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domingo, noviembre 24, 2024
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Profoto A1 – Prueba de campo: un flash de estudio en la palma de tu mano

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Tras su presentación oficial, es tiempo de analizar el rendimiento del nuevo flash de mano Profoto A1, un modelo que abre un nuevo segmento en la compañía en aras de obtener “el flash de estudio más pequeño del mercado”. Gracias a Innovafoto hemos podido someter una unidad pre-serie a una prueba de campo completa. A continuación, te contamos nuestras impresiones.

Flash Profoto A1
Impecable presentación la del Profoto A1. © Albedo Media

Teníamos curiosidad, tras los primeros rumores leídos en otros portales, por conocer de primera mano el flash que supone la entrada de esta prestigiosa marca de iluminación en un segmento cada vez más ocupado por fabricantes chinos que con sus precios imposibles están copando el mercado.

Flash Profoto A1
Antorcha circular y LED de modelado en un flash portátil para utilizar sobre cámara o fuera de ella. © Albedo Media

De hecho, casi podría considerarse una temeridad que un fabricante de prestigio como Profoto saque al mercado un producto cercano a los mil euros cuando cada vez se ven más fotógrafos –no sólo aficionados sino muchos profesionales– con réplicas casi exactas de flashes de marca con precios en torno a los cien euros. ¿Qué tiene, pues, este A1 que merezca la pena gastar diez veces más? Trataremos de averiguarlo.

Flash Profoto A1
Gran pantalla trasera similar a la utilizada en otros modelos de Profoto. © Albedo Media

Diseño

Resulta innegable que una buena presentación e inteligente diseño es la antesala de todo buen producto. En este caso, el cuidado estuche que incluye el equipo denota que nos encontramos ante un artículo realizado con esmero; incluso la propia caja, tratada con un material agradable al tacto cuenta con una nota de agradecimiento del creador de Profoto.

Flash Profoto A1
Nada de menús complicados: cambiar el zoom del cabezal es tan sencillo como girar este anillo. © Albedo Media

Al extraer el propio flash de la caja, esta sensación no decae, sino que se confirma. En todos los detalles se aprecia el cuidado puesto en el diseño y éste puesto al servicio de la utilidad y facilidad de uso.

Flash Profoto A1
Rodeando la antorcha, un anillo metálico sirve de base para fijar mediante imanes los accesorios modificadores de luz. © Albedo Media

Dentro de esta bella caja encontramos, además del flash con su respectiva funda, tres accesorios muy habituales y prácticos: una rejilla difusora que expande el haz de luz, una semiesfera translúcida –muy similar a la calota blanca tradicional– y una tarjeta reflectora. Todos ellos se acoplan de manera magnética, por lo que son muy sencillos y rápidos de usar, incluso cuando optamos por soluciones combinadas entre ellos. No faltan tampoco un soporte sobremesa, la batería de litio con su respectivo cargador y todos los cables necesarios.

Este completo elenco se encuentra incluido en la caja del producto para que tras la compra de una unidad A1 podamos trabajar directamente sin tener que añadir más accesorios, algo que tendremos que tener en cuenta a la hora de comparar con otros posibles set de la competencia, tanto en precio, tamaño de los accesorios –algunos son realmente aparatosos– y calidad de los mismos.

Flash Profoto A1
Tarjeta reflectora, rejilla y semiesfera difusoras se incluyen de serie en el flash y se adaptan al cabezal rápidamente gracias a unos pequeños imanes. © Albedo Media

Nos ha gustado mucho encontrar en la funda alojamientos específicos para la semiesfera y la rejilla difusoras, así como para el pie, aunque hemos lamentado no encontrar en el mismo estuche un bolsillo en el que transportar la tarjeta reflectora; no queda más remedio que buscarle hueco en nuestra mochila. Nadie es perfecto…

Flash Profoto A1
El pie también se incluye de serie. El bloqueo del flash a la zapata se realiza girando la base. © Albedo Media

Con un tamaño muy similar a los flashes de mano más potentes de los respectivos catálogos –108 x 75 x 165 mm–, cuando lo situamos sobre la zapata de la rolliza Nikon 800D utilizada para realizar la presente prueba, parece incluso pequeño. El peso –560 g incluida batería– también resulta muy similar a los speedlite a los que estamos acostumbrados.

Flash Profoto A1 sobre Nikon D800
Montado sobre la cámara utilizada para esta prueba, el tamaño del A1 no difiere mucho de los flashes tipo cobra convencionales. © Albedo Media

Sin embargo, lo más característico y, al tiempo, clave diferenciadora de este modelo, lo encontramos en la forma del cabezal, pues cambia el rectángulo de la mayoría de los flashes de mano tipo cobra por el círculo. Todo un acierto que determina –junto con otros apartados ópticos internos– la manera en la que se ofrece el destello de luz, mucho más progresivo y natural. Escalando en proporción al tamaño de este A1 podríamos decir que da la misma calidad de luz que ofrece Profoto en cualquiera de sus conocidas soluciones de estudio.

Flash Profoto A1
Rejilla difusora que amplía el ángulo del haz de luz emitido por el A1. © Albedo Media

Una vez visto, parece increíble que no se le hubiera ocurrido antes a casi nadie –Quantum ofrece en su catálogo desde hace tiempo flashes de mano con cabezal circular– aunque no olvidemos que había que solucionar algunos impedimentos como la colocación de los accesorios habituales.

Flash Profoto A1
La tarjeta reflectora que se incluye con el A1 tiene un mayor tamaño que las habituales en los speedlite; su ligera curvatura también ayuda a distribuir mejor la luz. © Albedo Media

Gracias a las bases magnéticas de los accesorios éstos se pueden colocar con suma facilidad y rapidez, recordemos que por omisión –en la propia caja del producto– se incluyen tres, pero aparte se pueden adquirir geles correctores de color y reflectores de mayor tamaño como el que también utilizamos para esta prueba.

Flash Profoto A1
Este reflector, que no se incluye de serie, facilitará el trabajo de muchos fotógrafos sociales aumentando en algo más de 150 € el presupuesto. © Albedo Media

La experiencia de uso ha resultado sumamente satisfactoria. Incluso en medio de las sesiones de fotos intercambiamos modificadores de luz sin que afectara al ritmo de trabajo. La fuerza de los imanes garantiza la firme sujeción a pesar de movimientos bruscos de cámara o ligeros roces producidos durante el ajetreo de una sesión.

Flash Profoto A1
La batería de Ion-Litio se cambia con rapidez. © Albedo Media

Finalizamos el repaso del aspecto externo mencionando el suministro de corriente. En vez de las tradicionales pilas, el A1 se alimenta con una batería de ion-litio con capacidad para más de trecientos disparos a plena potencia. Si ésta se reduce un punto, la duración se duplica.

Flash Profoto A1
En vez de menús complicados, botones e interruptores para cada función: aquí el conmutador de manual a TTL. © Albedo Media

Durante nuestra prueba de campo, no hemos tenido ningún problema de autonomía en ninguna de las sesiones realizadas. No obstante, si saliéramos a realizar un reportaje con este equipo, sin duda, echaríamos a la mochila una batería de repuesto –por unos 100 € más, IVA incluido–.

Comparativa Flash Profoto A1 con Canon Speedlite 600 EX-RT
Arriba, Profoto A1; abajo, Canon Speedlite 600 EX-RT. En ambos casos, modo TTL, fondo a 1 m. f/9 – 1/125 s – ISO 100. © Albedo Media

Ésta se extrae con mucha facilidad y en apenas un segundo por lo que no perderíamos tiempo en la reposición, aunque los novios estuvieran a punto de intercambiarse los anillos. Para no tener que llegar a este extremo, la pantalla informa de la carga restante. El acumulador se recarga por completo en apenas 80 minutos. Es decir, tendríamos tiempo de sobra para completar esta carga antes de vaciar la que estamos usando.

Comparativa Flash Profoto A1 con Canon Speedlite 600 EX-RT
Arriba, Profoto A1; abajo, Canon Speedlite 600 EX-RT. En ambos casos, modo manual, plena potencia, fondo a 1 m. f/9 – 1/160 s – ISO 100. © Albedo Media

La capacidad y energía de la batería también permite una rápida recarga del condensador para poder disparar, si no en ráfaga, sí con bastante rapidez pues en poco más de 1s la unidad está lista para repetir destello a plena potencia. Reduciendo la intensidad, lógicamente el intervalo también se reduce. Durante nuestra prueba de campo comprobamos que este breve tiempo se mantiene invariable a lo largo de toda la carga de la batería, no reduciéndose hacia el final como sucede con los speedlite clásicos alimentados por pilas tipo AA.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Flash Profoto A1 a 1 montado sobre cámara; modo manual, potencia 5. Con difusor grande. 1/160 s – f/2,8 – ISO 100. © Fernando Galán

Manejo

Desde Profoto se insiste mucho en que la sencillez de uso ha primado en el desarrollo de este nuevo modelo. Con el A1 pretenden llegar a todos aquellos fotógrafos que no utilizan el flash porque tienen miedo a la luz artificial o no están contentos con los resultados obtenidos con los speedlite tradicionales. En nuestra opinión esto es así principalmente por el desconocimiento técnico vigente sobre iluminación artificial y por ello también entendemos que Profoto quiera hacer un equipo aún más fácil de usar.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 montado sobre cámara en modo manual a potencia 5 con con rejilla difusora. 1/160 s – f/1,8 – ISO 100. © Albedo Media

En el A1 todas las funciones quedan a la vista: la elección entre TTL y modo manual se realiza con un conmutador específico; el zoom se gradúa girando el aro del cabezal, la potencia con el dial principal y las funciones avanzadas –control remoto, ajustes, etc.– con un menú sencillo e intuitivo.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/160 s – f/8 – ISO 100. © Fernando Galán

Además, dispone de un LED dentro del cabezal para mostrar una luz de modelado continua, sin apenas consumo de batería, en vez del destello prolongado que emiten los modelos tradicionales –los últimos flashes de mano aparecidos en el mercado también incorporan LED de modelado similar–. Para encender esta luz tampoco se necesita rebuscar en el menú sino que cuenta con un botón específico en el panel trasero.

Las mismas especificaciones técnicas también suponen una lanza a favor de la facilidad de uso. En vez del confuso –y casi siempre engañoso– número guía, la potencia se ofrece en vatios –76 W máximos– y se controla por décimas de paso desde 2 hasta 10, de manera idéntica a como haríamos con un flash de estudio, lo que facilita el control de la luz para obtener los resultados deseados.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/160 s – f/9 – ISO 100. © Fernando Galán

Los familiarizados con el sistema Profoto no encontrarán ninguna dificultad en el manejo pues tiene los mismos menús y botones que los modelos de estudio. Los no habituados, acertarán a la primera pues resulta muy intuitivo.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/160 s – f/6,3 – ISO 100. © Fernando Galán

El gran tamaño de la pantalla trasera, con los números visibles en gran formato contribuye así mismo a facilitar la faena. No hubiera venido mal, sin embargo, retroiluminación en los botones pues en sesiones nocturnas cuesta un poco más encontrar el deseado.

El A1 lleva integrado un Air Remote de tal manera que se puede usar como emisor para utilizar, bien con otros A1, bien con cualquier otro cabezal de Profoto. En este caso, si se desea, se puede desconectar el destello de la unidad montada sobre la cámara para que no afecte a la imagen final. Además, por supuesto, se puede usar fuera de cámara montando en este caso mismo el Air Remote que utilizaríamos para otros flashes del mismo fabricante.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/160 s – f/5,6 – ISO 100. © Fernando Galán

Muestras

Para realizar la presente reseña realizamos varias pruebas con el A1. En primer lugar, en estudio, comparamos la luz emitida por el Profoto con la producida por el Canon Speedlite 600 EX RT en las mismas circunstancias. A continuación, realizamos algunas fotografías de calle con el A1 montado sobre la zapata de la cámara para terminar con dos sesiones distintas con el flash fuera de cámara: una en estudio con modelo y otra de acción y nocturna con un ciclista.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/160 s – f/4 – ISO 100. © Fernando Galán

Durante la primera parte de la prueba y con fotómetro en mano descubrimos que ambas unidades producen la misma intensidad de luz a igualdad de distancia y ángulo de cabezal. El Canon anuncia un número guía de 60 a ISO 100 y con el cabezal del zoom en la posición más concentrada. La diferencia, por tanto, no estriba en la cantidad de luz sino en la manera en que esta se distribuye.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/320 s – f/5 – ISO 200. © Fernando Galán

(Ya metidos en faena, se nos ocurrió comparar en las mismas circunstancias el Flash Yongnuo réplica del Canon y, aunque anuncia la misma potencia que el original, ofrece nada menos que un paso menos que éste. Aunque esto daría motivo para otro artículo, pensamos que no está de más mencionarlo aquí).

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/320 s – f/5 – ISO 200. © Fernando Galán

Como puede observarse en las muestras realizadas sobre fondo negro, el A1 distribuye la luz de manera mucho más progresiva y natural, en todas las direcciones gracias a su cabezal circular mientras que el Canon orienta la luz más hacia abajo, lanzando un destello más intenso en el centro y decayendo con rapidez hacia los extremos.

Nos ha gustado especialmente el efecto producido por la rejilla que se acompaña de serie con el A1, cuando se desea una luz uniforme, suave y progresiva. Similar al efecto que conseguiríamos abriendo el ángulo del destello, pero más intensa, pues quita menos luz que esta opción y menos que la semiesfera blanca.

Al trabajar tanto en interior como en exterior con el modo TTL, comprobamos la buena lectura de luz que realiza el A1 pues ilumina el sujeto de manera muy natural, sin el clásico “flashazo” en el centro que tanto desagrada y tantos detractores del flash ha generado entre los aficionados.

Durante la sesión de estudio realizada con la modelo, utilizamos el flash fuera de cámara manejándolo con un Air Remote. Sobre la unidad montamos los accesorios que se ofrecen de serie según el efecto deseado. Tal y como anuncian desde Profoto, obtuvimos unos resultados muy similares a los que se podrían conseguir con una cabeza de estudio convencional con la diferencia obvia de los modificadores de luz utilizados. A favor, la ventaja de poder cambiar con facilidad y en pocos segundos la ubicación el flash o los difusores.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/320 s – f/5 – ISO 320. © Fernando Galán

Durante la sesión de exterior probamos la velocidad de sincronización HSS y la sincronización a la segunda cortinilla, en ambos casos con resultados muy satisfactorios. El reducido tamaño del A1 nos permitió colocarlo muy próximo al ciclista para así poder aprovechar al máximo su potencia incluso a velocidades de obturación elevadas, logrando congelar el desplazamiento del sujeto, pero manteniendo algo de movimiento en el giro de la rueda para ofrecer sensación de velocidad.

Conclusiones

Siempre al llegar a este apartado toca hablar de la parte negativa: los precios. Mencionábamos al principio que un A1 cuesta diez veces más que un flash clónico chino, pero también hemos comentado durante la prueba la irregular luz que alguno de estos modelos ofrece, por no mencionar otros aspectos. Por lo tanto, olvidémonos de esa comparación y vayamos a la competencia real.

Fotografía iluminada con Flash Profoto A1
Fotografía iluminada con flash Profoto A1 fuera de cámara. 1/8 s – f/5 – ISO 640. © Fernando Galán

El A1 se ofrece, por el momento, para Canon, Nikon y próximamente para Sony. Si buscamos en los catálogos de estas marcas los tope de gama y sus respectivos precios, encontraos que todos pasan bastante de los seiscientos euros. El Profoto probado no llega a los 1.000 €, IVA incluido. Una diferencia de precio nada desdeñable, cierto es que tendremos que valorar también el set de accesorios incluidos así como su conveniente tamaño. En la práctica si hacemos bien los números, la diferencia de precio no es vital para un profesional que busque la máxima calidad de luz y rendimiento.

A favor: los buenos resultados obtenidos durante la prueba gracias a la antorcha circular; el uso de batería en vez de pilas con su correspondiente mayor capacidad y menor tiempo de recarga de la batería; la facilidad de uso; la gama de accesorios disponibles… En contra: el mencionado mayor desembolso, la ausencia de modo stroboscópico y la incompatibilidad –de momento– con marcas cada vez más presentes entre los profesionales como Fujifilm y Olympus, algo que sin duda nos consta trabajarán a corto plazo como ya pasó con la compatibilidad TTL del módulo Air Remote.

Profoto pretende con la inclusión de este modelo en su catálogo acercarse a los usuarios que no utilizan luz artificial porque no les gustan los resultados obtenidos con los flashes de mano convencionales. Tras esta prueba, no dudamos de que el fabricante sueco ha hecho bien su trabajo. Falta por ver si estos potenciales clientes están dispuestos a invertir el dinero necesario para convencerse de las ventajas de la luz portátil.

Profoto se distribuye en España a través de Innovafoto.

Agradecemos a Samela Elis, Marsella Montas y Alex Andues la colaboración prestada para la realización de esta prueba.



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