Las bolsas de plástico blancas que ondean en las copas de los árboles de los Alpes italianos intrigaban a Fabrizio Sergio. Este ecólogo italiano sabía que esos residuos colgaban de los nidos de cierta ave, el milano negro. Pero ¿por qué?
Muchas especies decoran sus nidos para atraer parejas, pero los milanos ya están emparejados cuando construyen sus nidos. Aun así, esa ornamentación sugiere "que los milanos quieren exhibir algo", dice Sergio, quien trabaja en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
En su estudio sobre la estructura de los nidos, Sergio y otros científicos buscan signos de la influencia humana. Algunas aves han empezado a usar materiales aislantes –papel de aluminio y colillas, por ejemplo– en vez de materiales naturales, apunta Luis Sandoval, ornitólogo de la Universidad de Costa Rica. Estas adaptaciones pueden redundar en beneficio de su éxito reproductivo… o indicar que en su hábitat ya no quedan materiales de construcción naturales. "Los humanos estamos influyendo en la nidificación de un modo que aún no entendemos", añade.
6 años estudiando plásticos de colores
En el marco de un estudio de seis años de duración, Sergio y su equipo dejaron en la naturaleza trozos de plástico de distintos colores. Los milanos negros eligieron sistemáticamente los blancos para incorporarlos a sus nidos e ignoraron otros que eran transparentes u oscuros y no contrastaban tanto con el entorno natural.
Sergio concluye que estas aves usan la estética para hacer visible su dominancia social. Los nidos con más plásticos pertenecían a las aves más fuertes, capaces de repeler a los agresores que codiciaban sus adornos. Los más austeros eran de los individuos más jóvenes y más viejos, demasiado débiles para defender su hogar.