El minimalismo fotográfico es una corriente artística que se caracteriza por la extrema simplicidad. Todo un reto para los fotógrafos que deben esforzarse por buscar la sencillez en cualquier tipo de escena pero tratando de contar algo con elementos mínimos. Porque esto, que haya una historia o un tema subyacente, es lo que hará que la fotografía en cuestión dé el paso desde ser una “foto bonita” a ser una buena foto.
Por eso, hacer fotografía minimalista no es nada sencillo. Primero porque puede ser complicado acostumbrarse a lograr la necesaria simplicidad; segundo porque contar una historia a partir de una imagen con elementos muy básicos no es una tarea fácil.
Pero ¿qué es el minimalismo? Pues si recurrimos a lo que la RAE dice al respecto nos encontramos con dos acepciones: “Corriente artística contemporánea que juega con elementos limitados” y “Tendencia estética e intelectual que busca la expresión de lo esencial eliminando lo superfluo”.
Como veis, todo apunta hacia la sencillez, el “menos es más” y la utilización de elementos limitados en los que tenemos que ser capaces de extraer toda su expresividad. Como todo arte visual, sus fundamentos se encuentran en los elementos básicos del diseño (la línea, la forma, el color, la textura, la forma, la composición…), pero en este caso utilizándolos en su forma más pura y simple.
Por ello, estos elementos normalmente cobran un peso que no encontramos en otro tipo de fotografía, convirtiéndose muchas veces en únicos protagonistas. Todo ello lo vamos a ver a continuación donde os mostramos algunas de las claves para ser capaces de adentraros en el apasionante ámbito de la fotografía minimalista.
Composición
Seguramente lo más determinante para que una fotografía sea minimalista es su composición, ya que a través de ésta nos encargaremos de hacer que lo que aparece en la imagen cumpla la regla de la sencillez. Como es lógico, la idea es incluir lo imprescindible, eliminar cosas innecesarias y ayudarse de elementos básicos que vamos a ver más adelante (líneas, color, texturas…) para componer una imagen significativa.
Por ello se suele tender a aislar objetos (tal vez usando un teleobjetivo), ya que es una posibilidad de lograr fotos minimalistas (incluso llegando a veces a la fotografía macro), aunque desde luego también se puede hacer minimalismo utilizando planos abiertos (y grandes angulares), porque la sencillez puede encontrarse en cualquier ambiente, ya sea natural o urbano.
Por otro lado, y debido precisamente a la simplicidad, en fotografía minimalista es bastante recomendable echar mano de las reglas de composición como la conocidísima regla de los tercios, que en este tipo de imágenes suele ser muy útil para dirigir la atención del espectador hacia el tema principal.
Por último, ten en cuenta también la importancia del espacio negativo, es decir el espacio que en teoría está vacío y que en fotografía minimalista suele cobrar un especial significado. Además de servir para que la imagen “respire”, este espacio interactúa directamente con el resto de elementos incluidos en la foto y, por tanto (y siempre teniendo en cuenta la prioridad de simplificar) debe estar en armonía para que la composición funcione.
El color
El color es una cualidad que puede convertirse en el mejor aliado del fotógrafo minimalista. Y es que jugar con el lenguaje y las amplias posibilidades que ofrecen las diferentes longitudes de onda del espectro electromagnético es uno de los recursos más poderosos para conseguir que una imagen “hable” aunque cuente con muy pocos elementos.
Este en concreto aporta expresión, emotividad, sensación, carácter y hasta simbolismo. Por eso simplemente a través del color se puede lograr expresar mucho, por ejemplo una cualidad concreta por el uso de una determinada tonalidad que se traslada a nuestra imagen. Como sabéis, los colores cálidos se identifican (entre otras) con cualidades como el calor, la alegría y el movimiento, mientras que los fríos suelen asociarse al frío, la serenidad y la fuerza.
Claro que también se puede optar por la ausencia de color, y elegir el blanco y negro, o una mezcla de ambos. De hecho, el contraste es otro elemento fundamental cuando hablamos de color, ya que la contraposición de tonalidades muy diferentes establece un diálogo que puede aportar mucha información a la imagen. Así que aprovéchate de sus posibilidades, no tengas miedo de usar el color y sácale partido jugando con las diferentes tonalidades, contrastando colores complementarios o utilizando tonos similares; hay mil y una posibilidades distintas.
Líneas
Se trata de otro elemento valiosísimo en un tipo de fotografía que busca la expresividad a través del uso los elementos mínimos. Aportan sensación de dirección y energía y, dependiendo de si son rectas o curvas, también transmiten consistencia o dinamismo.
Pueden aparecen de forma natural dentro de un espacio, delimitando diferentes cuerpos o tonos, o de una manera más artificial, como elementos con entidad propia.
Su utilidad es muy variada, desde cerrar espacios hasta aportar profundidad a la fotografía, pasando por el siempre importante papel que juegan a la hora de dirigir la mirada del espectador. Por eso, dado que en fotografía minimalista buscamos la máxima simplicidad, al componer la imagen hay que procurar fijarse bien en las líneas que aparecen para asegurarse de que conducen al lugar adecuado.
Formas
La “configuración externa de algo”, según la RAE, es otro elemento básico en el minimalismo fotográfico. Y es que sin duda pocas disciplinas ponen tanto en valor la forma de las cosas como ésta, en la que muchas veces un único objeto se convierte en protagonista absoluto de la imagen.
Las formas elementales son el cuadrado, el círculo y el triángulo, cada uno con sus propias cualidades, pero es evidente que se trata de elementos básicos que se yuxtaponen en infinitas combinaciones, tanto en el entorno natural como el urbano, dando lugar a formas compuestas mucho más complejas y con sus propias cualidades.
Así, las formas orgánicas normalmente son suaves y se asocian a una sensación de paz, naturalidad y uniformidad, mientras que las inorgánicas suelen ser agudas y tienden a aportar actividad y agitación en las fotografías. Todo ello debe ser tenido en cuenta a la hora de crear la imagen, decantándose por unas u otras o siendo capaz de combinar ambos aspectos en una composición dinámica.
Patrones y textura
Otro recurso muy apreciado en fotografía minimalista es la repetición de elementos, lo que se denomina patrones, que muchas veces vienen asociados con la textura. La inclusión de estos elementos en las imágenes es sin duda un buen recurso útil para cualquier tipo de composición, pero en este ámbito puede cobrar aún más valor.
Y es que minimalismo, patrones y texturas combinan de forma perfecta, y utilizarlos en conjunto tiene muchas posibilidades. Por lo que toca a los patrones, su uso puede servir tanto para enfatizar el tamaño como el número de los elementos y es muy útil para acentuar la sensación de espacio.
Por su parte, la textura apela directamente al sentido del tacto y, por tanto, agrega relieve de algún modo a la imagen. Incluirla permite resaltar al objeto y ayuda a lograr una sensación de realismo y tridimensionalidad. Además, según su forma la textura puede aportar valores extra a la imagen como suavidad, aspereza, pureza, tosquedad, violencia…
Para ello, por cierto, hay que tener en cuenta otra variable, la iluminación. Sin duda algo muy importante para cualquier imagen pero que en el caso de las texturas se convierte en fundamental para potenciar su efecto.
Fondos
Otro elemento fundamental que debe cuidarse en fotografía minimalista, aunque en este caso difícilmente sea el protagonista. De hecho, como en los retratos aquí lo más importante es que el fondo no desvíe la atención de lo más importante, por lo que es recomendable que sean totalmente lisos.
Claro que tratándose de imágenes basadas en el “menos es más” también es muy importante que lo que se ve en el fondo de la imagen esté en perfecta armonía con el resto y sirva bien para destacar o bien para complementar al sujeto o elemento principal de la foto.
Tema y mensaje
Como comentábamos al principio, la base de la fotografía minimalista está en agregar elementos simples, motivo por el cual también debemos limitar el tema que aparece en la imagen y buscar un mensaje sencillo y fácil de entender. Cualquier cosa es susceptible de convertirse en la protagonista de la foto, así que es recomendable comenzar con cosas simples, quizá algún objeto común que tengas en tu propia casa.
Algo en teoría aburrido puede convertirse en llamativo si eres capaz de potenciar el mensaje que transmite, aunque desde luego siempre se puede dejar a la imaginación del propio espectador. No olvidemos que la fotografía minimalista puede perfectamente encuadrarse como arte abstracto y por tanto con un significado totalmente abierto.
En definitiva, todo aquel que pretenda adentrarse en el minimalismo fotográfico se encontrará en un ámbito apasionante, con unas características propias y muy particulares, con un protagonismo especial de algunos de los elementos y fundamentos más básicos de la fotografía que hemos repasado. Todo ello constituye un reto sin duda estimulante para cualquiera que esté dispuesto a tratar de lograr fotos impactantes con lo mínimo posible.
En Xataka Foto | Cómo utilizar el punto de fuga en fotografía y su valor como elemento compositivo
Foto de portada | Alexander Burghardt
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La noticia
Claves para iniciarse y sacar partido de la fotografía minimalista
fue publicada originalmente en
Xataka Foto
por
Óscar Condés
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