivo no se puede seguir haciendo siempre lo mismo. Los responsables de marketing tienen que ser capaces de seguir la pauta de lo que ahora se les pide a los gestores de las empresas. No deben quedarse con las cosas limitadas y con los elementos de siempre, sino que tienen que empezar a ser capaces de ver las cosas de un modo innovador. Tienen que ser capaces de encontrar siempre lo nuevo, las nuevas oportunidades.
En cierto modo, su papel dejará de ser el de una persona que resuelve problemas y que encuentra soluciones para ser el de alguien que genera retos, que hace que la empresa encuentre nuevas ventanas y nuevas opciones.
Y, en resumen, se podría decir que ahora, se esté en el nivel que se esté dentro de la industria, hay que ser más emprendedor, que encontrar más oportunidades y que verlo todo de un modo más nuevo. No se puede esperar a que lleguen las órdenes o a que se hagan las cosas como siempre se han hecho.